El 30 de abril de 1922, la Selección española viajó a Burdeos para disputar el primer Francia-España de la historia. En el ataque español se alineaba uno de los mejores delanteros del mundo, Paulino Alcántara, nacido en Filipinas y autor de 369 goles en 357 partidos con el Barça y de 6 dianas en 5 encuentros con la Selección. España dio un recital y se impuso por un contundente 0-4. Dos de esos goles llevaron la firma de nuestro protagonista. El primero, entró en la leyenda. Su colosal zurdazo desgarró las mallas francesas y dejó boquiabiertos a todos. Desde entonces, el apodo de «El Romperredes» acompañó al gran Alcántara para siempre.






