RESUMEN:

Segunda parte del artículo sobre el que fuera entrenador y comentarista radiofónico Domingo Balmanya, con su biografía deportiva y el análisis a su trayectoria como entrenador del FC Barcelona.

ETIQUETAS:

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ABSTRACT:

Keywords: Coaches, Spanish National Football Team, Commentators, Sports Radio, FC Barcelona, Football, History

Second part of the biographical article about the former player, coach and radio commentator Domingo Balmanya, with special analysis of his coaching tenure at FC Barcelona

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Domènec “Mingu” Balmanya: 1956-1958. Segunda parte

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Balmanya201La temporada 56-57 terminó en Can Barça con un magnífico sabor de boca para los socios y aficionados del club blaugrana, debido a la brillante conquista de la Copa del Generalísimo y la «Pequeña Copa del Mundo» de Caracas. Cundía por fin el optimismo, después de varios años de «vacas flacas», y la inminente inauguración del nuevo campo, el magnífico estadio cuya construcción se estaba ya finalizando a marchas forzadas en los límites del término municipal de Barcelona con el de Hospitalet de Llobregat, junto a la Travesera de Les Corts, no hacía sino aumentar esa agradable sensación. Volvía el Barça Triomfant

Para encarar, pues,  una temporada que se presagiaba victoriosa, Domènec Balmanya va a contar con los siguientes efectivos: Ramallets, Estrems, Olivella, Brugué, Biosca, Gracia, Segarra, Gensana, Vergés, Flotats, Bosch, Basora, Hermes González, Villaverde, Ribelles, Kubala, Evaristo, Eulogio Martínez, Luís Suárez, Sampedro, Coll y Tejada. Eran baja algunos nombres cargados de historia como Seguer o Manchón. Pero sin duda el gran acontecimiento de la campaña, posibles títulos aparte, lo va a constituir la culminación de la gran obra que tenía ilusionado a todo el barcelonismo. el nuevo campo. Pero no adelantemos acontecimientos…

PRIMERA RONDA

El calendario había dictaminado que en la primera jornada, a disputar el día 15 de septiembre de 1957, abrieran el fuego los dos equipos que habían cerrado la Liga anterior, Barcelona y Sevilla, aunque ahora en el nuevo feudo blaugrana, pero debido al compromiso sevillista en la Copa de Europa, el partido se va a aplazar hasta el 10 de octubre, de modo que el estreno del campeonato 57-58 se producirá el 22 de septiembre en «Mestalla», frente a un Valencia reforzado por los brasileños Walter y Machado, un encuentro en el que los catalanes fueron mejores pero la contienda acabó en tablas, con sendos tantos del veterano Pasieguito y el recién llegado Evaristo. Balmanya presentó la siguiente alineación: Ramallets; Olivella, Brugué, Segarra; Vergés, Gensana; Basora, Villaverde, Eulogio Martínez, Evaristo y Tejada. Llamaba la atención nuevamente la ausencia de Kubala, aun no recuperado del todo de una intervención quirúrgica para corregir una osteopatía dinámica del pubis, realizada el mes de julio anterior.

El día 24 de septiembre, festividad de la Virgen de la Merced, patrona de Barcelona, va a tener lugar el brillante acto de inauguración del nuevo campo del «Club de Fútbol Barcelona» (como se le llamaba oficialmente durante la práctica totalidad del régimen franquista), que al no poseer tampoco un nombre concreto – no lo tendrá  hasta 1965, cuando se le bautice con la aséptica denominación de «Estadio del Club de Fútbol Barcelona» -, muy pronto va a ser conocido a nivel popular como el «Camp Nou», y así se le sigue llamando hoy, aunque ya haya cumplido los 58 años de existencia. Ese día, que amaneció despejado y radiante en Barcelona, se van a celebrar diversos actos y solemnidades, folclóricas y religiosas, pero el plato fuerte lo constituirá un encuentro internacional amistoso entre el primer equipo del Barça y una selección de Varsovia, con el morbo que siempre proporcionaba en aquellos años el enfrentarse a un conjunto de «tras el Telón de Acero», ya que los contactos deportivos eran prácticamente inexistentes, aunque el arranque de las competiciones internacionales del Viejo Continente (Copa de Europa y Copa de Ferias, y más tarde la Recopa) irá haciéndolos más habituales a lo largo de los años 60.

