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RESUMEN:

Recuperamos un artículo clásico de nuestro Presidente de Honor sobre la Copa del presidente de la RFEF, torneo disputado entre los siguientes equipos: Athletic, Barcelona, Atlético Aviación y Valencia entre 1941 y... 1947.

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ABSTRACT:

Keywords: RFEF President’s Cup, History, Football, Spain, Tournament

We release a classic article of our President of Honour about the RFEF President’s Cup, tournament played by the following teams: Athletic, Barcelona, Atlético Aviación and Valencia between 1941 and… 1947.

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El Torneo más largo de la historia del fútbol español. La Copa del presidente de la RFEF (1941-47)

De
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PRIMERO SE LLAMÓ “TORNEO DE LOS CUATRO”

LUEGO, “TORNEO DE CLASIFICACIÓN”

Y, FINALMENTE, “COPA DEL PRESIDENTE DE LA R.F.E.F.”

SE  ORGANIZÓ EN 1941 PARA SUSTITUIR A LA ABORTADA “COPA IBÉRICA”

En la temporada 1940-41 las Federaciones de España y Portugal se pusieron de acuerdo para jugar anualmente un torneo internacional de ocho equipos, cuatro de España y cuatro de Portugal, que llevaría por nombre “Torneo Ibérico”. Los participantes, los cuatro primeros clasificados de los respectivos campeonatos de Liga. Las fechas quedaron establecidas al término de las respectivas Ligas y, al menos en España, antes de que comenzara el Campeonato de España, en aquellos momentos Copa del Generalísimo. Para ello, al planificar el calendario, se dejó el hueco correspondiente para ese nuevo torneo internacional entre los equipos más granados del fútbol de la Península Ibérica.

La ocasión del partido internacional Portugal – España, celebrado en Lisboa el 12 de enero de 1941, sirvió para ir puntualizando las condiciones y los pormenores de tal competición. La primera noticia oficial la dio el secretario general de la Federación Española, D. Juan Antonio Sánchez Ocaña, a través de una entrevista en el diario madrileño “Gol”. En principio quedaba acordado que fuera jugado por el sistema de eliminatorias tipo Copa. Se haría la formación de grupos de tal suerte que el primero de un país se enfrentara con el cuarto del otro; el segundo con el tercero, etc.

Dos días más tarde, el propio presidente federativo, señor Saura, declaraba al mismo diario que el deseo de España era que fuera a doble vuelta, es decir en dos partidos por eliminatoria. Aun cuando los portugueses no habían contestado a tal propuesta, sí se había determinado, por sorteo, el país que iba a iniciar la sede de la final: Lisboa.

Nuevas informaciones, también en “Gol” (5, marzo, 1941), en las que se afirmaba que la Federación Española desechaba completamente el que fuera a eliminatoria única, ya que ello no conllevaba correspondencia económica y habría que sumergirse en los difíciles problemas de compensaciones económicas en cuanto al taquillaje y a los viajes… En fin, un lío en el que no se quería meter el señor Saura. Y que se esquivaba totalmente haciéndolo a doble partido. Que cada cual se quedara con sus taquillas y pagara sus viajes. Que era lo más lógico, claro.

Se supo que los equipos portugueses, a la vista de cómo iba su Liga, serían: Benfica de Lisboa, Sporting de Portugal, también de Lisboa, Oporto y Os Belenenses así mismo lisboeta. No estaba tan claro cuales serían los equipos españoles, porque la Liga estaba muy competida; en aquellos momentos muy bien podían serlo: Atlético-Aviación, Atlético de Bilbao, Madrid y Valencia. De aquí que en la prensa de Barcelona no se hubiera hecho hasta ese momento ni una alusión a tal “Torneo Ibérico”. Claro, el Español ocupaba la séptima posición y el Barcelona, la octava… Pero cuando el Barcelona empezó su remontada en el último tramo de la Liga, cambió la cosa; y cuando venció al Madrid en Chamartín por 2-1 y le desbancó del cuarto puesto, que ya daba entrada a tal torneo peninsular, empezaron a hablar del mismo en “El Mundo Deportivo” y hay que suponer que con evidente asombro de sus lectores ante cuyos ojos surgía un fantasmal torneo internacional del que no había tenido ni la menor noticia hasta ese instante.

Y fue el propio “El Mundo Deportivo” el que anticipó la nueva de que ya

estaba diseñada la primera jornada y sólo faltaba desarrollar el resto del calendario. Esa jornada inaugural se haría  así:

Atlético-Aviación  – Os Belenenses, en Vallecas.

