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RESUMEN:

Tal y como se dice en las líneas siguientes hace años que nos habíamos dedicado a la tarea de glosar el origen del fútbol en Madrid. Por exceso de originales lo teníamos en cola, pero una reciente publicación nos ha motivado a adelantar este texto. La web www.lapalanganamecanica.com ha hallado una noticia publicada en la

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La aguja del pajar: el origen del fútbol en Madrid

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Tal y como se dice en las líneas siguientes hace años que nos habíamos dedicado a la tarea de glosar el origen del fútbol en Madrid. Por exceso de originales lo teníamos en cola, pero una reciente publicación nos ha motivado a adelantar este texto. La web www.lapalanganamecanica.com ha hallado una noticia publicada en la revista El Campo (16-11-1879) en el que se deja constancia de una curiosa asociación intitulada Cricket y Foot-ball (Club) constituida en ese noviembre de 1879 y que a pesar de su nombre no llegó nunca a jugar al fútbol.  A continuación se explica con cierto detenimiento cuál fue el origen y cómo se empezó a jugar al fútbol en la capital de España.

I. Algunos comentarios introductivos

Antes de entrar en materia parece que se exigen algunos comentarios sobre este estudio que pretende glosar con toda la minuciosidad que nos es posible el origen del fútbol en la ciudad de Madrid incluida la fundación de la sociedad que hoy tiene por nombre Real Madrid CF. En este sentido nos vamos a mantener en la misma línea que los glosadores anteriores de la historia madridista, que siempre introducen unas ciertas indicaciones de la historia del fútbol en Madrid antes de hablar de la del propio club blanco.

Quizá lo primero que podamos hacer sea llamar precisamente la atención sobre el hecho de que en el año 2013 pueda decirse algo nuevo sobre una materia que por su importancia necesariamente debería ser bien conocida. Siempre podrían encontrarse datos nuevos que pudieran matizar lo ya conocido, pero resulta difícil de creer que ninguna información cierta se haya publicado hasta ahora sobre la fundación del que es el club de fútbol más importante del mundo. Este hecho tan llamativo desde luego que merece una explicación que entendemos que no solo puede basarse en la desidia de los historiadores madridistas, y por ello nos detendremos todo lo posible en hacer una historia de la historiografía madridista.

Sin que con ello nos adelantemos al desarrollo de nuestras tesis sí queremos afirmar de inicio que el tema es extremadamente difícil; y por eso precisamente el sintagma con el que jocosamente nos hemos permitido titular este trabajo, siguiendo el ejemplo del famoso lingüista Watkins, al que al parecer le gustaba dar siempre títulos extravagantes e irónicos a sus libros. Así por ejemplo Cómo matar un dragón no es sino el trabajo más detallado sobre poética indoeuropea que existe. Lo hacemos también, es preciso reconocerlo, teniendo in mente un chiste que Eugenio contaba con su habitual maestría: «era un tío con tan mala suerte que se sentó en un pajar y se clavó la aguja».

Creemos que la mejor manera de demostrar la dificultad del tema es el hecho de que la única tesis doctoral dedicada al fútbol madrileño (El fútbol en Madrid: de actividad lúdica a espectáculo de masas -1898-1945-) su autor Jesús Polo del Barrio le dedica a explicar cómo llegó el fútbol a Madrid no más de una página.

El trabajo que ahora presentamos lo hemos desarrollado a lo largo de dos o tres años, aunque con largas intermitencias. De hecho después de varios meses de parón desesperado nuestro buen amigo Fernando Arrechea ejerció el impulso necesario para que hiciéramos los últimos esfuerzos y buscáramos las últimas fuentes que estaban a nuestro alcance y le diéramos finalmente la forma que aquí presentamos.

Terminamos esta especie de introducción adelantando que el trabajo ha dado buenos frutos y que entre tanta paja hemos podido encontrar algunas agujas. Eso sí, claramente insuficientes. Se hace imprescindible encontrar más documentos que avalen las tesis que aquí vamos a defender o que por el contrario las desmientan. Y tienen que existir. No es posible que ciudades como Sevilla, Huelva o Barcelona puedan tener un caudal de información tan sumamente superior al que tenemos en Madrid. Es imposible. Como solía decir don Félix Martialay, sin duda debe de ser impericia de los autores; pero ojo, no solo de nosotros, sino también de todos los que nos precedieron en la tarea.

Son en consecuencia las páginas que siguen un simple bosquejo de la historia del fútbol en Madrid hasta la fundación del Madrid FC, pues para nada más que para un «bosquejo» dan las fuentes de que disponemos. Como decíamos anteriormente estudiaremos en primer lugar lo que llamamos «estado de la cuestión», intentando reconstruir la «historia de la historiografía», para después aportar las fuentes nuevas y las conclusiones a las que con su luz hemos llegado.

Concluimos diciendo que aun a riesgo de alargarnos en las citas las copiaremos completas. Pretendemos por un lado que quien lea estos folios no necesite estar permanentemente consultando las fuentes a las que nos referimos, no siempre de fácil acceso, y por otro lado evitar cualquier posible duda de quien lea estas cuartillas.

II. Estado de la cuestión

1. Planteamiento general y primera historia del Real Madrid (1940)

Como decíamos en la introducción no se conoce ningún estudio del origen del fútbol en Madrid que no sean las primeras páginas de las diversas historias escritas del Real Madrid. Todas empiezan hablando del Sky FC e incluso algunas de la Institución Libre de Enseñanza para terminar afirmando con requiebros de todo tipo que el Madrid FC se fundó el 6-3-1902 pero que ya tenía presidente desde 1900. Algunos autores reconocen que no es fácil de entender que haya presidente de algo que no existe hasta dos años después, pero otros pasan por encima con total naturalidad. Como ejemplo en la página web oficial del Real Madrid se dice:

En la primera década del siglo XX se gestan los inicios del fútbol y de sus clubes en España. En Madrid, Julián Palacios funda, en 1900, el embrión de lo que sería el futuro Real Madrid. En 1902, un grupo de aficionados instituye con carácter oficial el Madrid Foot Ball Club, y crea su primera Junta Directiva, presidida por Juan Padrós.

Aunque parece afirmarse con claridad que hasta 1902 no se funda el Madrid FC por el contrario en la lista de presidentes de la entidad aparece el primero Julián Palacios entre 1900 y 1902. Es curioso cómo la contradicción en este punto se presentó ante los redactores de ABC que escribieron el libro del 75 aniversario del Madrid1 y que presentaron la lista de presidentes con un título que decía «De Padrós a Bernabeu» para luego encontrarla encabezada por Palacios.

Estas contradicciones no son ni mucho menos recientes, sino que bien al contrario aparecen por primera vez en 1940, y por ello es necesario hacer como avanzábamos la «historia de la historiografía». En efecto en diciembre de 1940 se publicó la primera historia conocida del Real Madrid: 40 años de historia del Madrid FC: 1900-1940, firmado por «Un Veterano».

Quien se escondía tras ese pseudónimo era Manuel Rosón Ayuso (Madrid 1901 – Madrid 1-9-1985), el autor que mejor conocía lo que él llamaba la edad de piedra del fútbol madrileño. Periodista polifacético, era funcionario del Ayuntamiento de Madrid y desempeñaba su trabajo en la Hemeroteca Municipal, de la que llegó a ser director. Conocía perfectamente toda la prensa deportiva madrileña de finales del XIX y primeros del XX, y a él le debemos íntegramente lo que hoy sabemos del origen del fútbol madrileño y del Real Madrid. Entre 1917 y 1936 firmó con el pseudónimo de Eme Erre, pero después de la guerra utilizó el de Un Veterano.

Cuenta así Rosón por primera vez cómo fue la fundación del equipo blanco:

Una buena mañana de marzo los aficionados que se dirigen al apartado se asombran primero y se indignan después. En plena avenida de la Plaza de Toros, en sus propias narices, un grupo de locos hace cosas extrañas. Unos cuantos corren desaforados detrás de una gran pelota de cuero; otros parecen no intervenir más que de vez en cuando, y todos van vestidos de modo que intranquiliza a aquellos simpáticos menestrales. Ellos, que usan calzoncillos de cintas, no pueden concebir cómo aquellos auténticos aspirantes a pupilos del ilustre doctor Esquerdo llevan las canillas al aire, los pantalones doblados por encima de la rodilla y van en camiseta, o poco menos. Su instinto pudoroso se rebela ante aquel libertinaje inaudito. Los «guindillas», gravemente erguidos sobre sus terribles pies plagados de juanetes, no se deciden a correr a golpes de sable a aquellos bigardos, pero buenas ganas se les pasan. Y lo peor es que son señoritos, que los amigos que presencian los extraños ejercicios van vestidos à la dernière, y que casi todos tienen ya pelos en la cara. Los hay que lucen rizosas barbas y quienes lánguidos bigotes. No es pues cosa de chicos, no.

Y aquella mañana de marzo de 1902, un inolvidable domingo día 9, queda clavada la bandera del fútbol en Madrid. Una revista de la época (Heraldo del Sport, 15 de marzo de 1902), dice que aquel ensayo «es el primero de los que se propone verificar la Sociedad Madrid FC para que sirva de ensayo a sus jugadores y poder formar el primer team.

No cometamos la ingratitud de pasar por alto los nombres de los veintidós jugadores que sirvieron de base para designar el «cuadro» definitivo:

Azules: Meléndez (A.); Padrós, Spottorno (M.), Gorostizaga, Mendía, Páramo; Neyra, Giralt (A.), Palacios (F.), Mertens y Rodero. Rojos: Giralt, Meléndez (E.), Molera; Salvador, Valcárcel (L.), Spottorno (A.); Stampher, Palacios (Julián), Varela, Celada y Bueno. Para calmar la ansiedad del lector digamos que vencieron los azules por uno a cero.