El partido, iniciado a las cinco de la tarde y que concluirá con el triunfo de los azulgranas por 4 goles a 2, va a tener también su pequeña anécdota. No es que se amañase el resultado, pero al parecer – según declaraciones posteriores del propio Balmanya – se llegó a un acuerdo con los polacos, a través del intermediario que los había contratado, su compatriota Jules Ukrainczyk, para que el primer gol del nuevo campo fuese marcado por un jugador barcelonista, a lo que los eslavos van a acceder, a cambio de una pequeña compensación económica. Fue el paraguayo Eulogio Martinez quien abrió el marcador del nuevo estadio, y lo celebrará lanzándose al interior de la red que acababa de batir en señal de alegría. Los tantos restantes serían obra de Tejada, Sampedro y Evaristo, y este fue el equipo que presentó el cuadro catalán en tan señalada fecha: Ramallets; Olivella ( Gracia ), Brugué, Segarra; Vergés ( Flotats ), Gensana ( Bosch ); Basora ( Hermes González ), Villaverde ( Sampedro ), Eulogio Martínez ( Ribelles ), Kubala ( Evaristo ) y Tejada. Como dato curioso, señalar que  Ladislao Kubala, seguramente el gran responsable de haber dejado pequeño al viejo «Les Corts», obligando a la construcción de un recinto moderno y de mayor capacidad,  a punto estuvo de no poder ser alineado, al no hallarse del todo recuperado de su operación.

Y en la tercera jornada (que para el Barça era en realidad la segunda), los de Balmanya van a conseguir un resultado espectacular a domicilio, al superar en el «Insular» a una Union Deportiva Las Palmas diezmada por una seria epidemia de gripe con un insultante 0 a 7, obra de Basora y Villaverde (dos cada uno), Evaristo, Tejada y Martínez. En la cuarta, todavía con un partido menos, se estrena el flamante «Camp Nou» en partido oficial – 6 de octubre – y el Jaén se lleva seis golitos (6 a 1), marcados por Tejada y Martínez, ambos por partida doble, Villaverde y Kubala – que por fin reaparecía en partido de competición  – . Por fin, el día 10 de octubre, se va a disputar el encuentro aplazado de la primera jornada, en el que el Barça se deshará sin demasiados apuros de un Sevilla que no era el de la temporada anterior ni muchísimo menos. 3 a 0, con goles de Tejada, en dos ocasiones, y Villaverde, y la anécdota para la historia de recibir la primera visita de Franco en el coliseo barcelonista.

Al finalizar esta jornada, la clasificación va a quedar de la siguiente manera: líderes el Real Madrid y el Barcelona con 7 puntos, tercero el Español con 6, y a continuación un grupito formado por Athletic de Bilbao, Atlético de Madrid, Osasuna, Celta y Jaén con 5. Y en la fecha siguiente duelo por todo lo alto, porque se enfrentarían Madrid y Barça en el «Bernabéu», los dos grandes favoritos para la consecución del título.

Balmanya va a encarar el choque con ciertas precauciones, alineando a Flotats como teórico extremo derecho, con el «7» a la espalda, aunque asignándole su clásica misión de «secante» de Alfredo Di Stefano. A las órdenes del colegiado aragonés señor Rey Martínez, ambos equipos presentaron las siguientes formaciones: por el Real Madrid, Domínguez; Atienza, Santamaría, Lesmes; Santistéban, Zárraga; Kopa, Marsal, Di Stefano, Rial y Gento, y por el Barcelona, Ramallets; Olivella, Brugué, Segarra; Verges, Gensana; Flotats, Villaverde, Eulogio Martínez, Evaristo y Kubala. Fueron muy superiores los «merengues», que vencieron a los azulgranas por 3 goles a 0, marcados por Kopa, Rial y Di Stefano, e incluso se hicieron merecedores a un resultado más abultado. El Madrid se afianzaba en el liderato, dejaba al Barça a dos puntos, y le tomaba una importante ventaja en el tanteador particular de ambos equipos.

La sexta jornada lo dejó todo como estaba. El Barça venció con muchos apuros a la siempre difícil Real Sociedad, merced a un solitario gol de Segarra, mientras que los blancos triunfaban en Jaén por 0 a 2. Osasuna era sorprendente tercero, empatado con el Barça a dos puntos del líder, y por detrás empezaba a enseñar las uñas el Atlético de Madrid, esta temporada dirigido por Daucik. Y precisamente fueron los rojiblancos madrileños los mayores beneficiados al finalizar la siguiente jornada, la séptima, pues el Barça cayó en Gijón, derrotado por un Sporting «matagigantes» (3 a 2, con tantos de Evaristo y Tejada ), el Madrid no pudo pasar de un empate a cero en Las Palmas, y el Osasuna dobló la rodilla en Vigo. Eran líderes los de Bernabéu (12 puntos), seguidos por Atlético de Madrid y Español con diez, mientras que el Barça caía a la cuarta plaza, con 9.