Atlético de Bilbao – Oporto, en San Mamés.

 Sporting de Lisboa – Valencia, en Lumiar

Benfica – Barcelona, en Estadio Benfica

A la vista de ello huelga decir que los cuatro equipos españoles iban a ser definitivamente: Atlético-Aviación de Madrid (campeón de Liga, 33 puntos), Atlético de Bilbao (32 puntos), Valencia y Barcelona (27 puntos).

En tal situación llegó el partido internacional de vuelta, entre España y Portugal, a celebrar en Bilbao, el 16 de marzo de ese año 1941. Allí se reunían los federativos de las dos naciones para ultimar los pormenores del “Torneo Ibérico”.

Y silencio.

Lo cual quería decir que todo se había ido al traste. ¿Fue debido al severísimo correctivo del 5-1 que España había propinado a los lusitanos y que les hizo temer una mala imagen en dicho torneo? ¿Acaso se debió todo a encastillamiento de los portugueses en esa eliminatoria única con las consiguientes complicaciones económicas ya citadas? Lo cierto es que, sin explicaciones, no se volvió a mencionar tal torneo internacional.

Tal situación ponía en dificultades a los equipos españoles que se iban a encontrar con un vacío letal hasta que esos conjuntos entraran en las eliminatorias coperas.

Fueron los clubs quienes se movieron aceleradamente para proponer otro torneo, solamente español, que cubriera las fechas previstas. Pero tampoco había acuerdo entre los nacionales. Era el Atlético de Bilbao quien planteaba las dificultades. Quería disfrutar, en ese torneo también, de los beneficios de “las compensaciones” de las que gozaba en la Liga. Y eso suponía nada menos que el 25 % de  las taquillas de los campos que visitara. ¿Era por causa del poco aforo de San Mamés, que ya había motivado protestas de los aficionados que no habían podido presenciar el partido internacional con Portugal? ¿Era porque el Atlético bilbaíno era muy taquillero fuera del Bocho y poco dentro del mismo? Naturalmente fueron los otros equipos quienes se negaron a tal “impuesto”; querían que cada cual asumiera sus gastos y sus ingresos, sin ninguna otra obligación.

A todo ello, la Federación Española se mantenía al margen. Y cuando hubo otra propuesta en el sentido que fuera un torneo de cuatro selecciones regionales, en lugar de cuatro clubs, el acuerdo se abrió paso entre los equipos como por ensalmo. Ahí es nada quedarse inactivos y además tener que prestar los mejores jugadores a la Federación Regional respectiva…

Y una vez de acuerdo, vino el bautizo de la competición. En ello fueron generosos: de momento cada cual le dio su nombre. En Madrid se le llamó, decididamente, al menos por los periódicos madrileños, “Torneo de los Cuatro”.  En Barcelona: “Copa Clasificación”. Los equipos pagarían el trofeo a disputar, aportando cada uno la cantidad de mil pesetas para pagar las cuatro mil que costaba una copa acorde con la entidad de tal competición.

Se hizo el calendario. La víspera de que arrancara el torneo entró en él la Federación. ¿No se habían decidido a pagar el trofeo y tuvo que ser la Federación la que lo subvencionara? Pues, posiblemente. La Federación dio el nombre oficial –“Copa del presidente de la Federación”–, pagó el trofeo e impuso la legalidad de un torneo oficial; es decir con las mismas reglas que las de la Liga y con intervención del Comité de Competición.

Los portugueses acabaron la Liga cuando iba a empezar esta “Copa Presidente”. También les quedaron unas fechas vacías por lo que no tuvieron más remedio que organizar un torneo entre los citados equipos y con el título de ”Copa de Pascua”.

El día previsto arrancó el torneo.

1ª Jornada

Atlético de Bilbao – Barcelona  = 5-3  (2-1)

6 – 4 –1941. Bilbao: San Mamés.

Árbitro: Jáuregui.

ATLÉTICO: Echevarría; Mieza, Oceja; Ortúzar, Viar, Bertol; Iriondo, Panizo, Unamuno, Gárate, Elices.

BARCELONA: Miró; Anguera, Benito; Raich, Rosalén, Calvet; Valle, Gracia, Martín, Escolá, Bravo.

Goles: 1-0: Unamuno (10’); 2-0: Elices (26’); 2-1: Martín (32’); 3-1: Panizo (60’); 3-2: Martín (63’); 4-2: Elices (68’); 5-2: Elices (78’); 5-3: Valle (79’).

