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RESUMEN:

Inglaterra llega a Madrid para la disputa de un partido amistoso contra nuestra Selección. Los ingleses, considerados los creadores, grandes maestros de este deporte y máximos expertos en lides internacionales (habían jugado su primer partido en 1872), no solían cruzar mucho el Canal para enfrentarse a combinados continentales pues lo consideraban algo poco menos que

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Historias de la Selección (II). España rompe la imbatibilidad de Inglaterra (15 de mayo de 1929).

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Inglaterra llega a Madrid para la disputa de un partido amistoso contra nuestra Selección. Los ingleses, considerados los creadores, grandes maestros de este deporte y máximos expertos en lides internacionales (habían jugado su primer partido en 1872), no solían cruzar mucho el Canal para enfrentarse a combinados continentales pues lo consideraban algo poco menos que indigno. Sus compromisos eran casi siempre con equipos de las Islas Británicas y sólo en veintidós ocasiones habían jugado contra selecciones de la Europa continental, con un balance demoledor: veintiuna victorias y  un empate, con 120 goles a favor y 28 en contra. Sin ir más lejos, antes de pasar por la piel de toro, habían hecho parada y fonda en Francia y Bélgica, con sendas incontestables goleadas, tenidas por todos como naturales: 1-4 en París y 1-5 en Bruselas. El equipo español, por su parte, disfrutaba también de un buen momento. Tras su aparatosa eliminación de los Juegos de Amsterdam a manos de Italia, José María Mateos se había hecho cargo de la Selección y había decidido dar un aire renovado al equipo con la incorporación de una savia nueva capaz de vencer a Portugal (5-0) en el mes de marzo y a Francia (8-1) en abril. No es de extrañar, pues, la curiosidad y el interés que suscitaba el partido contra los ingleses.

El día de San Isidro de 1929, el estadio Metropolitano de Madrid presentaba un aspecto inmejorable. Lleno a rebosar (cerca de cincuenta mil espectadores), con la presencia de las máximas autoridades incluida la de los infantes don Juan, don Gonzalo y don Jaime de Borbón y la del embajador inglés. El encuentro es, además, retransmitido por radio, por vez primera en España. En los alrededores del estadio, más de quince mil personas llegadas desde todas las partes del país. La expectación del choque no tiene precedentes e incluso, en las inmediaciones, comienza a funcionar la reventa de entradas. A las cinco en punto de la tarde y bajo un bochornoso calor, más propio del estío andaluz que de la primavera madrileña, los británicos saltan al terreno de juego acompañados por el belga Jean Langenus, quizá el mejor árbitro del mundo, lo que otorga al partido, aún más, vitola de encuentro importante. Poco después sale España. Mateos repite el mismo once que había vapuleado un mes antes a los franceses, con el único retoque del españolista Padrón en lugar del realista Bienzobas en el puesto de interior izquierda y pone a jugar a Zamora; Quesada, Quincoces; Prats, Marculeta, Peña; Lazcano, Goiburu, Gaspar Rubio, Padrón y Yurrita. Los ingleses, convencidos de su superioridad, habían mostrado desde su llegada a España una actitud altanera y prepotente, manifestada en alguna entrevista previa y confirmada en el momento en el que su Comité Técnico daba la alineación: Dixie Dean, uno de los mejores goleadores del mundo, si no el mejor, se quedaba fuera del equipo. No era necesario, supuestamente, para vencer a los españoles. Lo pagarán caro.

No obstante, Inglaterra da muestras de su potencial apenas interpretado el God Save the King. Con gran maestría y un fútbol rápido e incisivo, pone cerco a la portería de Zamora. El guión del partido parece cumplirse cuando, a los 20 minutos, ya vence 0-2 gracias a los goles de Bradford y Carter, que aprovechan sendos servicios de su vertiginoso extremo derecha Adcock. España, dominada y un tanto desorientada, no termina de tomarle la medida al partido, pero cuenta con el talento y oportunismo de su ariete, Gaspar Rubio, quien recibe un  medido pase de Lazcano y con un suave remate desde cerca logra acortar distancias, a los 34 minutos. Gaspar Rubio Meliá. Veintiún años. Natural de Serra, Valencia y jugador del Real Madrid. En el momento del partido, finales de la temporada 1928-29, era, posiblemente, el futbolista más genial del concierto internacional y, aún hoy, puede considerarse como uno de los delanteros más excepcionales que ha dado el fútbol español. Era un virtuoso, un mago, un genio de la pelota, capaz de destrozar defensas contrarias con su preciso chut, su imprevisible dribling, su asombrosa habilidad con el balón en los pies y su magnífica facilidad goleadora. Con los blancos, por ejemplo, firmó 73 goles en 75 partidos y con la Selección, 9 tantos en sus 4 encuentros internacionales. Pero era tan genial y extraordinario como indolente, discontinuo, singular y maniático. Lo tuvo todo para convertirse en un futbolista de leyenda y se quedó en el esplendor de la flor de un día. Conocido como El Rey del Astrágalo por su recurrente fingimiento de lesiones en este hueso del pie, siempre se tomó el fútbol como un entretenimiento para ganar dinero, nunca como una obligación profesional. En 1930, repentinamente, cuando era un indiscutible ídolo nacional, decidió fugarse a Cuba, dejando con un pasmo a su club y su Selección. Cuando volvió, casi dos años después, ya no era el mismo…