En la octava fecha  los de Balmanya ascendieron un puesto en la clasificación gracias a su clara victoria sobre un Athletic en horas bajas (3 a 0, con dos goles de Kubala y otro de Evaristo). El Madrid se deshacía apuradamente, igual que le había ocurrido al Barça poco antes, de una correosa Real Sociedad, y Atlético de Madrid y Osasuna hacían tablas en «San Juán». El Barça se mantenía a tres puntos del Real Madrid. Pero va a reducir la ventaja de los blancos a uno solo siete días más tarde, porque mientras que los azulgranas vencen en «Zorrilla» al Valladolid por 1 a 2 (ambos obra de Eulogio Martínez), el Madrid cae también en «El Molinón» ante de Sporting gijonés, contundentemente derrotado por 3 a 0. Ahora el Barça es segundo, a un único punto del Real Madrid, y empatado con Atlético y Español.

Concluye el primer tercio del campeonato con la décima jornada. Se mantienen las mínimas distancias entre madridistas y culés, pero van a aflojar «colchoneros» y «periquitos». El Real Madrid aplasta a un desconocido Athletic de Bilbao por 6 a 0, la tarde del maravilloso gol de Marsal a Carmelo, mientras que el Barça solventa el primer verbi barcelonés jugado en el «Camp Nou» al derrotar al Español por 3 a 1 en un gran partido, con tantos de Evaristo, Tejada y Kubala.  El Atlético de Madrid, por su parte, tan sólo pudo sacar un empate en su visita a un Sevilla que se debatía sorprendentemente en los últimos lugares de la tabla. Los números del Barça no son nada malos: 7 victorias, 1 empate y 2 derrotas (una de ellas en el dificilísimo desplazamiento al «Bernabéu»), con 26 goles a favor y 11 en contra, para un total de 15 puntos, un ritmo que de mantenerse podría valerle el título.

Simultáneamente con la Liga, el Barça va a retornar a una Copa de Ferias donde no había jugado desde aquella primera eliminatoria contra la Selección de Copenhague en la temporada 55-56. El 23 de octubre de 1957 se enfrenta al Birmingham City en la ciudad británica, donde cae derrotado por 4 a 3, marcando los tantos azulgranas Tejada, Evaristo y Eulogio Martínez. El 13 de noviembre los ingleses rinden visita al flamante «Camp Nou», y el Barça se impone gracias a un solitario gol de Kubala. Es necesario, pues, acudir a un tercer partido de desempate, que se celebra el 26 de noviembre en la localidad suiza de Basilea – un lugar que luego volvería a cruzarse en la historia barcelonista -, y allí los pupilos de Balmanya derrotan a los británicos por 2 a 1, con dianas de Evaristo y Kubala.

Sin embargo, el segundo tercio liguero no puede comenzar peor para los intereses catalanes. El Celta, uno de los equipos revelación de la temporada, les va a derrotar en Vigo por un contundente 4 a 0, en un partido donde los celestes marcaron férreamente a las estrellas visitantes, y consiguieron sus goles en fulgurantes contraataques. Por su parte, el Real Madrid vencía en «Zorrilla» al Valladolid con un solitario gol de Di Stefano, y el Atlético de Madrid hacía tablas en el «Metropolitano» frente a un Valencia en posición de colista, que casi durante un par de meses se vio obligado a jugar todos sus partidos como visitante, en campo contrario, puesto que su terreno de juego de «Mestalla» había quedado provisionalmente inservible debido a la gran riada del Turia del 14 de octubre,  que devastó la ciudad,  ocasionando numerosas víctimas mortales y enormes pérdidas materiales (luego le tocaría disputar una serie consecutiva de choques en campo propio, remontando posiciones hasta terminar finalmente cuarto)

La jornada duodécima tampoco fue muy favorable para el Barça, pues en ella su desventaja respecto al Real Madrid va a aumentar a cuatro puntos. El visitante de turno del «Camp Nou», el Atlético de Madrid, se va a llevar un punto tras un bronco partido que merecieron ganar los «colchoneros»  y que finalizó con empate a dos. Kubala hizo los dos goles azulgranas, uno de ellos al trasformar un penalti, y Luís Suárez fue expulsado. Los blancos, con 20 puntos,  se distanciaban de sus dos perseguidores, Barça y Atlético, que se quedaban con 16. No obstante, esa considerable ventaja se va a ver aminorada a a semana siguiente, cuando el Real Madrid  caiga también en Vigo (2-1), el Atlético venza con facilidad al Jaén en el «Metropolitano» (4 a 1), y el Barcelona puntúe en Zaragoza (1-1, con gol de Bosch) Los blancos son líderes, con dos puntos de ventaja sobre sus rivales ciudadanos, y tres sobre Barça y Celta, que estaba despachando una magnífica primera vuelta.