Un grupo de muchachos de la clase acomodada, muchos de los cuales han cursado estudios en Inglaterra, trabaja sin descanso por encauzar las actividades del nuevo deporte. Entre ellos figuran varios cuya tenacidad es verdaderamente ejemplar. Se trata de Julián Palacios y de los hermanos Juan y Carlos Padrós, que con entusiasmo verdaderamente heroico y excepcional van sembrando una semilla que no tardará en germinar generosamente. La Sociedad puede decirse que está en marcha.

El mencionado semanario Heraldo del Sport dice en su segundo número correspondiente al 8 de marzo de 1902 refiriéndose a la «aclimatación» del nuevo juego: «Parece que va tomando carta de naturaleza entre nosotros un ejercicio inglés llamado foot-ball. En Barcelona hay varias sociedades constituidas con el único objeto de dedicarse a este sport, y lo mismo sucede, aunque en menor escala, en Vigo, Bilbao, Málaga y otros puntos que tienen numerosa colonia inglesa que ha fomentado la afición a este juego. En Madrid hay ya dos sociedades, que son el Foot-ball Sky cuyo presidente es el Sr. Mayora, y la Madrid Foot-ball Club, bajo la presidencia del Sr. Palacios (Julián). Aunque en nuestro modo de ser no encaja por completo la afición a este juego, sin embargo no se puede negar que cuenta con bastantes entusiastas y los domingos por la mañana, día en que se pueden verificar los partidos, se ven los campos de ambas sociedades muy concurridos, desplegándose por los jugadores el mismo ardor y entusiasmo que puedan desplegar los anglo-sajones. La sociedad Madrid Foot-ball Club celebrará en breve junta general a fin de designar los jugadores que han de formar el primer team de la misma. Con este objeto en el primer partido que se celebre (probablemente el 9 de este mismo mes) se colocarán los jugadores en diferentes puestos para que se puedan apreciar las condiciones de cada uno y señalar así los que hayan de ocupar en dicho primer team. Los más indicados para figurar en dicho team son los señores siguientes: Neyra, Giralt (F., A. y M.), Palacios (J. y J.), Celada, Spottorno, Padrós, Gorostizaga y Meléndez».

Se ha hecho mención del Foot-ball Sky. Este club, constituido sin trámites oficiales, es decir sin el envío de reglamos al Gobierno Civil, se fundó probablemente en 1897 y puede ser considerado como el primero que existió en Madrid, y desde luego como precursor del glorioso Club que nos ocupa, pues muchos de sus jugadores fueron los fundadores de este. A la sazón figuraba en las filas del Sky un suizo llamado Paul Heubi, que puede decirse que fue quien enseñó a jugar a los que después fueron magníficos elementos. Por cierto que en aquel entonces la técnica del delantero centro era bien sencilla: quitar al portero de delante; la del defensa, arrollar al delantero, y charlar con el guardameta o echar un cigarrillo cuando las circunstancias lo permitían. Llegó a tal punto la manía de compartir el vicio de fumar con el placer de practicar el fútbol que el inglés Johnson, uno de los primeros equidistas que tuvo el Madrid, hubo de publicar unas curiosas advertencias dedicadas a sus compañeros de juego en las que les recomendaba la abolición del tabaco y que los partidos no durasen tres horas, puesto que el tiempo era de noventa minutos y que se perdía lamentablemente en discusiones inútiles.

El jueves 6 de marzo de 1902 se celebra una Junta extraordinaria y se elige la siguiente directiva:

Presidente: D. Juan Padrós

Vicepresidente: D. Enrique Varela

Secretario: D. Manuel Mendía

Tesorero: D. José de Gorostizaga

Vocales: D. Antonio S. Neyra, D. Mario Giralt, D. Carlos Mertens, D. Álvaro Spottorno y D. Arturo Meléndez.

El campo se halla situado en las cercanías de la plaza de toros, casi en la venida, sin que en aquel remoto entonces tenga límites, puesto que la urbanización no ha llegado hasta aquí. Está circundado por una zanja que impide su invasión por los no iniciados, y que los volquetes lo conviertan en vertedero. Las porterías se guardan en un zaquizamí cercano, una pequeña taberna en la que languidecen viejas litografías de La Lidia, salpicadas por el paso de muchas generaciones de moscas. No es, pues, una entelequia. «Ellos», los precursores, cargan con las porterías y se visten -se desvisten- allí mismo. Cruzan la calle de Narváez entre chacotas y vayas de los castizos y hasta soportan alguna que otra Pedrea organizada por los pequeños diablos del barrio del «Ciego».

Una idea soberbia cruza por la mente de D. Carlos Padrós, hermano del presidente, al que sucederá en breve: puede organizarse un concurso o campeonato entre las sociedades que comienzan a alborear en España. Para ello es necesario legalizar la vida del Madrid, darle carácter oficial. Y el día 18 de abril de 1902 se somete al gobernador la siguiente instancia:

«Juan Padrós Rubió, del comercio de Madrid, que habita calle de los Madrazo, número 25, tercero izquierda, a V. E. respetuosamente expone:

Que con objeto de constituir una sociedad de juegos de sport que se denominará Madrid Foot-ball Club le acompaña las bases por que ha de regirse, para su aprobación.»

El domicilio queda instalado provisionalmente en Alcalá, número 48, donde los señores Padrós poseen una gran tienda de modas, desaparecida ya, que se titula «Al capricho».

Se estudia el uniforme del equipo. El recuerdo de los célebres Corinthians, los amateurs ingleses, admirados por los que estudiaron en Londres, prevalece, y se acuerde que sea ese precisamente el uniforme de los madrileños. Un uniforme blanco, sin mácula, que significa pureza. El artículo 18 del reglamento reza así en su apartado 3º: «Pantalón y blusa blancos, medias negras con vueltas, y cinturón con los colores nacionales, completándose con un casquete azul oscuro». La blusa está cruzada por una ancha banda morada, representativa del austero color de Castilla, en la que figura el escudo de Madrid bordado en colores.

En 22 de abril se celebra la primera Junta. He aquí el párrafo inicial del acta: «Don Manuel Mendía, secretario de la Sociedad Madrid Foot-ball Club certifico: Que el folio 1º del libro de actas de esta sociedad aparece lo siguiente: «En Madrid, a veintidós de abril de mil novecientos dos, reunidos los iniciadores de esta sociedad, bajo la presidencia de D. Juan Padrós, dicho señor la declara legalmente constituida en vista de haber sido aprobado el reglamento por el señor gobernador civil de la provincia». Acto seguido se procedió al nombramiento de la directiva, confirmándose a la que fue elegida el 6 de marzo anterior.

Queda pues fundada oficialmente la sociedad cuya gloriosa historia tratamos torpemente de bosquejar. Son treinta y nueve años de vida ejemplar y magnífica.

Se ha copiado íntegro este texto porque ya en él aparecen los elementos que han marcado hasta hoy las narraciones de la fundación del Real Madrid y la introducción del fútbol en la ciudad. En concreto las siguientes:

  • En 1897 se fundó el Sky FC, primer club madrileño dedicado al fútbol y del que deriva directamente el Madrid FC.
  • Ninguna referencia se hace a la fundación del Madrid FC, por más que se den dos fechas diferentes: si nos atenemos al título del libro la fundación fue en 1900, pero si nos fijamos en la última frase del texto fue en 1901 («treinta y nueve años de vida»).
  • Frente al desconocimiento absoluto del asunto que le lleva incluso a tan flagrante contradicción, conoce sin embargo con detalle cómo se llevó a cabo la inscripción del Madrid en el Registro. Entendemos que este es precisamente el motivo por el que años más tarde triunfó la fecha de 6-3-1902 como la de fundación para la celebración primero de las bodas de oro del club y las del centenario después.

2. El libro de Oro del Real Madrid

Todos los libros de historia del Real Madrid se basan directamente en el excelente trabajo realizado por un equipo de periodistas dirigidos por Federico Carlos Sainz de Robles para celebrar el cincuenta aniversario del club madridista. El Libro de oro del Real Madrid CF publicado en 1952 por Ediciones Ares tuvo como redactores principales a Manuel Rosón, Eduardo Teus, Alberto Martín Fernández («Juan Deportista»), José M. Fernández Gómez, Pedro  Termens y Ramón Melcón2. Ningún nombre aparece en el libro salvo el del director y los dibujantes (Ángel Esteban y Blanco Varas), pero la nómina completa apareció publicada en el Boletín del Real Madrid en el que se hacía la presentación de la obra.

Por las referencias que hace sabemos que el primer capítulo lo escribió también Manuel Rosón, que en el decenio largo que pasó entre el libro anterior y este debió de mantener muchas entrevistas con los protagonistas de los muy primeros años porque pudo ampliar notablemente la información que publicó en 1940. Eso sí, el único cambio que hizo sobre el esquema que hemos señalado fue el de añadir un punto anterior, el de 1890 y la Institución Libre de Enseñanza. A pesar de tener muchos más datos mantuvo inalterado los otros tres puntos, y muy probablemente por eso no pudo sacar consecuencias diferentes.

Veamos qué decía de cada uno de los cuatro puntos.

A.   1890 y la Institución Libre de Enseñanza

Ya en 1890 habían regresado a la península algunos jóvenes profesores de la Institución Libre de Enseñanza que habían acudido a Inglaterra a perfeccionar y ampliar sus estudios. Aquellos muchachos usaban sombrero hongo de copa alta y ala corta, fumaban en pipa y se rasuraban el rostro. Persistía aún la manía británica de considerar el fútbol como un «secreto de guerra», y ellos, como espías atómicos de nuestros agitados tiempos, se trajeron la fórmula para ensayarla en Madrid. Se juega aquí pues con anterioridad a las «experiencias» de la «campa» de Lamiaco en Bilbao; de la Bonanova en Barcelona o de las «traiciones» de los funcionarios ingleses de las minas de Tharsis en Huelva, los primeros en destapar en la península, y entre ellos el pomo de futbolísticas esencias tan celosamente guardado en las Islas. Antes en suma de que el benemérito suizo Hans Gamper encienda en Barcelona la mecha de la afición; de que Astorquia, Castellanos o Acha lo hagan en Bilbao; de que Bermejillo (que presidió el Foot-ball Sky), Palacios o los Padrós realicen lo propio en Madrid, o de que Maté y Tellechea adquieran en Ónuba las enseñanzas británicas.

