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El Campeonato del Mundo de Fútbol de 1982 que se celebró en nuestro país dejó un puñado de anécdotas y situaciones curiosas. De entre todas ellas, destaca lo que ocurrió en el Nuevo Zorrilla entre las selecciones de Francia y Kuwait.

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El esperpento del Francia-Kuwait

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El 16 de Enero de 1982 se celebró en el Palacio de Congresos de Madrid el sorteo de la fase final del Campeonato del Mundo de Fútbol que se debía disputar en Junio y Julio de ese mismo año en España. Las 24 selecciones se repartieron en seis grupos, adjudicándose de antemano los cabezas de serie a las sedes que eligió la organización. Así, a Inglaterra le correspondió el grupo cuarto, cuya sede estaba compartida entre Bilbao y Valladolid, con la ventaja para los británicos de que jugarían todos sus partidos en el Estadio de San Mamés, correspondiendo al resto de selecciones alternar entre dicho estadio y el Nuevo José Zorrilla de Valladolid. Celebrado el sorteo, el grupo quedó compuesto, además de los ingleses, por Francia, Checoslovaquia y Kuwait. Dos de ellos se clasificarían para la siguiente ronda.

El 16 de Junio se enfrentaron Inglaterra y Francia en San Mamés, registrándose la victoria de los primeros por 3-1. Un día después, en el Nuevo Zorrilla, Kuwait conseguía un sorprendente empate ante Checoslovaquia, dejando además pinceladas de buen fútbol en algunos momentos.

El 20 de Junio los ingleses sellaron su pase a la siguiente ronda, al vencer por 2-0 a los checoslovacos, dejando una sola plaza libre que debían disputarse el resto de selecciones en los tres partidos que aún quedaban.

A las 5 y cuarto de la tarde del día 21 de Junio saltaron al césped del Nuevo Zorrilla los representantes de las selecciones francesa y kuwaití, bajo las órdenes del colegiado soviético Miroslav Stupar, con nutrida y ruidosa presencia de aficionados de ambos países. El partido empezó con buen juego de ambos equipos, aunque con mejores ocasiones por parte de los franceses, que acabaron adelantándose en el marcador en el minuto 31 gracias a un tanto de Genghini al lanzar una falta directa. Kuwait acusó el gol y se retiró al descanso con un 2-0 en contra, al marcar Platini tras una jugada personal en el minuto 43. En el minuto 2 de la segunda parte Six hizo el 3-0, siendo Al Buloushi quien acortó distancias en el 24.

La crónica «normal» del encuentro finaliza diez minutos más tarde, cuando se produjo un hecho sorprendente. El centrocampista francés Giresse realizó una buena jugada dentro del área rival y se disponía a driblar a un rival para tirar a puerta. En ese instante, uno de los espectadores que animaban a la selección gala hizo sonar un silbato, interpretando los jugadores kuwaitíes que el árbitro había señalado fuera de juego. Giresse finalmente se deshizo de su rival (que se detuvo al escuchar el silbato), lanzó a puerta y marcó gol. El árbitro se dirigió al centro del campo dando por válido el tanto, mientras los jugadores kuwaitíes protestaban airadamente y acababan dirigiéndose al túnel de vestuarios.

En el palco se encontraba el Jeque Fahad Al-Ahmed Al-Jaber Al-Sabah, hermano del Emir de Kuwait y presidente de la Asociación de Fútbol de Kuwait. Al empezar el incidente bajó al césped del Nuevo Zorrilla, donde dialogó durante varios minutos con sus jugadores y con el árbitro soviético, rodeados por periodistas y miembros de la Policía Nacional. Finalmente, el Jeque volvió a su lugar en el palco, y los jugadores al suyo en el campo. Pero lo más sorprendente es que Miroslav Stupar se retractó de su decisión anterior, no concedió el gol de Giresse y ordenó continuar el partido con un bote neutral en el punto en que se encontraba el jugador francés antes de disparar a puerta. Durante todo este tiempo, el espectador que había provocado el incidente se refugiaba en el anonimato de la grada, guardando prudentemente el silbato en su bolsillo. Seguramente ni se imaginaba la trascendencia que iba a tener su acción.

El partido dio poco más de sí. Bossis hizo el 4-1 definitivo en el minuto 89 y poco después el colegiado señalaba el final del encuentro sin aplicar ningún descuento, quizá con ganas de desaparecer del lugar de los hechos, consciente de la gravedad de la decisión que había tomado. Un día después, la FIFA decidió dar por válido el resultado del partido, al tiempo que imponía una multa de 25.000 francos suizos a la Federación Kuwaití por conducta antideportiva, amonestaba al Jeque Fahad y a la organización del estadio, y suspendía a Miroslav Stupar hasta una nueva sesión de la Comisión de Árbitros.

A falta de una jornada, con Inglaterra clasificada con cuatro puntos, Francia, con dos, tomaba una ligera ventaja frente a Checoslovaquia y Kuwait, con un punto cada una. El 24 de Junio, otra vez en el Nuevo Zorrilla, franceses y checoslovacos empataban a uno, quedando estos últimos eliminados, mientras aquellos debían esperar que Kuwait no venciese a Inglaterra un día después por más de cuatro goles. Como era de suponer, el milagro no se produjo y los ingleses vencieron por 1-0 a los kuwaitíes en San Mamés, sellando de este modo la clasificación de Francia para la siguiente fase.

La selección francesa acabó ocupando la cuarta plaza en el Campeonato del Mundo, después de una polémica semifinal en Sevilla contra Alemania; la kuwaití abandonó España después de disputar tres partidos en Valladolid, con el balance de un empate y dos derrotas. Del árbitro Miroslav Stupar poco más se supo, mientras el Jeque Fahad Al-Ahmed Al-Jaber Al-Sabah volvió a aparecer en las noticias cuando se supo de su muerte a manos de tropas iraquíes cuando estas invadieron Kuwait el 2 de Agosto de 1992, poco más de diez años después de su papel protagonista en la esperpéntica situación que se vivió en el Nuevo Zorrilla.

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Publicado en: General