La fecha número 14 del campeonato va a ser beneficiosa para los intereses azulgranas, puesto que Real Madrid y Atlético se dejarán un punto cada uno al empatar a cero en el «Bernabéu» en un partido que levantó una gran expectación. Como el Barça derrota sin complicaciones a Osasuna en el «Camp Nou» (3 a 0, con goles de Tejada, 2, y Eulogio Martínez) y el Celta no pasa tampoco de la igualada en su visita a «Atocha», las posiciones en cabeza van a quedar de la siguiente manera: líder el Real Madrid con 21 puntos, segundo y tercero Atlético de Madrid y Barcelona con 19, y cuarto el Celta con 18.

Finaliza la primera ronda el domingo 29 de diciembre de 1957, dejando las cosas absolutamente igualadas, como si todos los partidos anteriores no hubieran servido de nada. El Real Madrid cae en Zaragoza en un mal encuentro de los «merengues» (3 a 1), mientras que el Barça apabulla a domicilio al Granada en «Los Cármenes» (0 a 4, obra de Martínez, Kubala, Tejada y Basora), y el Atlético por su parte se deshace de la Real Sociedad, tan defensiva como siempre, en el «Metropolitano», por un ajustado 2 a 0. El Celta se descuelga al perder sorprendentemente ante el Sporting de Gijón en «Balaídos». Triple empate en cabeza, a 21 puntos, con celtiñas y españolistas tres puntos abajo.

Balmanya202SEGUNDA RONDA

Se inicia la segunda vuelta de la competición con un cambio de líder. El Barcelona, triunfador en Sevilla por 1 a 2, desplaza a un Real Madrid que vuelve a tropezar en su salida, esta vez en «San Juan» ante Osasuna, que le vence por 1 a 0, aunque el Atlético mantiene el tipo, eso sí, con muchos apuros, derrotando en su feudo madrileño a un animoso Sporting por 3 goles a 2. El Barça realizó un gran partido en un «Nervión» que pronto sería jubilado. Arza por los locales y Tejada marcaron en el primer tiempo, y Kubala consiguió el gol de la victoria culé en la reanudación. Fue expulsado el paraguayo Hermes González, un jugador que no va a tener ninguna suerte en su paso por el club azulgrana. Barça  – líder por mejor cociente general – y Atlético de Madrid encabezaban la tabla, y les sigue el Real Madrid a dos puntos.

Inmediatamente después de las fiestas navideñas van a celebrarse elecciones presidenciales en el Barça. Tan sólo se presentan dos candidatos, el presidente en ejercicio, Francesc Miró-Sans, y el ex-directivo Antoni Palés, un industrial del ramo de la panadería al que Miró había destituido a causa de sus críticas a la política económica y al presidencialismo que a su juicio mostraba el máximo mandatario blaugrana. Los comicios tienen lugar el día 7 de enero de 1958, y Miró-Sans, beneficiado por el «efecto Camp Nou»,  bate fácilmente a su adversario por 158 votos a 55 (tan sólo tenían derecho al sufragio los socios compromisarios; ya se habían acabado las alegrías de las anteriores y atípicas elecciones de 1953…)

La jornada 17 va a traer otro cambio de líder. El Barça es incapaz de derrotar a un Valencia en pleno proceso de  recuperación en el «Camp Nou». Kubala inauguró el marcador, pero el brasileño Machado empató para los levantinos. El Madrid derrota fácilmente al Granada por 4 a 0 en el «Bernabéu», pero el gran triunfador del domingo fue el Atlético de Madrid, que se impuso en el siempre complicado «San Mamés» al Athletic por 1 a 2, encaramándose así a la cabeza de la clasificación.  El Barça era segundo, a un punto, y el Madrid tercero, a dos, con el Celta ya descolgado, cuarto a cinco del líder.

El gran derrotado de la jornada 18 va a ser el Real Madrid, batido por el colista Sevilla en «Nervión» (3 a 2), mientras que los «colchoneros» aplastaban a un flojísimo Valladolid en el «Metropolitano», 7 a 0, y el Barça pasaba más apuros de los previstos para imponerse a una Unión Deportiva Las Palmas que causó una buena impresión en el «Camp Nou», aunque finalmente sucumbiría por 2 a 0, marcados por Kubala y Evaristo. Atlético y Barcelona, primero y segundo respectivamente,  mantenían sus posiciones, con sólo un punto de diferencia, pero el Madrid se alejaba a cuatro de los rojiblancos, que parecían haber vuelto por sus antiguos fueros..

Sin embargo las distancias se van a acortar de nuevo en la jornada siguiente, la decimonovena, demostrando que se estaba disputando un campeonato muy igualado. Caen los dos primeros, y el gran beneficiado va a ser el tercero en discordia, el Real Madrid. El Atlético es goleado en «Sarriá» por el Español, 4 a 1, con un hat-trick del argentino Coll, un resultado demasiado amplio pero no del todo imprevisible, mientras que el Barça volvía de vacío de su visita a uno de los conjuntos que pugnaban por no perder la categoría, el Jaén, que derrotó a los catalanes por un mínimo pero suficiente 1 a 0, tras un pésimo partido azulgrana.