Y los jóvenes profesores de la Institución, que han asimilado los preceptos educativos de Albión, son los mejores amigos de sus alumnos, a los que acompañan en sus paseos matutinos de miércoles y domingos. El lugar preferido es el del camino de El Pardo. Llegan todos hasta la Puerta de Hierro; recorren los rincones donde «el Sordo» se recogía para preparar sus piedras litográficas, y visitan el emplazamiento de la famosa «Quinta» donde se consumaron tantos ardientes amoríos del maestro. Y merienden a orillas del aprendiz de río, y juegan a la gallina ciega… Hasta que una mañana, uno de aquellos graduados de Oxford o Cambridge suelta un balón sobre las praderitas que Goya ha inmortalizado en sus tapices y en sus cuadros. Es cosa mágica: los chicos, como los corzos jóvenes de la vecina Casa de Campo corren alegremente detrás de la pelota y aprenden la gran lección futbolística que les brindan sus profesores.

La semilla está echada y germina muy pronto. Tanto que los chavales aquellos, tan pronto como les apunta el bozo, son los continuadores de una obra emprendida tan sencillamente. Y es entonces (1896-1897) cuando surge el Foot-ball Sky, padre prolífico del fútbol castellano.

En aquel declinar del siglo las clases aristocráticas consideraban como ineludible detalle de buen tono enviar a sus descendientes a que estudiasen en Inglaterra, y los chicos que iban a Oxford o Cambridge eran generalmente hijos de potentados que preparaban a sus herederos en la entonces plácida lucha por la vida en la practicidad y hechuras británicas. Otros, más distinguidos aún, o más ricos, caían en Etton, corazón pedagógico de la nobleza británica. Estos chicos de Etton usaban y usan unas chisteras y unos amplios cuellos almidonados. Aquel colegio era una fábrica de gentleman. Muchos de aquellos muchachos son hoy personajes ilustres, y sería injusto omitir en esta crónica que también estuvieron en Albión -y aún siguen yendo- los hijos de las más poderosas familias valencianas, murcianas o canarias (la fruta); de Vizcaya (los navieros que dieron la famosa generación de los «señoritos» de Bilbao); de Andalucía (los vinos y el sherry); de Asturias (las minas); o de Cataluña (los tejidos de Tarrasa y Sabadell).

Una vez en España aquellos chicos fueron los más exaltados defensores del fútbol. Y aquí encontraron un terreno perfectamente abonado. En cualquier punto del litoral donde existiera colonia inglesa, el flemático míster, una vez descorrido el velo del «secreto», era el primero en predicar con el ejemplo, cuando no eran los tripulantes de los barcos de la «Home Fleet», que surcaban las rías altas y bajas de Galicia como Pedro por su casa. Y siempre la vecindad del Peñón ejercida en todo el campo de Gibraltar…

B. Fundación del Sky FC

Es en 1902 (Heraldo del Sport, Madrid) cuando con relación a esa herencia del Sky se dice el 15 de marzo: «La antigua sociedad Football Sky, que data de 1897, ha cambiado este título por el de New Foot-ball Club3«.

[…] Es entonces, iniciado ya el siglo, cuando aquella semilla fructifica en ubérrima proporción. La juventud que encarnan los Palacios, Padrós, Meléndez, Gorostizaga, Mendía, Neyra, Varela, Giralt y tantos otros se rebela contra aquella arteriosclerosis nacional e inicia lo que algunos llaman «campaña de regeneración». Claro está que no sería posible enumerar aquí las «campañas de regeneración» que en aquella época fueron emprendidas.

Lo cierto es que fueron ellos los que pusieron en marcha la máquina y que el Foot-ball Sky, que se consumiera plácidamente para reencarnar en el New, fue enterrado sin los honores merecidos a los seis años de su nacimiento, acaecido en la Moncloa, que fue donde primeramente sentaron sus reales los futbolistas madrileños, luego de los felices ensayos realizados a la vera del Manzanares. Aunque no transcurriría mucho tiempo sin que la rama más recia del viejo tronco surgiera y se estableciera en los altos de la calle de Velázquez, esquina a Lista (el «campo de Estrada»), para afincarse después en los de la de Alcalá, al final de la «civilización» urbana.

Se ha dicho en el capítulo anterior que cuando surgió el New de entre las cenizas del Sky existía ya el Madrid. Pero como todo lo esencialmente local ha sido tomado siempre a broma por los propios madrileños, nadie hasta que surgió la tenacidad de los Padrós se tomó la molestia de encauzar aquellas actividades tan desordenadas […].

De ahí se infiere que, aun en vida del propio Sky, y absorbida una parte muy importante de esa sociedad por el propio Madrid, que estaba ya presidido por el que fue luego ilustre patriarca de las artes gráficas, D. Julián Palacios, no se preocupara este ni nadie de legalizar la situación. Pero ese «testamento» transcrito ya del primitivo club a favor del New, parece obedecer más bien a las rencillas que a la sazón existían entre aquellas sociedades. La noticia anterior del Heraldo del Sport corresponde al 15 de marzo de 1902. pues bien, una semana antes, el día 8, decía la propia revista lo siguiente: «en Madrid hay ya dos sociedades, que son la Foot-ball Sky, y cuyo presidente es el Sr. Mayora y la Madrid Foot-ball Club, bajo la presidencia del Sr. Palacios (Julián)».

Es decir, que en el transcurso de ocho días hubo un desdoblamiento del Sky, que pasó a mejor vida, para dar paso al New, que una semana antes no contaba en este mundo de los vivos. La presidencia, que en 1897 y 1898 ostentara D. Luis Bermejillo, estaba vinculada en 1902, como queda dicho en la persona de D. Ángel Mayora, que pasó a ser tesorero del New, recayendo entonces aquel cargo presidencia en D. Manuel Vallarino. Por cierto, que el nuevo club siguió ostentando los viejos colores, que fueron dieciocho años después los de la selección nacional: pantalón azul y blusa roja, aunque en algunas ocasiones aquel fuera blanco.

[…] Se ha hecho antes tímida referencia al primer sitio donde los muchachos del Madrid comenzaron a darle a la bolita. El «campo de Estrada» estaba en la calle de Lista, esquina a la de Velázquez. Era una amplia y descarnada superficie que tomaba su nombre del apellido de un marmolista, Estrada, que tenía allí su taller y su domicilio. Y aunque el barrio de Salamanca era ya realidad a medias, lo cierto es que aquel amplio sector del Ensanche era conocido en el resto de la Villa como los «altos de la calle de Velázquez», con la misma liberalidad con que se denominaba a los del Hipódromo o a los de la Moncloa, lugar este también de mucha tradición futbolística. La edificación más cercana, exceptuado naturalmente el domicilio de Estrada, con su mirador, era un convento, el de las Jerónimas. Allí fue pues donde aquel brote purísimo comenzó a familiarizarse con la denominación lógica y popular que hoy ostenta nuestra gloriosa entidad. Y allí era donde se habían refugiado los restos del prolífico club que primeramente practicó el fútbol en Madrid. Todavía predominaban los colores rojo (la blusa) y azul (el pantalón) de aquel ilustre Foot-ball Sky tan reiteradamente mencionado en esta historia.

[…] El propio don Julián [Palacios] -fallecido en 1947- le explicaba al autor alguno de los pormenores de aquel Foot-ball Sky que él conoció siendo un chico: «no éramos más de treinta los socios, y solo pagábamos la cuota unos cuantos. El principal animador del club era un suizo llamado Paul Heubi. Era difícil reunir un equipo, y más de una vez tuvimos que jugar siete u ocho. Otras les prestábamos jugadores a los contrarios que en el fondo éramos nosotros mismos, porque solo existía el Sky. Los colores del uniforme eran blusa roja y pantalón azul, pero también era difícil que hubiera media docena de jugadores vestidos lo mismo. Cuando unos cuantos formamos el primitivo Madrid, el Sky no daba ya casi señales de vida. Entonces lo presidía Mayora, pero todo eso ocurría en 1901.

C.   Fundación del Madrid FC

Es allí donde puede y debe decirse que nace el Madrid, que preside primeramente Palacios. Anda muy corrido el primer año del siglo y las actividades de la incipiente Sociedad se limitan a «interminables partidos, a fumar y a charlar», como aseguró después aquel pintoresco Mr. Johnson en sus memorables consejos. No existen referencias concretas acerca de esas actividades iniciales, pero es lógico que esos «interminables partidos» no fueron exclusivamente disputados entre los jugadores del Sky y del naciente e incontrolado Madrid -aún no existía el New-, sino que intervendrían también cuantos aficionados noveles tuvieran gusto de ello.

Y allí, precisamente allí, es donde D. Julián Palacios, el presidente del Madrid, conoció a la que fue después su esposa ejemplar y hoy es su viuda inconsolable: una hija de Estrada. Es curiosa la coincidencia, pero D. Ángel Barquín, otro de los fundadores del Madrid, está casado con la hija de otro marmolista insigne, D. Faustino Nícoli, que luego fue primer teniente de alcalde del municipio madrileño. Y es igualmente curioso que al lado del campo que después tuvo el Madrid en la Avenida y del que tuvo el Athletic en la ronda de Vallecas hubiera talleres dedicados a la misma industria. Era, sin duda, la «edad de piedra».

Fue a últimos de 1901 cuando nuestro club se trasladó a la castiza barriada de Pardiñas. Seguía presidiéndolo D. Julián, y ya figuraban entre sus socios los hermanos Padrós, que procedían igualmente del campo de Estrada. No tardaría en surgir el espíritu creador de don Carlos.