Atlético-Aviación – Valencia    Aplazado

¿Qué pasaba que ya en la primera jornada se producía un aplazamiento? El Madrid tenía la culpa. Ocurrió que mientras las directivas discutían “si eran galgos o podencos”, el Madrid y el Valencia llegaron a un acuerdo para celebrar dos partidos amistosos. Uno en cada ciudad. El Madrid fue a Valencia el domingo anterior en donde ganó por 2-1 y el partido de vuelta correspondía jugarse el día 6 de marzo. Naturalmente los madridistas exigieron el cumplimiento del acuerdo. Intentó arreglarlo el Valencia, pero el precio exigido era muy alto. El Madrid ya había lanzado, desde varios días antes, toda la publicidad y el billetaje; era más económico celebrar el encuentro que pagar todos esos gastos hechos por el Madrid y pagarle la compensación económica justa. Y el Valencia vino a Madrid, aplazando su participación en la “Copa Presidente”, que en Madrid se seguía llamando “Torneo de los Cuatro”. El Valencia volvió a perder, esta vez por 3-2, y quedó libre para integrarse en el torneo. El Atlético-Aviación intentó cubrir la fecha con un viaje para competir  contra el Sevilla, pero no lo logró…

2ª Jornada

Atlético-Aviación –  Barcelona  = 6-0  (2-0)

13 – 4 – 1941. Madrid: Vallecas.

Árbitro: Mazagatos.

ATLÉTICO: Tabales; Mesa, Aparicio; Escudero, Germán, Machín; Manín, Arencibia, Pruden, Campos, Vázquez.

BARCELONA: Miró; Anguera, Benito; Raich, Rosalén, Franco; Sospedra, Gracia, Martín, Escolá, Bravo.

Goles: 1-0: Arencibia (38’); 2-0: Arencibia (43’); 3-0: Pruden (pen.; 51’?); 4-0: Campos (75’); 5-0: Pruden (82’).

Atlético de Bilbao – Valencia  = 3-0  (1-0)

13 – 4 – 1941. Bilbao: San Mamés

Árbitro: Corpas.

ATLÉTICO: Echevarría; Mieza, Oceja; Ortúzar, Viar, Bertol; Iriondo, Panizo, Unamuno, Gárate, Elices.

VALENCIA: Pío; Álvaro, Juan Ramón; Bertolí, Iturraspe, Lelé; Domenech, Amadeo, Mundo, Asensi, Gorostiza.

Goles: 1-0: Unamuno (16’); 2-0: Unamuno (58’); 3-0: Unamuno (85’).

Pío detuvo un penalty lanzado por Panizo (37’).

3ª Jornada

Atlético-Aviación – Atlético de Bilbao = 2-1  (0-1)

20 – 4 – 1941. Madrid: Vallecas.

Árbitro: Ferragut.

Atlético A.: Tabales; Mesa, Aparicio; Gabilondo, Germán, Machín; Manín, Arencibia, Pruden, Campos, Vázquez.

Atlético B.: Echevarría; Mieza, Oceja; Ortúzar, Viar, Bertol; Iriondo, Panizo, Unamuno, Gárate, Elices.

Goles: 0-1: Elices (23’);  1-1: Pruden (58’); 2-1: Germán (63’).

Barcelona – Valencia  = 1-1  (1-1)

20 – 4 – 1941. Barcelona: Las Corts.

Árbitro: Munguía.

BARCELONA: Nogués; Anguera, Benito; Raich, Rosalén, Franco; Sospedra, Gonzalvo III, Martín, Escolá, Valle.

VALENCIA: Pío; Álvaro, Juan Ramón; Bertolí, Iturraspe, Lelé; Domenech, Amadeo, Mundo, Asensi, Poli.

Goles: 0-1: Poli (6’); 1-1: Valle (30’).

Partido muy violento. Expulsados, por agresión mutua en el primer tiempo, Iturraspe y Sospedra. Y Mundo en el segundo tiempo, por intento de agresión a Anguera. Hubo un momento en que en el campo los equipos estaban con ocho jugadores por el trasiego de lesionados. Dos de ellos, Valle y Poli, no volvieron a salir; los demás, Martín, Asensi y Lelé  pasaron varios minutos en la banda restañando las heridas, curiosamente, todos en la cabeza. Naturalmente el Comité de Competición tomó cartas en el asunto y sancionó económicamente a los clubs, a los entrenadores y al árbitro –al que suspendió por un mes–; repartiendo sanciones a Benito (suspensión indefinida hasta saber el alcance de la lesión de Poli), a Sospedra (dos partidos de suspensión y multa de 250 pesetas) y a Iturraspe (tres partidos y multa de 250 pesetas).