Al domingo siguiente, 2 de febrero de1958, se va a disputar el primer Barça-Real Madrid en el «Camp Nou», y los madridistas se convertirán en los primeros en llevarse los dos puntos del nuevo coliseo barcelonista. Los blancos despacharán un partido perfecto,  imponiéndose con todo merecimiento a los locales gracias a los tantos de Marsal y Rial. Arbitró el señor Ortiz de Mendíbil, del colegio vizcaíno, y estas fueron las alineaciones que presentaron ambos equipos: por los azulgranas, Ramallets; Segarra, Brugué, Gracia; Bosch, Gensana; Evaristo, Kubala, Martínez, Suárez y Tejada, y por los «merengues», Alonso; Marquitos, Santamaría, Lesmes; Santistéban, Zárraga; Kopa, Marsal, Di Stefano, Rial y Gento. El Atlético de Madrid, vencedor por un apretado 2 a 1 sobre el Celta en la capital, continuaba como líder, con el Real Madrid a dos puntos y los blaugranas ahora en tercera posición, a tres. No había sido un buen segundo tercio de Liga para los de Balmanya, con menos puntuación y menor producción  goleadora que en el tercio inicial.

La tercera y  última parte de la competición se inicia con la jornada 21, que va a presenciar un nuevo cambio en la cabeza. Ahora será el Atlético de Madrid el principal damnificado, al perder claramente en Las Palmas por 3 a 0. El Real Madrid, el nuevo líder, venció sin grandes problemas al Jaén en el «Bernabéu» (3 a 0), y el Barça logró  un magnífico resultado en el siempre difícil campo de «Atocha», al derrotar a la Real por 1 a 2 en un encuentro muy competido, con goles de Hermes González y Tejada, y una gran actuación de Kubala. Los blancos encabezaban la clasificación con 29 puntos, los mismos que el Atlético de Madrid, con el Barça tercero a un punto de ambos. La emoción estaba servida.

La jornada 22 dejó las cosas tal como estaban, ya que los tres primeros clasificados resolvieron sus compromisos con victoria. Muy ajustada la del Real Madrid ante Las Palmas, 2 a 1 en el «Bernabéu», con dos goles de Gento, amplia la del Atlético en «La Romareda» (0 a 3), y rutinaria la del Barça sobre el Sporting de Gijón en el «Camp Nou», un partido marcado por la niebla y que no pasaría a la historia. Vergés, Tejada y Kubala hicieron los tres tantos azulgranas.

Llegamos así a la jornada vigesimotercera, donde de nuevo va a producirse un cambio de líder, desbancando el Atlético al Real Madrid.  Los blancos no pueden pasar del empate en «Atocha» (2-2), y los rojiblancos aprovechan la visita de Osasuna al «Metropolitano» para adelantarles, al vencer a los navarros por 4 a 1, El Barça tenía un desplazamiento muy difícil a «San Mamés», y va a volverse de vacío, y con un fuerte correctivo, pues los «leones» le derrotarán por 4 a 1  en un gran partido que decantarían a su favor en el segundo tiempo. Arteche hizo tres de los goles rojiblancos, y Tejada consiguió el que a la postre sería el del honor para los azulgranas, que con este resultado quedaban a tres y a dos puntos de Atlético y Real respectivamente.

Abramos un paréntesis para reseñar que el 5 de marzo de 1958 se disputa en la capital del Reino Unido el partido de ida de la final de la primera edición de la Copa de Ferias, entre la Selección de Londres y el Barcelona. Esta fue la formación que puso en liza Balmanya, vistiendo los colores y en representación de la Ciudad Condal: Estrems; Olivella, Gensana, Gracia; Vergés, Ribelles; Basora, Villaverde, Martínez, Evaristo y Tejada. El partido terminó con un magnífico resultado de cara a la vuelta, empate a dos, siendo los autores de los tantos catalanes Martínez y Tejada.

Siete días más tarde del último partido liguero, y como ya venía siendo habitual, va a producirse un nuevo cambio de líder. El Atlético sólo puede traerse un punto de su visita a «Los Cármenes» (2 a 2), mientras que el Real Madrid se impone con claridad al Sporting en el «Bernabeu» (4-0). Y como quiera que el Barça aplasta en la Ciudad Condal al colista Valladolid por 7 a 1, con goles  de Evaristo (3), Kubala (2), Ribelles y Villaverde, se coloca a dos puntos de los equipos madrileños, conservando aun  algunas aspiraciones.