[…] Palacios, como ya se sabe, es el primer presidente del Madrid en la etapa precursora que pudiéramos llamar de las zapatillas que era como verdaderamente andaba el club, sin preocuparse, como se ha dicho ya, de otra cosa que de darle a la bolita. La época de Palacios, incontrolada, borrascosa, esporádica y de despiste, viene a ser el virus que prende en todos después de la vacunación colectiva de la juventud madrileña contra el fatalismo y la desgana, representada por el gesto de aquellos muchachos que acometieron la «campaña de regeneración nacional» de que nos hablan los periódicos de aquel entonces. Pero ya se sabe que todas las «fuerzas vivas» emprendían a la sazón una campaña semejante.

El propio don Julián -fallecido en 1947- le explicaba al autor alguno de los pormenores […]. Cuando unos cuantos formamos el primitivo Madrid, el Sky no daba ya casi señales de vida. Entonces lo presidía Mayora, pero todo eso ocurría en 1901. Por entonces presidía yo también el recién constituido Madrid, pero no nos ocupábamos de legalismos. Mi cuñado Gorostizaga fue también uno de los primeros directivos de aquel Madrid. Claro está que entonces no pensábamos ser parientes. Después el espíritu de organización de los Padrós dio nueva vida al Madrid. Cuando yo jugaba como delantero centro no dejaba tranquilos a los porteros contrarios, aunque ellos se defendían también con sus cargas de carrerilla. Pero se perdía el tiempo hablando y fumando. He conocido a un guardameta que se sentaba en una silla delante de un valedor y se tomaba una gaseosa tan tranquilo. Y aunque todo aquello ocurría detrás de la línea y a un lado de la portería, se armaban las grandes tremolinas cada vez que avanzaban los delanteros contrarios. El que más sabía en aquella época era un inglés muy simpático que tomaba tan en serio el fútbol que se casó un sábado y jugó al día siguiente por la mañana.

Don Julián se refería a Mr. Arthur Johnson, el feliz autor de las instrucciones conocidas.

Por último conviene señalar que en el primero de los apéndices del libro en el que se hacen semblanzas de los presidentes madridistas aparece Julián Palacios con mandato entre 1900 y 1902, manteniendo así la incoherencia que ya aparecía en la obra de 1940.

En cuanto al punto cuarto, sobre la inscripción del Madrid en el Registro no hay ninguna novedad reseñable en el Libro de oro, por lo que no es necesario copiar las referencias.

A modo de resumen podemos afirmar que además de nuevos datos que podríamos llamar accesorios Rosón añade en esta obra los elementos siguientes:

  • El fútbol llegó a Madrid en 1890 a través de profesores de la Institución Libre de Enseñanza que habían hecho estudios en Inglaterra. No se dan nombres.
  • El primer presidente del Sky FC fue Luis Bermejillo. Primero jugaron en la Moncloa y después pasaron al Campo de Estrada.
  • Según Julián Palacios el Madrid FC se fundó en 1901, presidido por él y con Gorostizaga también en la junta directiva. Empezó jugando en el mismo Campo de Estrada, pero a finales de 1901 fueron a la barriada de Pardiñas.

3. Obras posteriores

A partir de 1952 se han debido de publicar no menos de 15 historias del Real Madrid, pero todas ellas han sido copia directa del Libro de oro. Por añadir algún texto reciente anotamos a continuación lo publicado en Cien años del Real Madrid (tomo VI, págs. 6-9) escrito por Bernardo Salazar:

En Madrid fueron los alumnos y algunos jóvenes profesores de la Institución Libre de Enseñanza los pioneros en practicar el soccer. Fue en 1890, en la margen derecha del río Manzanares, en las praderas existentes junto a la Puerta de Hierro, que entonces daba entrada a la Casa de Campo, de propiedad regia.

Miércoles y domingos forman alegres grupos que realizan paseos en busca de contacto con la naturaleza. Visitan la Quinta del Sordo, donde el gran Francisco de Goya preparaba sus piedras litográficas, meriendan a orillas del aprendiz de río y juegan a la gallina ciega hasta que aparece sobre la pradera un pelotón tras el que corren para golparlo ejercitando sus habilidades ante la sorpresa de algunos paseantes. Lógicamente se van despojando de forma paulatina de sus sombreros hongos de copa alta y ala corta, de sus levitas y de otras incómodas prendas que coartan su libertad de movimientos. Pronto se plantaron unas cañas en el suelo unidas por una cuerda en cuyo centro se ataba un pañuelo para que se viese claramente la situación de la portería.

Según las viejas crónicas fue un profesor suizo, con diversas grafías al reflejar su apellido, tal vez Heubi sea el correcto, quien se constituyó en el alma Mater del primitivo football madrileño.

[…] Los jóvenes estudiantes de la Institución crecieron y algunos continuaron practicando su deporte favorito. Hicieron prosélitos y formaron una agrupación deportiva a la que bautizaron con el anglófono nombre de Foot-ball Club Sky. Era a principios de 1897.

Aunque no se cumplieron los trámites oficiales de confeccionar un reglamento y enviarlo al Gobierno Civil para tomar forma legal, sí existía una junta directiva formada por Luis Bermejillo como presidente, el conde de la Quinta de la Enjarada como tesorero y Martos y Careaga como vocales. De inmediato solicitaron a Paul Heubi que les aleccionase en las normas futbolísticas. Heubi fue el primero en enseñarles el uso reglamentario de la carga, en uno de los solares existentes en los desmontes de la Moncloa, por donde más tarde se extendería la calle de Vallehermoso.

La treintena escasa de asociados, de la que no todos pagaban regularmente la cuota mensual establecida, se reunía los domingos por la mañana. Los asistentes montaban las porterías, en las que pronto sustituyeron la cuerda superior por un larguero de madera encajado en los postes laterales, y se repartían en dos equipos, de número indeterminado para que todos pudiesen jugar. El uniforme lo constituía una camisa roja y un pantalón azul, aunque se respetaba poco la uniformidad. Los más enterados utilizaban una gorrilla, cap, que habían visto cubriendo los cabellos de los internacionales ingleses.

Los partidos eran eternos, a no ser que el balón perdiese su contenido y hubiera que suspender el juego. Unos se iban y otros llegaban. Los más alejados a la acción del juego consumían un cigarrillo que depositaban cuidadosamente en el suelo al acercarse la pelota y los adversarios y luego, cuando había pasado el peligro, lo recogían para seguir exhalando su humo. El juego continuaba y los goles no subían al marcador inexistente hasta configurar resultados que hoy se dan en balonmano: 17 a 12. De pronto el propietario del esférico recordaba que su presencia era requerida en otro lugar y sentenciaba: «quien marque el último gana». En cuanto se producía el goal recogía su tesoro bajo el brazo, se calaba el sombrero y salía pitando hacia su compromiso.

Poco a poco iban incorporándose nuevos footballers. A veces había que dejar a algunos de mirones y no siempre eran los menos dotados. Ser el dueño del balón aseguraba un puesto y el de los amigos más íntimos, y, lógico, nacieron los recelos y las disidencias.

En 1900 era presidente Ángel Mayora cuando un importante grupo capitaneado por Julián Palacios se desgajó del Sky. Tal vez también influyese en ello la lejanía del campo de juego para un grupo que vivía en los aledaños del naciente barrio de Salamanca y la incorporación de los jugadores que practicaban en la Escuela de Ingenieros de Minas.

Los disidentes se aposentaron en un solar anejo al taller del marmolista Estrada, sito en lo que hoy es la manzana que forman las calles Velázquez, Padilla, Núñez de Balboa y Lista. En aquella época era un enorme descampado donde se elevaba el convento de la Concepción Jerónima que conservaba la tumba de Beatriz Galindo, La Latina, maestra de Isabel la Católica.

Allí, en el almacén de Estrada, se guardaban los postes y largueros de las porterías, que se montaban y desmontaban por los jugadores. Eran tiempos luego definidos como «los de las porterías al hombro».

Cuándo y quién decidió que el nombre del nuevo equipo llevara el nombre de la ciudad es un enigma. Como también lo es el periodo en que Julián Palacios ejerció la presidencia ya que, algunas publicaciones, mencionan a veces como presidente a Enrique Varela de Seijas, quien más tarde fue afamado dibujante y grabador.

La realidad es que, antes de su legalización, existía un Madrid Foot-ball Club (único equipo que llevó el nombre de la ciudad en el suyo propio hasta 1947, cuando el Atlético lo incorporó al suyo), que jugaba en el campo de Estrada, lo presidía Julián Palacios y tenía una cincuentena de socios.

A riesgo de habernos extendido excesivamente en las citas hemos preferido copiarlas íntegramente para que el lector tenga claro cuál es el estado actual de la cuestión, de qué punto exacto partimos. Lo que nos permite concluir en primer lugar que todos los autores son tributarios de Rosón, como él mismo ya decía en 1951 (Boletín del Real Madrid, nº 3):

Bucear acerca de los orígenes del fútbol de la Villa y del oso y el madroño […] es cantar un poco el «himno de la pescadilla», esa que según los cánones culinarios se sirve mordiéndose la cola.

Y por otro lado saber que hay cuatro hitos en la introducción del fútbol en Madrid a los que al menos a modo de hipótesis debemos prestar atención:

  • 1890: introducción en la Institución Libre de Enseñanza.
  • 1897: fundación del Sky FC.
  • 1901: fundación del Madrid FC.
  • 1902: registro oficial del Madrid FC.

III. Introducción en la ILE

El fútbol en la Institución Libre de Enseñanza

Los más remotos vestigios del fútbol madrileño fueron plenamente desconocidos hasta las pocas notas que Rosón hizo en el Libro de Oro. Y como ha venido ocurriendo, las noticias que posteriormente se han publicado sobre la cuestión han sido todas copia de aquellas escritas por Rosón.