4ª Jornada

Valencia – Barcelona  = 4-0  (1-0)

27 – 4 – 1941. Valencia: Mestalla.

Árbitro: Escartín.

VALENCIA: Pío: Álvaro, Juan Ramón; Bertolí, Sierra, Blasco; Domenech, Amadeo, Asensi, Botana, Gorostiza.

BARCELONA: Nogués; Ceballos, Colomer; León, Rosalén, Franco; Calvet, Raich, Vergara, Escolá, Pedrol.

Goles: 1-0: Domenech (32’); 2-0: Domenech (50’); 3-0: Asensi (68’); 4-0: Botana (71’).

El partido, pese al flojo arbitraje de Escartín, fue una balsa de aceite; acaso, de ser un combate de boxeo, el juez les hubiera retenido la bolsa a los contendientes por falta de agresividad.

Atlético de Bilbao – Atlético-Aviación  = 6-2  (3-2)

27 – 4 – 1941. Bilbao: San Mamés.

Árbitro: Tamarit.

ATLÉTICO B.: Echevarría; Mieza, Oceja; Ortúzar, Ortiz, Viar; Iriondo, Panizo, Unamuno, Gárate, Elices.

ATLÉTICO A.: Tabales; Mesa, Aparicio; Blanco, Machín, Gabilondo; Manín, Arencibia, Pruden, Cárdenas, Vázquez.

Goles: 0-1: Arencibia (7’); 1-1: Elices (11’); 2-1: Gárate (21’); 2-2: Pruden (24’); 3-2: Elices (42’); 4-2: Elices (55’); 5-2: Iriondo (65’); 6-2: Unamuno (66’).

5ª Jornada

Barcelona –  Atlético-Aviación  = 1-2  (0-2)

2 – 5 – 1941. Barcelona: Las Corts.

Árbitro: Sanchis Orduña.

BARCELONA: Miró; Ceballos, González; León, Rosalén, Franco; Bravo, Vergara, Martín, Escolá, Quique.

ATLETICO: Tabales; Mesa, Aparicio; Gabilondo, Germán, Urquiri; Manín, Arencibia, Pruden, Campos, Vázquez.

Goles: 0-1: Pruden (9’); 0-2: Manín (16’); 1-2: Bravo (65’).

Valencia – Atlético de Bilbao  = 3-0  (2-0)

2 – 5 – 1941. Valencia: Mestalla.

Árbitro: Vilalta.

VALENCIA: Pío; Álvaro, Juan Ramón; Bertolí, Sierra, Blasco; Domenech, Amadeo, Mundo, Asensi, Gorostiza.

ATLÉTICO: Echevarría; Mieza, Oceja; Ortúzar, Ortiz, Viar; Iriondo Panizo, Unamuno, Gárate, Elices.

Goles: 1-0: Gorostiza (40’); 2-0: Gorostiza (70’); 3-0: Mundo (87’).

6ª Jornada

Valencia – Atlético-Aviación  = 2-0  (2-0)

4 – mayo – 1941. Valencia: Mestalla

Árbitro: Arribas.

VALENCIA: González; Álvaro, Juan Ramón; Bertolí, Sierra, Blasco; Domenech, Amadeo, Mundo, Asensi, Gorostiza.

ATLÉTICO: Tabales; Mesa, Aparicio; Blanco, Colón, Urquiri; Manín, Germán, Pruden, Cárdenas, Vázquez.

Goles: 1-0: Mundo (14’); 2-0: Domenech (15’).

Barcelona – Atlético de Bilbao  = 3-0  (2-0).

4 – mayo – 1941. Barcelona: Las Corts.

Árbitro: Álvarez Corriols.

BARCELONA: Nogués: Ceballos, González; Calvet, Rosalén, Llácer; Sospedra, Vergara, Martín, Gonzalvo III, Bravo.

ATLÉTICO: Echevarría; Mieza, Oceja; Ortúzar, Ortiz, Viar; Iriondo, Panizo, Unamuno, Valle, Elices.

Goles: 1-0: Llácer (30’); 2-0: Martín (40’); 3-0: Vergara (49’).

Se había llegado al final de las jornadas programadas sin que hubiera habido ocasión para resolver ese encuentro que había quedado suspendido desde la primera jornada. Cumplidas las fechas, se entró en el Campeonato de España. Así pues, tal partido entre Atlético-Aviación y Valencia, quedaba pendiente o bien para después de la Copa o para cumplir en los primeros compases de la temporada siguiente. Para colmo de males, o al menos de “suspense”, tal encuentro era decisivo; es decir que no era un trámite de cumplimiento de un calendario comprometido sino que de su resultado dependía el título de campeón. Con ligera ventaja para el Valencia, al que bastaba el empate para alzarse con el título, pero con la desventaja de tener que ir a campo ajeno.