Aspiraciones que van a sufrir un duro frenazo, prácticamente ya definitivo, en la siguiente jornada, la vigesimoquinta, al perder en «Sarriá» frente al Español por 2 a 1. Merecido triunfo blanquiazul, aunque el tanto de la victoria lo marcó Olivella en propia puerta. Evaristo hizo el gol del Barça. El Atlético de Madrid, por su parte, también se dejó un punto en su feudo ante el Sevilla, mientras que el Real Madrid asaltaba y conquistaba una plaza tan difícil como «la Catedral», derrotando a domicilio al Athletic por 0 a 2, con goles de Rial y Marsal, en un partido donde su superioridad fue manifiesta. Así quedaba la clasificación: Real Madrid con 36 puntos, Atlético con 35, y Barça ya descolgado con 32. El título parecía cosa de los dos grandes rivales madrileños.

Y se va a decantar a favor de los blancos en e transcurso de la siguiente jornada donde el Real Madrid vence con más problemas de los previstos al colista Valladolid, que convirtió un claro 5-0 en un  mucho más decoroso 5-3, en un partido en el cual Di Stefano y el blanquivioleta Badenes anotaron sendos hat-tricks. La derrota del Atlético en «Mestalla» (2-0), parecía dejar expedito el paso hacia el triunfo final para los madridistas, que ya aventajaban a los «colchoneros» en tres puntos, a falta de tan sólo ocho por disputar, aunque los del «Bernabéu» tendrían aun que visitar el «Metropolitano» en la penúltima jornada. La triste victoria del Barça sobre el Celta en  el «Camp Nou», merced a un solitario gol de Gensana, parecía ya del todo intrascendente.

La jornada 27 va a dejar las cosas igual en lo tocante a los dos primeros clasificados, pero sentenciará ya definitivamente la suerte de un Barça que veía incluso peligrar un subcampeonato que podía valerle para disputar la Copa de Europa si el Real Madrid revalidaba de nuevo su título. Los blancos vencieron en «Sarriá» (2 a 4, con tres goles de Marsal), y los azulgranas cayeron precisamente ante el Atlético en la capital, en un partido que las crónicas de la época describen como entretenido y muy disputado, y en el que Tejada hizo el gol catalán. Y el domingo siguiente, pese a golear al Zaragoza (5 a 1: tres de Evaristo, más Ribelles y Tejada), será el último partido de Balmanya como entrenador azulgrana, mientras que los dos rivales de la capital solventaban sus compromisos con sendas victorias y proseguían su pugna, que finalmente – y tal como se preveía – iba a decantarse a favor del Real Madrid, que cantará el «alirón» precisamente en el feudo de su eterno rival, al empatar a uno en el encuentro decisivo. El Barça finalizará de nuevo como tercer clasificado, y aunque el Madrid conquistó la III Copa de Europa, sería el Atlético quien obtuviese plaza para el torneo continental

Según declaración del propio Helenio Herrera en su libro de memorias titulado «Yo», los directivos barcelonistas ya le habían contactado en el mes de febrero, pero él les dio largas porque todavía se debía a su club,  el  Belenenses lisboeta. Sin embargo, para finales de abril va a aceptar  trasladarse a Barcelona y hacerse cargo del equipo inmediatamente, aun cuando  faltaban todavía varios partidos para concluir la temporada, concretamente dos jornadas de Liga, el choque de vuelta de la final de la Copa de Ferias, y la Copa del Generalísimo. «El Mundo Deportivo» publica en su edición de 23 de abril de 1958 una nota facilitada por el «delegado de prensa del C. de F. Barcelona», uno de cuyos puntos dice lo siguiente: «aceptar la dimisión presentada de su cargo de don Domingo Balmanya, agradeciéndole los servicios prestados y sus reiteradas pruebas de afecto y vinculación a nuestro club». La retórica habitual y políticamente correcta, por supuesto, que en eso muy poco ha cambiado el fútbol…

Herrera había llegado a la Ciudad Condal por vía aérea en la tarde del viernes 18 de abril, hospedándose en un céntrico y lujoso hotel. Firma su contrato, que le unía al Barça para las dos siguientes temporadas, y el domingo presenciaría el Barcelona-Zaragoza, para ver en acción a sus nuevos pupilos, y especialmente al brasileño Evaristo, al que no conocía. su fichaje va a costarle al Barça nada menos que 1.200.000 pesetas de la época, compensando económicamente a Os Belenenses, y también a su anterior club en España, el Sevilla, con el que el técnico hispanoargentino todavía estaba bajo contrato, aunque suspendido por la Federación durante dos años (obstáculo que también la junta presidida por Miró-Sans consiguió orillar… )