Aunque nos encontremos en los momentos más primeros no resulta paradójico el hecho de que sea de toda nuestra narración la etapa que más documentada tenemos, en concreto gracias al Boletín de la Institución Libre de Enseñanza (BILE).

Ciertamente este es el único capítulo que no merecería estar en un estudio titulado La aguja del pajar, puesto que la única labor necesaria para cuanto aquí se presenta no era sino la obvia: leer el boletín de la institución para conocer las actividades de la institución. Aquí solo nos encontramos ante la desidia de los «estudiosos», incluyendo los más reconocidos.

Debemos empezar por la única nota que ya era conocida, citada aunque errónea y parcialmente por Anastasio Martínez Navarro en su artículo «Los juegos corporales en la educación», publicado en la obra colectiva Un educador para un pueblo (UNED, Madrid, 1987; págs. 177 y ss.). Se trata de un fragmento del artículo «Los juegos corporales en la educación», escrito por Ricardo Rubio y publicado en el BILE nº 391 (1893, págs. 145 y ss.):

¿Qué historia podemos hacer nosotros de los juegos escolares en España? Podríamos decir que «se pierde en la noche de los tiempos»… futuros. Nada hay organizado oficialmente. Nuestros lectores saben que la Institución libre dedica todos los miércoles por la tarde y muchísimos domingos del curso al juego corporal en el soto del puente de San Fernando, juego de maestros y alumnos, obligatorio los miércoles y potestativo los domingos. Esta costumbre, cuyos resultados son cada día más satisfactorios, comenzó en nuestra casa al año de empezar sus clases, en 1877; entonces salíamos todos los días a pasear con nuestros alumnos y tomábamos parte en sus juegos del marro, del salto, del tin, etc.

Pero en 1882 fue cuando se organizaron los partidos normales con la dirección de Mr. S. H. Capper, el querido amigo a quien tanto recuerdan los antiguos alumnos de la Institución (aquellos que, siendo entonces sus discípulos, eran al mismo tiempo sus compañeros) y cuyo interés por nuestra obra sigue tan vivo como cuando lo teníamos entre nosotros, tomando parte en ella.

Mr. Capper nos enseñó el rounders, que es aún hoy el juego favorito de los alumnos de aquella época. Después, en 1889, a la vuelta de una visita a Inglaterra de uno de nuestros profesores, se introdujo el foot-ball, que desde entonces viene siendo nuestro juego de invierno, habiendo quedado el rounders como menos violento, para los meses más calurosos de primavera.

Este movimiento a favor de los juegos escolares de nuestro país, iniciado y mantenido por la Institución no ha quedado completamente reducido al círculo de sus alumnos; en nuestros partidos de foot-ball y de rounders vienen tomando parte otras personas, alumnos y hasta profesores de la Universidad, y aun personas de edad madura, atraídos por la propaganda de los más entusiastas. Fuera de esto apenas tenemos noticias de otros ejercicios atléticos de la juventud española que los organizados por los clubs de regatas en algunos de nuestros puertos y por las sociedades de velocipedistas que existen en varias capitales; debiendo citar entre estas últimas la fundada en Oviedo por alumnos y profesores de aquella Universidad.

Dos preguntas surgen inmediatamente: quién es Capper y quién fue el profesor que en 1889 introdujo el fútbol en la ILE.

Sobre Capper nos permitimos ceder la palabra al profesor Cossío, quien con motivo de la muerte del primero publicó en el propio BILE de 31-7-1925 (nº 784). Dice así bajo el título de «Stuart Henbest Capper»:

Muchos de los antiguos alumnos lo recuerdan y lo recordarán siempre con cariño, pues de él fueron a la vez compañeros y alumnos de la Institución durante varios años. Stuart Henbest Capper, tutor del hijo del ministro británico en Madrid, Sir Robert Morier, llegó aquí en 1882, en la primera juventud de los 20 años, y presentado en la Institución de los Macpherson, se consideró él y fue considerado por todos desde el primer instante como si hubiera nacido entre nosotros.

En una excursión de alumnos por tierra de Salamanca hizo su entrada. Fue esto simbólico. No faltó ya a ninguna otra. Y en su convivencia con esta casa hubo una reciprocidad de beneficios, basada precisamente en las dos notas más salientes que cultivó la Institución desde su origen: los juegos corporales y la educación de las bellas artes al igual de las otras disciplinas.

Inglés de pura cepa, menos intelectualista que humano, sano de espíritu y de cuerpo, alegre, intrépido, ágil, fuerte, jugador de raza, enseñó con su ejemplo a profesores de su edad y a alumnos, e introdujo entre ellos juegos atléticos sociales ingleses, que han tardado 30 años en aparecer luego por otro camino; y no ha habido en este orden, superior al suyo, ningún otro influjo. Los niños de las escuelas públicas de Madrid, sin saberlo, juegan en las plazuelas -senderos misteriosos- lo que Capper nos trajo.

A cambio de lo que nos dejara, se llevó, no fue poco, la orientación central para toda su vida. Capper, maestro en artes por la Universidad de Edimburgo, sabía sólidamente lo que todo inglés estudioso sabía entonces al licenciarse en Filosofía: latín, griego y matemáticas. De latín y griego, y sobre todo de inglés, dio clase entre nosotros. Algunos de aquellos muchachos no habrán aprendido más inglés desde entonces, y recordarán con amor su noble y franca camaradería, y aquellos tes de las cinco, tan joviales, en su bonito cuarto de la embajada, lleno de libros y recuerdos de viaje.

Desde la primera excursión, Capper, que nada conocía de la historia del arte, se enamoró perdidamente de la arquitectura. Tuvo la fortuna de cultivar el trato de Riaño, de Fernández Jiménez y de Velázquez, a cuya clase en la Escuela de Arquitectura y en la Institución asistió asiduamente. Con él y con Beruete aprendió a dibujar, lo que antes no sabía; y al salir de España, abandonada la tutoría del hijo de Morier, fue derecho sin vacilar a la Escuela de Bellas Artes de París, a prepararse para ser arquitecto. Y lo consiguió, en efecto, a los muy pocos años.

Construyó en Glasgow y en Edimburgo, contribuyendo a la conservación de antiguos monumentos y a nuevas orientaciones en la estética de los edificios. Pero él no quería construir, sino profesar la teoría y la historia de la arquitectura. Y en la primera ocasión que tuvo concursó a la dirección del Departamento de Arquitectura creado por la universidad de Mac Gill, de Montreal, en el Canadá, y el influjo de la Institución continuó favoreciéndole en este segundo paso de sus deseos profesionales, pues gracias a los testimonios de nuestra casa obtuvo Capper el puesto ambicionado.

En él permaneció bastantes años, hasta venir a igual Departamento en la Universidad Victoria, de Manchester. Y aquí estuvo hasta el momento de la guerra, en que, enfermo hacía tiempo del corazón, y tampoco en edad de tomar armas, el gobierno lo envió a Egipto para la censura de la correspondencia, utilizando su perfecto conocimiento de varios idiomas. El castellano llegó a hablarlo y escribirlo como uno cualquiera de nosotros.

Sus relevantes servicios hicieron que el gobierno lo mantuviese en Egipto después de la guerra, y allí ha sido uno de los más poderosos resortes de la política británica en los últimos tiempos. Enfermo al parecer de gripe durante pocos días, cuando se creía ya casi bueno, murió de repente en el hospital de El Cairo en que se hallaba. Su salud, ya débil, estaba ahora más quebrantada por el exceso de trabajo material y sobre todo de preocupaciones con motivo de los acontecimientos.

Su memoria será siempre grata a los antiguos profesores y a los alumnos que con él convivieron, y su bienhechor influjo en la Institución, bendecido mientras esta subsista.

Las diversas notas y referencias publicadas sobre Capper en relación con la ILE beben todas de esta necrológica4.

La fecha de 1889 como la de introducción del fútbol en la ILE se apoya no solo en el artículo anterior de 1893, sino en otras referencias en el propio BILE. Así por ejemplo dice el propio Francisco Giner de los Ríos en su artículo «La higiene de las vacaciones» (BILE nº 363 de 31-3-1892, págs. 83 y ss.)

Nosotros mismos, los adultos -se comprende que en diversa proporción según el vigor de cada cual- experimentamos los propios efectos en nuestras excursiones, ejercicios y juegos. Por ejemplo, las partidas de foot-ball que a veces se verifican los domingos, cuando ocupan únicamente la mañana, dejando libre el resto del día para un reposo casi absoluto en el campo, constituyen una combinación muy superior a la de aquellas otras que duran mañana y tarde, y cuyos efectos sentimos todos (particularmente los más endebles) en el mal trabajo del lunes.

Del mismo modo afirma Rafael Altamira en su artículo «Asociaciones escolares» (BILE nº 376, 15-10-1892, págs. 293 y ss.):

A la educación física conceden bastante las asociaciones escolares. En Inglaterra se formaron desde luego sociedades especiales para atender a este fin, desarrollando los juegos libres: foot-ball, rounder, paper-chase, ejercicios natación, remo, etc.; y sabido es que todos los años se celebran competencias de regatas y de juegos entre dos célebres universidades, y que las tales competiciones constituyen una fiesta nacional. Mucho hacen también en este orden las asociaciones americanas. En cuanto a las francesas, han llegado a la gimnasia, a la esgrima, al velocípedo y al foot-ball.

En España no conozco otras manifestaciones de este género que el Club de velocipedistas, creado en Oviedo con el concurso de profesores y alumnos de la Universidad, y la Sociedad de juegos físicos, formada por alumnos y profesores de la Institución Libre de Enseñanza y continuada por la corporación de antiguos alumnos.

Precisamente en el BILE nº 380 (15-12-1892, págs. 365 y ss.) se presentaba la Corporación de Antiguos Alumnos de la Institución Libre de Enseñanza, presidida por Julián Besteiro. Entre los estatutos de la misma conviene destacar el artículo 3º:

Se considera como antiguos alumnos de la Institución a todos los que hayan recibido directamente su influjo en cualquiera de las esferas en que lo viene ejercitando (clases, cursos breves, excursiones y ejercicios corporales).

