El 1 de junio de 1986 hacía mucho calor en el estadio Jalisco de Guadalajara. Es mediodía y las selecciones de Brasil y España se estrenan en el Mundial de México. Ninguno de dos equipos arriesga lo más mínimo, con lo que el partido es anodino y con escasas ocasiones de gol. En las dos más claras, hubo diana. Al comienzo de la segunda parte, un balón rechazado hacia la frontal del área lo recoge Míchel que empalma una espectacular volea. La pelota se estrella con violencia en el travesaño de Carlos y bota dentro de la línea de gol. El colegiado australiano Christopher Bambridge ni mira a su asistente. Ante el estupor de todos, concede saque de esquina. España perdía su gran ocasión del partido. Poco después, un remate de Careca lo rechaza el larguero español. La pelota llega a Sócrates, solo y en fuera de juego, que cabecea a gol. Este tanto sí vale para Mr. Bambridge y España acaba cosechando en su debut esta injusta derrota.