Balmanya no va a asistir a la toma de posesión de Herrera (según propia confesión, se le recomendó que no acudiera, de modo que no pudo despedirse oficialmente de los jugadores, ni ceder el testigo a su sucesor). En sus declaraciones a «El Mundo Deportivo» (en la edición del 23 de abril de 1958 ), indicó que se iba satisfecho y con la cabeza alta. Añadió que consideraba muy complejas las causas de los males del Barça, que según su criterio afectaban a junta directiva, socios, público, jugadores, técnicos e inclusive a la prensa. También pensaba que todavía no se había «digerido» el nuevo estadio. Leyendo entre líneas era evidente su disgusto con alguno o algunos de los componentes de la directiva. Una directiva que en un principio, cuando comenzaron a surgir rumores acerca del relevo en el  banquillo, desmintió el fichaje de Helenio Herrera y reiteró públicamente su confianza en el entrenador gerundense, unas palabras que – como ya sabemos por larga experiencia – son casi siempre la antesala de un cese anunciado.

El balance de Domènec Balmanya como entrenador del Barça puede resumirse de la siguiente forma: había dirigido al equipo en 69 partidos oficiales, logrando 39 victorias (un 56,52 % del total), 13 empates y 17 derrotas, marcando los azulgranas a sus órdenes  174 goles y encajando 87. En su haber figuraban un título de Copa (1957), una «Pequeña Copa del Mundo» (1957), dos terceros puestos en la Liga, y la clasificación para la final de la primera edición de la Copa de Ferias, cuyo encuentro de ida se disputó mientras ocupaba aun el banquillo, lográndose un resultado que dejaba en franquía la consecución del torneo. Puede decirse, por lo tanto, que su experiencia había sido más positiva que la de sus dos inmediatos predecesores en el cargo, Sandro Puppo y Franz Platko, que habían dejado su palmarés barcelonista en blanco, aunque el gerundense había contado con dos temporadas de confianza en lugar de una sola, pero con un equipo en formación que explotaría muy poco después con Helenio Herrera en el banquillo, superando por dos veces en el Torneo de la Regularidad al Real Madrid de las 5 Copas de Europa.

CERCA DE MEDIO SIGLO MÁS DE FÚTBOL

Balmanya había nacido en una provincia fronteriza, y en algunos momentos su vida va a transcurrir a caballo entre España y Francia. Esto sucede nuevamente, sin ir más lejos, una vez que se desvincule del Barça. Volverá a Sete, la ciudad occitana donde actuó como futbolista durante parte de nuestra Guerra Civil, en esta ocasión  para dirigir al equipo local un par de temporadas. Dos años más tarde, en 1960, regresa a España, haciéndose cargo del Valencia, al cual en su segunda campaña, la 61-62, lleva hasta la final de la Copa de Ferias, que acabarían por conquistar los «ches» a principios de la siguiente campaña, precisamente frente al Barça (6 -2 y 1 a 1), tras haber sido aplazado el choque decisivo a consecuencia de la disputa del Campeonato Mundial en Chile, aunque quien se sentaría entonces en el banquillo levantino sería el técnico argentino Alejandro Scopelli.

Durante el curso 62-63 realizará las funciones de secretario técnico en el RCD. Español, que ese año actuaba en Segunda División, aunque va a conseguir el ascenso tras una reñida promoción contra el Mallorca. Viajero incansable, en la siguiente temporada, 63-64, le encontramos en Sevilla, al frente del Betis. Los verdiblancos contaban con un gran equipo (Pepín, Grau, Ríos, Colo, Martínez, Bosch, Lasa, Ansola, Luís, Molina, los jóvenes Rogelio y Quino…), y van a ser la gran revelación del torneo, clasificándose en tercer lugar tras Real Madrid y Barcelona. No seguirá sin embargo en «Heliópolis», aunque tampoco saldrá de Andalucía. El Málaga se beneficia de su magisterio, y cuajará también una gran campaña, al final de la cual ascenderá a la División de Honor tras superar en la promoción al Levante. En aquel equipo figuran futbolistas de la talla de Américo, Montero, Pepe Arias, el marroquí  Ben Barek, el internacional Chuzo, Benítez, Aragón, el veterano Pepillo, el malogrado Pedro Berruezo, el vasco Otiñano o el mítico Manolo Velázquez, cedido por el Real Madrid.

Pero tal vez el mayor triunfo de toda su larga carrera como entrenador lo va a lograr en la temporada 65-66. Bajo su batuta, y en el último año del viejo «Metropolitano», el Atlético de Madrid  se proclamará brillante campeón de Liga, un título que no conseguía desde el ya lejano 1951, por delante del Real Madrid «Ye-yé» y el Barça. Allí se reencontró con sus viejos conocidos Colo y Luís Aragonés (el otro jugador fichado del Betis, el infortunado Miguel Martínez, permanecía en estado de coma en un hospital, víctima de una cruel e implacable enfermedad), y con un ramillete de excelentes futbolistas: Madinabeitia, Rivilla, Griffa, Calleja, Glaría, Ufarte, Jones, Cardona, Mendonça, Adelardo o Collar.