Lamentablemente lugar casi nulo ocupa el fútbol en el magnífico artículo titulado «Los ejercicios y juegos corporales en España», escrito por el profesor Pedro Blanco Suárez (BILE nº 413, 31-8-1894, págs. 227 y ss.):

Aunque sin carácter de sociedad, en alguno de los puertos de Francia, Biarritz, Hendaya, San Juan de Luz, se jugaba en pasados veranos a este [lawn-tennis] y otros juegos ingleses (rounders, foot-ball) por la sociedad aristocrática española que veranea en dichos puntos.

Llegados a este punto quedaría por despejar una de las incógnitas que se nos planteaban: ¿quién fue el profesor que en 1889 introdujo el foot-ball en la ILE? Una hipótesis novedosa la encontramos en la obra El Real Madrid en la historia de España (2002), del profesor Bahamonde Magro. Dice así:

La Institución Libre de Enseñanza cumplió un papel fundamental en la introducción y difusión del fútbol en Madrid como práctica deportiva. Desde su nacimiento la Institución había promovido la incorporación de la cultura física y el ejercicio deportivo, valorándolos como elementos indispensables en la formación integral del individuo. La práctica deportiva penetró en los planes de estudio y en los espacios físicos de la Institución. El excursionismo fue su logro más palpable.

Profesores y alumnos de la Institución viajaron a Inglaterra. Allí entraron en contacto con el espíritu deportivo que impregnaba a los collages británicos y allí conocieron el juego del foot-ball. Manuel Bartolomé Cossío, profesor de la Institución y sucesor de Francisco Giner de los Ríos en 1915 a la cabeza de la misma, insistía en que él había sido el introductor del primer balón de fútbol, de origen inglés, con el que se jugaba en Madrid, en las cercanías de la Puerta de Hierro y del río Manzanares, a finales del siglo XIX. En aquellas praderas coincidían profesores y alumnos de la Institución practicando el nuevo deporte.

No es de extrañar, pues, que alguno de los fundadores del Madrid Foot-ball Club o quienes jugaron en los primeros tiempos procedieran de esta ambientación. Incluso aparece algún apellido sonoro que no deja lugar a la duda. El caso más patente podría ser el de los hermanos Adolfo y Vicente Álvarez-Buylla Lozana, herederos directos del catedrático krausista de la Universidad de Oviedo Adolfo Álvarez Buylla. Uno de los hermanos, Adolofo, llegó al Madrid en 1903 y continuó en el equipo hasta 1911. Vicente arribó más tarde, en 1908, para pasar posteriormente a las filas del Español de Madrid y del Racing. Los dos hermanos alternaron su actividad deportiva en el Madrid y en el Stadium de Avilés.

Manuel Rodríguez Arzuaga, polifacético deportista, representa fielmente el espíritu de la Institución, cuyo alumno fue. Había practicado el rugby en Francia, el fútbol y el remo en Inglaterra, y fue uno de los impulsores del desarrollo del fútbol en la Institución. Hombre de elevada posición económica, ejerció el mecenazgo del fútbol madrileño a la altura de 1910 […]

Tenemos pues la primera pista, si bien carente de fuentes5. ¿Fue de verdad Cossío, el redactor de la necrológica de Capper, quien trajo en 1889 el primer balón de foot-ball? Por lo que sabemos, la pista parece buena.

En primer lugar sabemos que en 1889 Cossío era profesor de la ILE, y que tenía muy buena relación con Capper. Pero no solo eso, sabemos también que precisamente en 1889 Cossío hizo un viaje de estudios en Inglaterra, y que estuvo hospedado en casa de Capper.

¿Fue pues Cossío quien en su visita a la casa de Capper vino con los primeros balones de foot-ball a Madrid? Parece que sí.

IV. Fundación de la primera Sociedad de Foot-ball

No son pocas, hemos de reconocerlo, las dudas que tenemos sobre la fundación del Sky FC. O mejor dicho, sobre si el equipo que se estableció como asociación el día 5-1-1898 presidido por Luis Bermejillo Martínez-Negrete es o no el Sky.

Empecemos no obstante por presentar las notas de prensa que hemos localizado del club presidido por Bermejillo:

La Época, 29-12-1897 (pág. 1).

Todas las mañanas, desde hace algunos días, sale de la calle de san Marcos donde vive el Sr. Bermejillo el mail coach de este señor, ocupado por él y por varios amigos de tan distinguido sportman.

Van todos a los terrenos que se hallan detrás del Retiro, donde juegan animadas partidas de foot-ball.

No hace mucho tiempo hizo su aparición en Madrid, con gran éxito, el juego del polo. Ahora empieza a privar el foot-ball, con éxito extraordinario también.

Es posible que en breve organicen los aficionados a este sport una fiesta a la que serán invitadas aristocráticas señoras.

La Correspondencia de España, 4-1-1898 (pág. 1).

La moda, que se impone con sus caprichos, varía en todo constantemente; pero más que nada en sport.

Han estado en Madrid sucesivamente de moda los patines, el ciclismo, el Lawn-tennis, el polo y las variadas combinaciones de gymkena.

Ahora el sport de moda es el foot-ball, juego inglés que consiste en jugar a la pelota con el pie. Casi todas las mañanas juegan partidos en el frontón del Retiro los señores Bermejillo, marqués de Tovar, Vázquez Chávarri, Montojo, Villalba, Iturbe, Sanjuanena y otros muchos.

El nuevo juego es ahora en Madrid la última palabra de la moda.

La Época, 6-1-1898 (pág. 1) y La Correspondencia de España (pág. 3)

Los socios del foot-ball se han reunido ayer tarde en casa del Sr. Bermejillo y han elegido la siguiente junta directiva:

Presidente: D. Luis Bermejillo

Tesorero y secretario: Sr. Conde de la Quinta de la Enjarada

Vocales: Sres. Careaga y Martos (D. Jacinto).

Gadeón, 6-1-1898 (pág. 3)

Dice un periódico: «Ahora el sport de moda es el foot-ball, juego inglés que consiste en jugar a la pelota con el pie».

Desde mañana me dedico al foot-ball. Porque pienso que en el año presente hemos de dar muchos puntapiés y es bueno ir ejercitando la puntería.

La Época, 17-1-1898 (pág. 1)

Continúan muy animados los partidos de foot-ball. Al del jueves por la tarde se proponen asistir muchos curiosos, amigos de los jugadores.

El foot-ball, que como es sabido, es ahora el juego de moda, va a establecerse en los nuevos Campos Elíseos.

En aquel sitio, que ha de ser uno de los más amenos de Madrid, se edificará con dicho objeto un chalet, al que se harán excursiones por las tardes y en el que se servirán meriendas que resultarán seguramente agradabilísimas.

La Correspondencia de España, 30-1-1898 (pág. 2)

Ayer ha habido mucha gente en el foot-ball, que cada día cuenta con más número de socios y está más animado.

La Época, 3-3-1898 (p. 1)

Hoy, jueves, ha estado muy animado el Hipódromo, donde se ha jugado la acostumbrada partida de polo.

Han asistido a presenciarlo bastantes señoras de las cuales son constantes en su asistencia todos los lunes y los jueves.

Mañana, a las tres de la tarde, se jugará también, en el campo dispuesto para ello detrás de las tapias del Retiro, la última partida de foot-ball.

Entre los jugadores que más se distinguen en este sport figuran siempre los Condes de Lérida, Urbasa y Quinta de la Enjarada, y los Sres. Pignatelli, Careaga y Bermejillo, entre otros.

La Época, 5-3-1898 (pág. 1)

A pesar del mal tiempo asistieron ayer tarde varias señoras al partido de foot-ball que se jugó detrás de las tapias del Retiro.

El partido, el último que se jugará por ahora, resultó muy comprometido y animado.

En primer lugar nos llama la atención la cierta abundancia de notas que encontramos, en que casi se va siguiendo partido a partido las andanzas de los pioneros futbolistas madrileños. Ahora bien, en ningún momento se le llama Sky FC a este club, al que ni siquiera se le llama de ninguna manera. Cuando se presenta la junta directiva que se reunió el día 5-1-1898 se habla de «los socios del foot-ball», por lo que parece que el primer nombre debió de ser simplemente Sociedad de Foot-ball, muy común por otro lado en otras muchas ciudades para el primer club de fútbol que se fundaba.

Ignoramos la fecha de fundación de esta Sociedad de Foot-ball ya que sabemos que en el mes de diciembre de 1897 ya jugaban al fútbol. En todo caso la reunión importante tuvo lugar el 5-1-1898 en la casa de Luis Bermejillo para designar junta directiva y en definitiva, entendemos, constituirse formalmente como sociedad. Ningún rastro queda por cierto de esta sociedad en el Registro de Asociaciones.

La ausencia repentina y prolongada de notas de prensa nos hacen pensar que la sociedad perdió pronto sus ímpetus iniciales, tal y como se dice en La Época, 16-8-1899 (pág. 1):

El automovilismo es hoy el sport de moda. Al generalizarse el uso del nuevo vehículo entre las personas elegantes de ambos mundos, ha venido a causar grave daño a la bicicleta, al Lawn-tennis, al foot-ball, al yatching y a otros deportes extranjeros, dejándolos oscurecidos.

No obstante algunos meses antes la Revista Nueva (15-2-1899, pág. 730) decía lo siguiente:

Dos sociedades existen en la actualidad que se dedican en Madrid a practicar este sport.

En el invierno pasado nacieron ambas, siendo la primera fundada por el conocido sportman Sr. Bermejillo, la que juega sus partidos junto a las tapias del Retiro. La otra juega sus partidos en un solar de la plaza de toros.

Ahora dícese que piensan instalarlo en el Hipódromo, fundando un verdadero club.

