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Los comienzos del lenguaje en la prensa futbolística. De las partidas y entradas o como contaban esto del fútbol en el siglo XIX Ciento veinte años han pasado desde aquella primera partida. La amplitud de vocabulario que ahora poseemos no podría ser ni soñada por aquellos primeros cronistas, más pendientes de la información social que

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Los comienzos del lenguaje en la prensa futbolística

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Los comienzos del lenguaje en la prensa futbolística.

De las partidas y entradas o como contaban esto del fútbol en el siglo XIX

Ciento veinte años han pasado desde aquella primera partida. La amplitud de vocabulario que ahora poseemos no podría ser ni soñada por aquellos primeros cronistas, más pendientes de la información social que de la deportiva.Con escasos vocablos echó a andar la prensa futbolística, inventándolo todo, traduciendo del inglés términos desconocidos para el público. Crónicas con valor pedagógico en las que a la vez que se enunciaba algo, había que explicarlo. «Partida» era un comodín que servía para casi todo. Era un lenguaje poco elaborado, pero con todo el encanto de la inocencia.La principal fuente para este estudio ha sido el periódico «La Provincia» de Huelva (será la referencia mientras no se exprese otra cosa). Las partidas de pelota: Comenzamos nuestro recorrido por este incipiente lenguaje tomando como punto de partida la invitación para que se celebrase, que fue publicada el 28 de febrero de 1890 en el periódico onubense: «y tomen parte en una partida de pelota«.Mientras, en Sevilla, «El Baluarte» anunciaba el mismo día de la disputa, el 8 de marzo, «un math (sin «c») entre las Sociedades de Sevilla y Huelva«.La crónica del día 12, desde Huelva, nos vuelve a hablar de partida: «tomar parte en la partida de «football» (1)» y nos hace una llamada para aclararnos que el «Football» es un juego de pelota muy distraido y a la vez higiénico».La devolución de visita se realiza tres semanas más tarde. En este caso no se invita a «una partida de pelota«, sino a «dos partidas de pelota«: la primera de Lawn Tennis y la segunda de Football. De esta forma se contaba el 18 de marzo: «para tomar parte en dos grandes partidas de pelota, que han de verificarse el sábado 22 del corriente. La primera de «Lawn Tennis» en los jardines del Hotel Colon empezará a la una de la tarde y la segunda de Football en los terrenos frente a la Fábrica de Gas.«Detalle muy importante a tener en cuenta para cualquier investigación, cuando se habla de «partida de pelota» se puede estar jugando a cualquier cosa.El día 22 «La Provincia» anuncia la suspensión de las «dos partidas de pelota» «a causa del fallecimiento del Pastor evangélico Mr. Lundi«. Días más tarde, el 28 «La Provincia» y el 29 «El Baluarte«, vuelven a anunciar, con los mismos términos, las «partidas de pelota«.Esta vez la crónica es menos extensa que en la partida anterior. «El Baluarte» del día 30 utiliza los mismos términos que «La Provincia» de la misma fecha, diríamos que ambas estuvieran escritas por la misma mano. No se menciona la de Lawn Tennis y sólo se hace mención a la partida de Football: «se celebró en Huelva la gran partida de Fottball por los Clubs de aquella capital y Sevilla.«El 1 de enero de 1891 se volvieron a ver en Sevilla. Lo contaba «La Provincia» al día siguiente, en uno de los recortes más jugosos que hemos encontrado, lo firma, el primero que aparece firmado, por un cronista de «El Mercantil Sevillano«, «Salvador López«. Nos va a aportar definiciones inéditas en España hasta ese momento, que veremos más adelante.

En la cabecera de la crónica nos habla de «Match entre los socios». Antes de comenzar con la crónica hace una nota introductoria que justifica el porqué es necesario recurrir al compañero sevillano. No tendría más importancia sino fuera porque en su primera línea nos dice: «En todos los partidos de Football«.Ya en la crónica, nos aclara el término «Football» refiriéndose al «Match«: «Antes de entrar en los pormenores del «Match» (…) El «Football», nombre compuesto de dos vocablos «Foot» pié y «Ball» pelota, indica perfectamente las reglas de este juego.» Posteriormente emplea el término que ya conocemos: «En la partida que tuvimos ocasión…«.Sigue apareciendo con asiduidad la palabra «partida» para referirse al juego, pero en la última crónica de la que disponemos, febrero del 92, se hace un compendio de vocabulario, partida, peleas y partido: «Con el piso en bastante mal estado y con un viento muy fuerte, se efectuó ayer, la importante partida en los Clubs de Huelva y Sevilla, y mas importante aun por haber empatado dichos clubs en sus dos últimas peleas, y ser este el partido decisivo.«La primera vez que hemos localizado la palabra partido, apareció el día 2 de enero de 1891 en «La Provincia» (Huelva): «En todos los partidos de Football«.