Pero habíamos dejado al inclasificable Mago Gaspar batiendo la portería de Hufton en el Stadium Metropolitano, poniendo el 1-2 en el marcador. El estadio, que es un clamor, enloquece definitivamente cinco minutos después. Aprovechando el desconcierto que produce siempre un gol en contra, Lazcano sorprende a la defensa y portero inglés con un fuerte y súbito chut y logra empatar el encuentro a poco para el descanso. En las gradas la muchedumbre estalla de júbilo y el terreno de juego es invadido por multitud de aficionados, que son desalojados. Los jugadores se van a descansar con el sorprendente 2-2 en lo que, muchos años después, los cursis llamarán el electrónico.

La segunda mitad comienza como la primera. Los pross vuelven a la carga, heridos en su orgullo, y se hacen de nuevo con las riendas. A los cinco minutos, Hugh Adcock se confirma definitivamente como la gran pesadilla de la tarde para Jacinto Quincoces. Vuelve a liar al defensa vizcaíno con un zigzagueante regate y su centro lo remata otra vez a la red Carter. Zamora ni lo ve venir. El resultado, favorable a los visitantes, parece ahora el más esperado, el que todo el mundo veía como lógico. Hill tiene en sus botas el 2-4, pero Zamora responde con una de esas paradas que le hicieron irrepetible. La intervención del capitán español da alas al equipo que vuelve a plantar cara a sus contrincantes. Los últimos once minutos son apoteósicos. En el 79, se produce una magnífica jugada colectiva de la línea delantera local, culminada con un pase atrás de Goiburu y un soberbio testarazo de Gaspar Rubio, que firma de nuevo las tablas. El público vibra y el partido es cada vez más emocionante. Lo británicos buscan la puerta española con peligro,  pero en un rápido contraataque de España, a los 82 minutos, Goiburu consigue el cuarto para nuestro equipo, que no da ninguna opción posible a otra reacción de Inglaterra.

El encuentro termina. España acaba de obtener una victoria histórica. Acaba de derrotar al gran conjunto inglés. Al imbatible conjunto inglés, que caía por primera vez en su historia fuera de las Islas Británicas. La noticia causó sensación en todo el mundo balompédico y la derrota inglesa fue resaltada internacionalmente como una hazaña sobresaliente del conjunto español. Seguramente, podría hablarse de uno de los hechos deportivos más destacados de todo 1929. Pasados 85 años de aquella gesta, aún hoy el España-Inglaterra de mayo del 29, debe ser incluido entre los partidos más importantes de la historia de nuestra Selección.

CONTEXTO HISTÓRICO.

Pero, lógicamente, en 1929 ocurrieron en el mundo otros muchos hechos que marcaron el año. Entre otros, destacaríamos los siguientes:

Se produce un desplome sin precedentes de la bolsa de Nueva York, que dará lugar a una dramática crisis económica mundial. León Trotski es expulsado por Stalin de la Unión Soviética. Refugiado en México, terminará siendo asesinado en 1940 por un espía soviético. En un congreso celebrado en Barcelona, la FIFA acuerda que el primer Campeonato del Mundo de fútbol se dispute en Uruguay al año siguiente. El 9 de mayo se inaugura en Sevilla la Exposición Iberoamericana y el día 19, abre sus puertas en Barcelona, la Exposición Internacional. Se entregan en Hollywood los primeros premios del Academy Award of the Merit, que más tarde recibiría el nombre de Óscar, el galardón cinematográfico más importante del mundo. El 14 de febrero son asesinados a tiros, en Chicago, siete miembros de la banda rival de Al Capone, lo que se dio en llamar La matanza de San Valentín. Algunos personajes ilustres nacidos en 1929: Martin Luther King, Audrey Hepburn, Zoltan Czibor, Sandor Kocsis, Jacqueline Kennedy, Lev Yashin y Grace Kelly.

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