Ha llegado a la cumbre, y los máximos rectores de nuestro fútbol deciden ofrecerle la dirección del combinado nacional, que acababa de ofrecer un muy discreto rendimiento en el Campeonato del Mundo de 1966, en Inglaterra, donde cayó en la primera fase, con derrotas ante Argentina y la RFA, y un triunfo por la mínima frente a la débil Suiza. Balmanya va a estar al timón de la selección  hasta mayo de 1968. Su objetivo será clasificar a España para la fase final de la Eurocopa que se disputa en la primavera del 68, y tratar de revalidar el título conquistado brillantemente ante la URSS en Madrid, cuatro años antes.

Debuta en el banquillo del combinado nacional el 23 de octubre de 1966, en Dublín ante la República de Irlanda (0-0). Va a dar la alternativa a una nueva generación de destacados futbolistas (Osorio, Sáez, Canós, Tonono, Rifé, Gárate, Grosso, Vavá, Marcial, Velázquez, José María…), pero no logrará su propósito, pues los entonces campeones del mundo, Inglaterra, se cruzan en el camino de los nuestros y les eliminan, impidiéndoles optar a mayores cotas. Balmanya dirigirá a la Selección Española en un total de 11 ocasiones, obteniendo un balance de cuatro victorias, tres empates y cuatro derrotas (tres de ellas infligidas por Inglaterra). Le va a sustituir en el cargo el doctor Eduardo Toba, que también fracasará en el objetivo de clasificar a nuestro equipo nacional para una cita aun más importante, el Campeonato del Mundo de 1970, que se celebraría en México.

En ese punto de su carrera, Balmanya acepta una jugosa oferta del presidente del Barcelona, Narcís de Carreras, para convertirse en  secretario técnico del club azulgrana, con Salvador Artigas de entrenador. Durante su gestión el Barça realizó dos fichajes «de campanillas»: el ariete del Real Zaragoza Bustillo, y el centrocampista del RCD. Español Marcial, ambos internacionales. Cesará en su cargo al dimitir Carreras y toda su Junta Directiva, a causa de los malos resultados del equipo. Con la temporada 70-71 ya comenzada, es contratado para tratar de enderezar el rumbo de un Real Zaragoza donde aun sobrevivían los últimos «magníficos», Santos y Villa, y que amenazaba con irse a pique. Pero no lo va a conseguir, será destituido después de ocupar su banquillo durante doce partidos, y el equipo maño, tras quince años ininterrumpidos en la máxima categoría, ganando títulos nacionales e internacionales, se irá irremisiblemente al pozo de la Segunda División.

En 1972, y después de tomarse un año sabático, Balmanya se comprometerá de nuevo con un conjunto de Segunda, el Cádiz, que deseaba fervientemente cambiar de categoría. No lo logrará en  sus dos temporadas de estancia en la Tacita de Plata, pero va a poner las bases de un equipo que pocos años más tarde dará por fin el gran salto. De aquel cuadro amarillo a sus órdenes va a salir  un fenomenal jugador, Migueli, al que seguramente «Mingu» recomendó encarecidamente a su querido Barça. Pondrá punto final a su carrera como técnico – al igual que ya había hecho como jugador – en el Sant Andreu barcelonés, donde va a ser relevado precisamente por su antiguo compañero César Rodríguez en la temporada 75-76, logrando el Pelucas salvar del descenso al equipo cuatribarrado.

Pero una despedida tan poco airosa no puede hacer borrar su dilatado currículo como técnico y profesor de la Escuela Nacional de Entrenadores. Y esa sabiduría, atesorada a lo largo  de muchas décadas de dedicación al fútbol, la continuará derramando a través de las ondas de la radio en calidad de comentarista, casi siempre al lado del entonces popularísimo José María García. Toda una vida consagrada por entero al deporte-rey, y que se apagará definitivamente el 14 de febrero de 2002, en la Ciudad Condal, al fallecer víctima de un infarto con 87 años de edad, encontrándose todavía en plena lucidez.  A título póstumo se le concedió la Medalla de Plata al Mérito Deportivo, que venía a unirse a otras muchas distinciones a las que se había hecho acreedor por su buen hacer profesional

NOTA. Para la elaboración de este artículo se han manejado las siguientes obras:

HISTORIA DEL CAMPEONATO NACIONAL DE LIGA. Enrique y Nicolás Fuentes. EFSA. Ibérico Europea de ediciones. 1970

YO. MEMORIAS DE HELENIO HERRERA. Editorial Planeta 1962

CRÓNICAS DEL BARÇA. Antoni Closa. El Observador de la actualidad. 1991

Revista BARÇA

Diario EL MUNDO DEPORTIVO

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