El fútbol vasco vivía días de gloria a comienzos de los años ochenta. La Real Sociedad había sido el titular de las temporadas 1980-81 y 1981-82 y el Athletic en 1982-83. Merced a este buen momento, los futbolistas de ambos conjuntos coincidían en un mismo lugar: la selección española que disputó el Mundial de 1982 como anfitrión.
Luis Arconada, Genaro Celayeta, Perico Alonso, Jesús Maria Zamora y Jesús Satrústegui por la Real y Santiago Urquiaga del Athletic eran los protagonistas, sumados a Francisco Urruticoechea (arquero) y José Alexanco (defensa) que jugaban en el FC Barcelona que también habían nacido en tierras vascas.
Formado siempre por jugadores de descendencia vasca, el Athletic es una marca registrada en el fútbol español. Y en esos años, la fama de juego fuerte y a veces violento también era parte de su idiosincrasia.
No era fácil competir en esos años por la Liga. Si bien los equipos vascos peleaban por la vanguardia, se sabía que tanto el Barcelona como el Real Madrid buscaban también gobernar la Liga.
El conjunto catalán lo hizo contratando en el verano europeo de 1982 a Diego Maradona y el Real Madrid contaba con el alemán Uli Stielike. No eran épocas como las actuales donde se podían incorporar extranjeros sin límites de cupo.
La premisa para al Athletic en la temporada 1983-84 era revalidar el título de Liga, nada fácil por cierto. El inicio tuvo altibajos, tres victorias en fila, una dura derrota en el Camp Nou ante Barcelona por 4-0 y un andar irregular que fue una constante en la primera parte del campeonato.
Recién en el semi clásico de la región vasca ante Osasuna (1-0) por la fecha 8 le permitió comenzar una serie de 14 fechas sin conocer la derrota donde se destacó la victoria ante Real Sociedad en el clásico de la región por la mínima y un importante empate a seco en el Bernabéu ante el Real Madrid.
La pelea arriba era mano a mano con el Madrid y luego también se sumó el Barcelona. Paralelamente a la Liga, también disputaba la Copa del Rey donde en octavos dio cuenta de la Real Sociedad a quien derrotó por penales tras dos igualdades en cero y en uno respectivamente.
Otro paso clave lo obtuvo el 11 de Marzo de 1984 cuando derrotó al Murcia como visitante con tanto de Sola para igualar al Madrid en la cima y tres días más tarde otro éxito ante Sporting de Gijón por 2-0 en la Copa le dio el pasaje para las semis.
El momento clave de la campaña tuvo lugar el 1º de Abril de 1984 en San Mamés. Lleno total. Estaba en juego buena parte de la Liga, a falta de cuatro jornadas. El primer golpe del encuentro lo dio el Real Madrid con el tanto del alemán Uli Sitlike. Pero el conjunto vasco de Javier Clemente no era de inhibirse y logró la igualdad pocos minutos más tarde con un cabezazo de Goicoechea. A falta de tres minutos para el cierre del partido, apareció Dani para los locales y se escaparon dos puntos en la cima. Era el primer acto, el segundo sería por la Copa tres días más tarde.
La cita esta vez tuvo lugar en el Santiago Bernabéu por la semis de la Copa del Rey. El golpe esta vez fue decisivo: a los 24 minutos de la primera mitad un penal transformado por Urtubi decidió el choque de ida. Las consecuencias de ese primer choque, sin embargo, tuvo un rebote inesperado en Liga: derrota del Athletic ante Betis (2-0) a domicilio y victoria del Real Madrid ante Murcia. Otra vez igualados, pero el conjunto vasco con una pequeña ventaja en la diferencia de gol y el Barcelona a punto.
La revancha de las semifinales de Copa fue tan esperada como dramática. El Real venció por 1-0 en el tiempo regular con un hombre menos. El resultado no se modificó ni en el suplementario por lo que la serie se tuvo que definir por tiros penales. Allí, Zubizarreta detuvo el primer disparo de Camacho y le dio la primera ventaja al conjunto bilbaíno. La tanda parecía inclinarse más aún para los locales con el segundo fallo de Stielike al palo, pero Argote también ejecutó su pena al poste. La definición quedó en manos de Núñez quien no falló. El Athletic llegaba a la final de Copa tras siete años. Y buscaba el quinto “doblete” de su historia.
Las dos fechas finales de Liga fueron para el infarto. El Madrid venció a Valladolid en casa 2-1 y el Athletic no podía doblegar a Valencia. Dani puso en ventaja a los rojiblancos cuando faltaban menos de quince minutos para el cierre. Lo celebraban quince mil hinchas que viajaron hasta el Luis Casanova que lucía lleno, pero García Pitarch con una vaselina volvió a igualar el marcador. El tanto de Noriega para la visita a falta de cinco minutos tenía olor a Liga. Pero quedaban 90 minutos para los tres candidatos: Athletic (47 puntos y +22), Real Madrid (47 y +21) y Barcelona (46 y +33).
Con una victoria el Athletic gritaba bicampeón. Pero ese escalón final era ni más ni menos que ante Real Sociedad, el acérrimo enemigo de siempre. El título parecía más cerca con el gol de Liceranzu en la primera mitad.
Promediando la segunda mitad, el empate de la Real por parte de Uralde, de cabeza, dejaba a los tres aspirantes al título igualados (Barcelona, Athletic y Real Madrid) con el conjunto vasco en ventaja sobre el Madrid por los enfrentamientos entre sí, no así sobre el Barcelona (0-4 y 1-2) y entre merengues y blaugranas la ventaja era para los primeros (2-1 y 2-1).
A casi diez minutos para el final, cuando no por el juego aéreo, el Athletic volvió a tomar ventajas y esta vez fue decisiva. Otra vez apareció Liceranzu y su cabezazo valió una Liga.
Unos minutos más tarde, Emilio Butragueño volvió a marcar de penal para el Madrid ante el Espanyol para ponerse en ventaja 2-1. De todos modos, no le alcanzaba ganar la Liga. El estadio San Mamés colmado con 47 mil aficionados celebró el bicampeonato.
Una semana más tarde, el reto era contra el otro gigante de España, el FC Barcelona, que en la Liga había terminado a un punto. El escenario fue el Santiago Bernabéu lleno con cien mil espectadores.
Un gol temprano de Endika le dio la ventaja final al Athletic. Un partido de pierna fuerte, y con bochornoso final donde seis futbolistas fueron informados y una temperatura ambiente de volcán. Ese clima en el campo se trasladó a las tribunas.
El pitazo final de Franco Martínez puso fin al ciclo de Diego Maradona con el FC Barcelona quien fue muy castigado por los defensores vascos esa noche. Y también le permitió el Athletic ganar su última Copa en cancha y el quinto “doblete” en su historia.
Antonio Statis.