Nótese que una vez más no se hace referencia a que la sociedad de Bermejillo se llame Sky FC, si bien tampoco le da nombre a la otra. En realidad el nombre de Sky FC por lo que hemos podido localizar no aparece precisamente hasta 1902:

Heraldo del Sport, 8-3-1902 (págs. 5-6): «Foot-ball» (Un Goal-Keepper).

Parece que va tomando carta de naturaleza entre nosotros el juego inglés llamado «foot-ball». En Barcelona hay varias sociedades constituidas con el único objetivo de dedicarse a este sport, y lo mismo sucede aunque en menor escala en Vigo, Bilbao, Málaga y otros puntos que tienen numerosa colonia inglesa que ha fomentado la afición a este juego.

En Madrid hay dos sociedades, que son la Foot-ball Sky y cuyo presidente es el Sr. Mayora, y el Madrid Foot-ball Club bajo la presidencia del Sr. Palacios (J.).

Y en el mismo Heraldo del Sport, una semana después (15-3-1902):

La antigua sociedad Foot-ball Sky ha cambiado este nombre por el de New Foot-ball club, y en la elección de su junta directiva han sido designados los señores siguientes:

Presidente: Manuel Vallarino

Vicepresidente: Fernando Valcárcel

Secretario. Guillermo García Martino

Tesorero: Ángel Mayora

Vocales: Emilio Valenti, Luis Díaz y Juan A. Núñez.

Como dijimos ya anteriormente en una nota al pie Rosón en el Libro de Oro copia las dos notas pero incluye una frase que no está en el original y que cambia completamente la realidad. En la segunda de ellas, después del nombre de la sociedad, inserta «fundada en 1897». Ignoramos los motivos, pero evidentemente el error es de fundamental importancia.

La realidad de las notas de prensa, en que solo se habla de Sky FC en 1902 y al equipo de Bermejillo no se le da nombre o incluso pueda intuirse que se llamara sin más «Sociedad de Foot-ball». De entre los protagonistas solo nos refuerza la realidad de las notas de prensa el caso de un desconocido para el fútbol llamado Antonio de Hoyos y Vinent, que afirmó en ABC (11-11-1930):

Hace 27 años (sic), con 13, jugué en el primer equipo, fundado y presidido por Bermejillo.

Le fallan los cálculos a Hoyos al colocar al equipo de Bermejillo en 1903, pero sí recuerda bien que jugó cuando tenía 13 años pues en efecto había nacido en 1885. Y ni rastro de que el club se llamara Sky FC.

Pero salvo Hoyos, todos los demás testimonios que tenemos de los protagonistas afirman que ese equipo de Bermejillo se llamaba Sky FC. El primero que localizamos es de los hermanos Giralt en El Imparcial (5-9-1928):

Antes de fundar el Madrid ya jugábamos al fútbol… Nosotros fuimos los introductores del fútbol en Madrid cuando éramos unos chiquillos de dieciséis años… Entonces fundamos el Skay (sic), que fue el primer equipo constituido en la Corte. Y jugábamos como podíamos: siete contra siete, catorce contra doce, cinco contra cinco o contra seis… Hasta que llegó un suizo, apellidado Polevi (sic), que es el que nos instruyó en el juego de una manera reglamentaria.

Mucho antes, el 24-3-1910 (pág. 2) decía así El Mundo Deportivo, se supone que con información que había facilitado el propio Giralt:

Armando Giralt, de 24 años, empezó a jugar muy joven en 1898 en el Sky, hoy desaparecido.

Junto a los Giralt tenemos el resto de testimonios que conocemos a través de Rosón, quien es justo reconocerlo, parecía interesado en defender que el equipo de Bermejillo era el Sky FC como se demuestra con el «error» en la transcripción de la nota de prensa. Rosón tuvo trato directo con muchos de aquellos pioneros y si él defendía esa tesis indudablemente sus motivos debía de tener. Ahora bien, no debemos desechar de plano la opción de que se trate de un error.

Hemos constatado que entre los protagonistas que años después hablaron de estos primeros años había una mezcla clara entre personajes y sociedades. Como casi siempre eran los mismos jugadores los protagonistas terminan por confundirse y afirmar la identidad de sociedades que hoy podemos demostrar que no es cierta, por más que tuvieran jugadores en común. ¿Es el caso del Sky FC? Por otro lado si analizamos detenidamente las palabras de Julián Palacios a Rosón nunca se dice que el Sky del que habla se fundara en 1898 y que fuera el de Bermejillo:

[…] El propio don Julián [Palacios] -fallecido en 1947- le explicaba al autor alguno de los pormenores de aquel Foot-ball Sky que él conoció siendo un chico: «no éramos más de treinta los socios, y solo pagábamos la cuota unos cuantos. El principal animador del club era un suizo llamado Paul Heubi. Era difícil reunir un equipo, y más de una vez tuvimos que jugar siete u ocho. Otras les prestábamos jugadores a los contrarios que en el fondo éramos nosotros mismos, porque solo existía el Sky. Los colores del uniforme eran blusa roja y pantalón azul, pero también era difícil que hubiera media docena de jugadores vestidos lo mismo. Cuando unos cuantos formamos el primitivo Madrid, el Sky no daba ya casi señales de vida. Entonces lo presidía Mayora, pero todo eso ocurría en 1901.

Lo único que dice Palacios es que el Sky existía en 1901, que su presidente era Mayora, y que estaba a punto de desaparecer.

Desde un punto de vista absolutamente escéptico nos permitiríamos concluir que a falta de más pruebas sabemos que hubo una primera sociedad de fútbol que probablemente se llamara sin más justo así, Sociedad de Foot-ball, fundada el 5-1-1898, presidida por Luis Bermejillo, que jugaba sus partidos en las tapias del Retiro, que seguía existiendo en febrero de 1899 y de cuya continuación no se tiene noticia alguna. Lo que precisamente podemos poner en relación con lo que decía el redactor de Alrededor del Mundo, 22-5-1902 (pág. 324) en su artículo «El foot-ball y cómo se juega»

[…] En Madrid empezó hace algunos años a iniciarse la afición a este deporte, pero las sociedades que entonces se constituyeron nacieron para morir casi de seguida.

Gran oportunidad habría tenido el redactor para haber dicho que excepción entre las sociedades que desaparecieron casi según se constituían era el Sky FC de Bermejillo. Y no lo hizo. Ahora bien, tendríamos que explicar por qué desde 1910 los protagonistas identificaban al club de Bermejillo con el Sky FC que sabemos que existe en 1902 y que se cambia de nombre al de New FC.

Del mismo modo tampoco se tiene noticia alguna de esa «otra» sociedad de fútbol que según dice el cronista de la Revista Nueva jugaba al fútbol al lado de la plaza de toros ya en 1899 y que se había fundado en fechas parecidas a la de Bermejillo. A simple modo de hipótesis nos planteamos si no se trataría del equipo de los ingenieros de minas a los que se refieren también los Giralt en la entrevista citada:

Después surge el equipo de los estudiantes de Ingenieros de Minas que tenían su terreno también sin vallar en la calle de O’Donnell. Con ellos jugamos dos partidos, empatando a cero el primero de ellos y venciendo por un goal en el segundo. Más tarde se disuelve este equipo, y uniéndose al Skay algunos de sus elementos constituimos el Madrid.

Nos movemos en el terreno de la hipótesis, pero dados las reliquias con las que contamos nos permitimos plantear la siguiente tesis por supuesto a salvo de encontrar más pruebas que puedan hacernos rectificar o por lo contrario apuntalar nuestra idea:

  • El 5-1-1898 se fundó la primera Sociedad de Foot-ball en Madrid, de la que no se tiene noticia desde febrero de 1899.
  • Al tiempo había otra sociedad, que quizá pudo ser la de los ingenieros de minas.

El relato nos obliga a cortar aquí las conclusiones sobre el Sky FC, que planteamos en el apartado siguiente. Ahora bien, adelantamos que defenderemos la tesis de que se fundó en octubre de 1900.

V. Fundación del Madrid FC

Los datos que presentamos en este apartado son tan novedosos como los de los apartados anteriores, pero hemos de reconocer que tienen mucha mayor trascendencia pues no en vano aclaran si no de manera definitiva sí de una manera muy notable la fundación del equipo más importante del mundo.

Para mayor claridad empezamos el capítulo con dos referencias muy tempranas en las que se habla de la fundación del Madrid FC:

Arte y Sport, 8-3-1903

Madrid FC proviene de la fusión de los Clubs Skay y Nueva Sociedad, eligiendo como campo de juego el que esta última poseía frente a la Plaza de Toros, y en la actualidad cuenta con gran número de socios, teniendo cinco equipos […] pues desde su fundación, que fue en noviembre de 1901, no ha dejado de organizar concursos de todas clases.

Alrededor del Mundo, 22-5-1902 (pág. 324): «El foot-ball y cómo se juega»

[…] En Madrid empezó hace algunos años a iniciarse la afición a este deporte, pero las sociedades que entonces se constituyeron nacieron para morir casi de seguida. Hace sin embargo unos dos años reuniéronse todos los elementos dispersos y formaron la sociedad Madrid Foot-ball Club.

Primero fueron muy pocos socios y el Club, que era presidido por D. Julián Palacios, llevaba una existencia tan lánguida que este invierno pasado no contaba más que con unos quince socios; ahora ha llegado a reunir setenta, y ha podido organizar los partidos que tanto han llamado la atención en competencia con los clubs más acreditados de España.

Ambas notas, de fechas muy parecidas y absolutamente próximas a los hechos de los que hablan, resultan sin embargo contradictorias. Para el redactor de Arte y Sport el Madrid se fundó en noviembre de 1901 y para el de Alrededor del Mundo en torno a mayo de 1900. Partiendo de la base de que ambos debían conocer perfectamente el tema del que hablaban y que por lo tanto lo que decían ambos debía ser cierto, se hace necesario interpretarlas ambas de manera no literal para intentar darle coherencia y concluir en consecuencia que no son contradictorias.