Cuando se terminó el ciclo cronológico diseñado, la clasificación era la siguiente:

  J   G   E   P    F    C  Puntos
Valencia   5   3   1   1   10    4     7
A. Aviación   5   3   0   2   12   10     6
A. Bilbao   6   3   0   3   15   13     6
Barcelona   6   1   1   4     8   18     3

Como se ve a simple vista, el encuentro pendiente era el decisivo. El que ganara, se llevaría el título. Y, de momento, nadie acertaba a decir cuándo se iba a resolver.

Quedaba todo en suspenso.

Suspenso largo, largo, largo. Nada menos que ¡seis años! Por fas o por nefas no encontraban un hueco para dar el golletazo a ese Torneo de los Cuatro o de los Clasificados o del presidente de la Federación. Que ya nadie recordaba cómo se llamaba…

Debió ser el presidente de la Federación, a la sazón D. Armando Muñoz Calero, quien urgió para que terminara aquello de una vez. Ya nadie le podía quitar el récord de dilatación en su finalización, pero era ya hora de terminarlo. Olvidado estaba ya.

Los periódicos tuvieron que hacer memoria y dar a sus lectores la pista de dicho torneo, sus resultados y la importancia que tenía ese partido que había quedado tan desgajado de sus orígenes.

Realmente era una final a cara de perro, aunque por ser partido inaugural de la temporada, ninguno de los contendientes parecía estar en buenas condiciones como para morder.

Como curiosidad hay que consignar que casi todo era nuevo. Nueva Federación, ya que la había empezado el señor Saura del Pan y la terminaba D. Armando Muñoz Calero, dejando entre medias nada menos que a dos presidentes, los señores Barroso y Rivero. Uno de los equipos había iniciado el torneo con el nombre de Atlético-Aviación y lo terminaba llamándose Atlético de Madrid. Y los protagonistas sólo tenían cinco “supervivientes”: Aparicio, por los madrileños, y Juan Ramón, Asensi, Amadeo y Mundo por los valencianos. Los entrenadores iniciales fueron Zamora y Encinas; ahora conducían a los contendientes: Vidal y Pasarín.

Atlético de Madrid – Valencia  = 4-0  (2-0).

14 – 9 – 1947. Madrid: Metropolitano.

Árbitro: Iturralde.

ATLÉTICO: Pérez; Riera, Aparicio; Mencía, Arnau, Cuenca; Juncosa, Vidal, Silva, José Luis, Basabe.

VALENCIA: Candi; Sáenz, Juan Ramón; Santacatalina, Monzó, Asensi; Gago, Amadeo, Mundo, Morera, Giraldós.

Goles: 1-0: Basabe (4’); 2-0: Basabe (43’); 3-0: Silva (51’); 4-0: Silva (53’).

Partido de principio de temporada. Todos los jugadores estaban con quilos de más y forma de menos. En el Valencia agudizados estos defectos por el cansancio de un viaje por Marruecos del que acababa de llegar.

Partido aburrido, lento, fuera de tiempo. Ambos equipos aprovecharon la ocasión para probar a algunos recién adquiridos o por fichar definitivamente. Así, el Valencia probó al portero Candi, que luego fue famoso por su trayectoria en el Granada, tanto como guardameta como presidente, y al defensa Sáenz; el Atlético, a  José Luis Prado y a Basabe.

Fue mejor el Atlético porque tuvo interés en ganar la copa; el Valencia parecía haberse olvidado de tal torneo y tampoco estaba en condiciones físicas de armar ese interés.

Gago y Amadeo fueron los mejores del equipo mediterráneo; floja su línea media y nula la parte defensiva; mal Candi, por lo que el Valencia no tendría más remedio que negociar con Ignacio Eizaguirre, que se había negado a renovar, pese a que le habían ofrecido nada menos que medio millón. En el Atlético, insegura la defensa; muy bien la línea media; Silva, perfecto; José Luis, de la cantera, muy bien, lo mismo que Basabe que se mostró rápido y goleador.

Aquí acabó ese torneo que habían olvidados hasta sus propios protagonistas. El más largo del mundo, pero también el más olvidado. Quizá haya sido oportuno sacarlo del mausoleo para exhibirlo ante los aficionados amantes de conocer algo de lo que está guardado en los armarios futbolísticos del olvido histórico.

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