Empecemos por la primera. ¿Fusión del Sky y la «Nueva Sociedad»? ¿Cuál es esa «Nueva Sociedad» de la que jamás se ha oído ni leído? No mucho, pero algo de rastro ha dejado en la prensa:

La Época, 4-5-1901

En el campo de la Sociedad de Foot-Ball, detrás del Retiro y al lado del Tiro de Pichón, se jugó por sus socios el 2 del corriente, de diez a doce de la mañana, como de costumbre, un competidísimo partido muy igualado, pues hicieron tres goals Lorenzo (M.), Neira (A. S.) y Palacios (J.), azules, y dos goals Giralt (Armando), encarnado.

Todos los demás jugadores (22 entre todos) contribuyeron a tan buen resultado.

Mañana domingo se repetirá con la misma combinación.

El Liberal, 15-5-1901 (pág. 3) y Diario Oficial de Avisos de Madrid, 16-5-1901, (pág. 3)

Hoy y mañana la Nueva Sociedad de Foot-ball jugará dos grandes partidos en su campo, situado detrás del Retiro. Los socios aprovechan para jugar todos los días festivos. Hubo pues partido el domingo pasado de mucha animación. Hicieron tres goals los Sres. Neira (B.) y Giralt (A.), azules, por uno del Sr. Palacios (J.).

El Liberal, 20-5-1901 (pág. 3)

El partido jugado ayer por la Nueva Sociedad de Foot-Ball fue reñidísimo. Tomó parte el Sr. Femiville, de la Sociedad FC de Lausanna de Suiza, que hizo un tanto (encarnados) por tres los azules, Neira (A.) y Padrós (F.), ayudados eficazmente por los señores Gorostizaga (J.), Valero (A.), Giralt (M.) y Henry, que se distinguieron mucho.

El Liberal, 27-5-1901 (pág. 3)

Ayer se jugó el último partido de foot-ball de la temporada. Fue sin duda el más competido y el más brillante de todos. Hubo cargas, caídas e incidentes de verdadero interés.

Hevoby, Parajes (P.) y Padrós (J.), azules, hicieron seis tantos y cuatro los encarnados Patsche, Giralt y Varela.

Aunque concluida la temporada a causa de la estación es probable que haya todavía algún partido de primera mañana a juzgar por el entusiasmo creciente de los socios.

Leyendo los nombres de los jugadores de la Nueva Sociedad de Foot-ball constatamos cómo la inmensa mayoría eran precisamente aquellos que estarían después en el Madrid FC.

Las incógnitas no es que sean muchas, es que son todas. Pero quizá la principal dejando de lado el porqué del olvido de esta Nueva Sociedad es por qué la fundaron y sobre todo cuál era la «antigua sociedad» contra la que montaron esta nueva. ¿La antigua era la de Bermejillo que según la prensa podría haberse llamado sencillamente «Sociedad de Foot-ball»?

Ninguna referencia tenemos de cuándo pudo fundarse la Nueva Sociedad de Foot-ball, salvo que tomemos como referencia al redactor de Alrededor del Mundo y demos por buena la fecha de 1900 («unos dos años» antes de 1902). Como decíamos antes la confusión entre las sociedades y los sujetos es continua, y aquí podemos hallarnos ante un buen ejemplo que tiene además otro rastro en el libro que Alejandro Barba publicó en 1912 en su libro Foot-ball, basse-ball y Lawn-tennis:

[El Madrid FC] es la sociedad de foot-ball más antigua de la corte; se fundó en octubre de 1900 […].

El fútbol era un deporte que se jugaba en invierno, y por ello es más probable que en efecto la Nueva Sociedad de Foot-ball se fundara en octubre de 1900; lo cual cuadraría también más o menos con la nota de Alrededor del Mundo, que decía en mayo de 1902 «unos dos años antes». En todo caso Alejandro Barba debió de preguntar a los miembros del Madrid FC para escribir esa pequeña nota, lo que demuestra que ya en 1912 estos confundían a la Nueva Sociedad con el Madrid FC.

Sea como sea lo que sí sabemos es que tal y como decía Julián Palacios a Rosón el Madrid FC se fundó en 1901, y como afirma el redactor de Arte y Sport por fusión del Sky y la Nueva Sociedad de Foot-ball. Ignoramos cuándo y por qué se decidió crear el Madrid FC, aunque suponemos que cabe entender que el hecho de llamarla con el nombre de la ciudad se basa en que quizá pudo plantearse como el fin de algunas posibles rencillas. El caso es que el 6-10-1901 la nueva sociedad Madrid FC jugó su primer partido. Así lo contaba Luis Zozaya en La Correspondencia de España (8-10-1901, pág. 2).

La sociedad Madrid Foot-Ball Club inauguró ayer por la mañana sus partidas de foot-ball en su terreno del Retiro, inmediato al Tiro de Pichón.

Jugose un partido a seis goals que ganó el bando rojo, formado por los Sres. Varela, Páramo, Padrós, Giralt (A. y J.), Pacheco y Bueno.

Constituía el team azul, derrotado, los señores Giralt (M.), Palacios, Lorenzo, Sepúlveda, Valentí, Valero y Lasalle.

Todos los socios están muy animados y dispuestos a que se jueguen importantes matchs durante la próxima temporada de invierno.

Podemos pues en este punto saber que la Nueva Sociedad de Football se fundó en octubre de 1900 y que el Madrid FC se fundó un año después, en octubre de 1901. Por más que no conozcamos fechas exactas de fundación ni de reuniones celebradas con tal fin. Este esquema nos permite además salir del problema tradicional que ya Rosón tenía en el Libro de Oro de poner la fundación del Madrid en 1901 pero a Palacios como presidente desde 1900. Probablemente este fue presidente primero de la Nueva Sociedad y después también presidente del Madrid FC.

Ahora bien, para complicar un poco más la cosa debemos traer a colación una vez más las palabras de los hermanos Giralt, que dan algún detalle sobre la fundación del Madrid FC:

Más tarde se disuelve este equipo [el de los ingenieros de minas] y uniéndose al Skay algunos de sus elementos constituimos el Madrid. Esto fue el año noventa y ocho. Nos habíamos reunido en una tienda de vinos de la calle de la Cruz, que hoy subsiste; allí organizamos la nueva Sociedad entre el entusiasmo de todos… Pero llegado el momento de elegir los colores del equipo surgieron las discrepancias… Unos defendíamos el uniforme blanco… Otros se obstinaban en que debía vestir el equipo de camisa roja y pantalón blanco… No hubo acuerdo, y los partidarios del blanco formamos el Madrid FC mientras que los que se manifestaron por el rojo y blanco crearon el New, que luego se transformaría en el Athletic.

La mezcla de los Giralt pasados los años es estupenda, pero si obviamos algunos errores de su memoria quizá saquemos algo en claro. Entendemos que se refiere no al año 1898 sino a 1900 cuando «organizamos la nueva Sociedad» (minúsculas y mayúsculas del original). «Nueva Sociedad» precisamente frente a la vieja a la que él llama Sky pero que nosotros insistimos en llamar simplemente «Sociedad de Foot-ball». Pero cuenta cómo al no terminar bien las negociaciones en la taberna se funda el New, lo que sabemos que no ocurrió hasta 1902.

Entendemos que el relato de los Giralt, apoyándonos en los datos que conocemos por las notas de prensa, se refiere al mes de octubre de 1900. La vieja Sociedad de Foot-ball de Bermejillo y los ingenieros de minas se reúnen para montar la Nueva Sociedad de Foot-ball pero surgen rencillas y por eso los que no estuvieron de acuerdo con vestir de blanco decidieron continuar por su cuenta y montaron el Sky que en 1902 cambió de nombre a New (¿New Sky FC?).

Planteada esta hipótesis tendríamos que explicar por qué todos los protagonistas entienden que el Sky fundado en octubre de 1900 es el mismo que la Sociedad de Foot-ball de Bermejillo. Sin que podamos afirmar nada rotundamente entendemos que la explicación debe de estar o bien en la continuación de los individuos o bien incluso en la continuación del uniforme rojo.

En resumen, y a falta de cualquier otro dato que nos permita confirmar nuestras tesis o nos obligue a cambiarlas, planteamos que en Madrid hubo las siguientes sociedades:

  • Sociedad de Foot-ball: presidida por Bermejillo, creada el 5-1-1898.
  • Equipo de los Ingenieros de Minas.
  • Nueva Sociedad de Foot-ball, fundada en octubre de 1900 en una taberna de la calle de la Cruz, probablemente presidida por Julián Palacios.
  • Sky FC, fundado en octubre de 1900 y presidida por Ángel Mayora. En 1902 cambió su nombre por el de New FC.
  • Madrid FC, fundado en octubre de 1901 y presidida también por Julián Palacios, jugó su primer partido el 6-10-1901.


1 75 años del Real Madrid C. de F., Prensa española SA, 1977. Pág. 16

2 Y como colaboradores a los siguientes: Juan Antonio Sánchez de Ocaña, Pablo Hernández Coronado, Domingo Fernández Barreira, Carlos de Arjona, Luis Vilardell, Fernando Espada, Juan León, Fernando Cárcer, Ángel Cruz Martín, Benito Picó, Emilio Suárez Marcelo y Federico Carlos Sainz de Robles.

3 Aunque más adelante citemos nosotros esta nota es preciso aclarar en este punto que ese no es el tenor literal de la nota. Rosón añade de su cosecha el «que data de 1897», que no aparece en el original.

4 Así por ejemplo Eugenio M. Otero Urtaza en Manuel Bartolomé Cossío: trayectoria vital de un educador (págs. 92-93).

5 Esta carencia de fuentes provoca un simpático error en Mallon (2002), quien sostiene que el Sr. Cossío le dijo personalmente a Bahamonde en una entrevista que era él quien había traído el fútbol a España.

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