La duración de las partidas

De la primera partida que tenemos constancia de su duración es de la primera que se jugó en Tablada. Aproximadamente una hora, ya que «a las cinco en punto empezó la partida, siendo el Club de Sevilla el que botó primero la pelota (…) hasta las seis de la tarde.» El más largo de los que hemos visto fue el jugado en de febrero del 92, último de esta serie de partidas, ya que: «El juego duró próximamente dos horas.» En enero de 1891 se juegan «dos partidas, cada una de cuarenta minutos«. En este caso se nos habla de partidas refiriéndose a nuestros actuales tiempos. Esto lo corrobora más adelante cuando dice: «ya se habían llevado a efecto dos partidas«. En febrero del mismo año volvemos a ver la expresión partida referida a tiempo: «pero al final de la segunda partida«. De una a dos horas solían durar las partidas de estos pioneros del football, aunque nos dicen que el juego se dividía en dos partidas de cuarenta minutos, casi como ahora.

Los componentes de las partidas

El vocablo partida, daba mucho juego en aquella época, se utilizaba, tanto como para designar al partido, como los tiempos en los que se dividía. Pero hay más, una nueva acepción. Así nos daba las alineaciones la crónica de la primera partida: «Los señores que componían las dos partidas son los siguientes«.Lo vemos también en el anuncio previo a la partida de febrero del 92: «los once socios que componen la partida del Club sevillano«.A la hora de dar las alineaciones (sólo figuran en tres de las seis partidas) encontramos otra particularidad en las dos primeras, el citado en primer lugar es el capitán y, además, no sabemos nada de los porteros. Esto lo podemos ver en las alineaciones de las partidas del 8 de marzo del 90: «SEVILLA. Sr. Maccoll, Capitan (…) HUELVA. Sr. Allcock, Capitan» y de enero del 91. «señores L. Birchall, capitan (…) Sres Mac-Coll, capitan«.

El goal

Esto nos lleva a pensar que estos primeros jugadores no se hubieran «especializado» todavía en el puesto de portero. Probablemente, el puesto sería rotatorio entre los jugadores, bien entre todos, bien entre los que quisieran desempeñarlo, o descansar un rato.No es hasta febrero de 1892 cuando, en la alineación, encontramos algo que lo podemos identificar con nuestro actual portero, el goal: «Hé aquí los nombres de los individuos que componen las dos partidas: CLUB SEVILLANO. Sr H. Lindberg, goal, Sr. Macoll, capitan (…) HUELVA. Sr. Jorge Wakelin-goal. (…) (en el séptimo lugar de orden) Sr. J. García Almanza (capitan.)«.Los capitanes ya han pasado a ocupar el puesto que les corresponde en la lista, seguido de la expresión capitan (nótese que en todas las apariciones figura sin tilde). Se usa de nuevo la expresión partidas para referirse a los equipos.Este artículo de 22 de febrero de 1892 nos presenta, por primera vez, a los señores que ocupaban el puesto de goal, nuestro actual portero.Los primeros goal (porteros) conocidos: CLUB SEVILLANO, Sr H. Lindberg; HUELVA, Sr. Jorge Wakelin.

Los jueces

Como el juego era propenso a choques y encuentros, alguien tenía que poner orden, lo que ahora conocemos como árbitro.

Los primeros jueces fueron uno de cada club: «Jueces, Dr. Langdon, por Sevilla y el Dr. Palin por Huelva«. Figura también en esta crónica otro protagonista: «Presidente el Sr. Jonhson«, el cual era el cónsul inglés en Sevilla en aquella fecha.En enero de 1891 tenemos «El juez decidor, señor cónsul inglés», en este caso una figura imparcial y de prestigio social. Ya no preside las partidas, sino que las «juzga».En diciembre de 1891 nos enteramos que «salieron para Sevilla once jugadores y dos jueces de campo«. En febrero del 92 tenemos ya todo un equipo arbitral: «JUECES. D. Enrique Nicholson. D. W. A. Bice. D. Roberto Thompson. D. José Muñoz».Los primeros jueces, primeros árbitros, de los que tenemos sus nombres fueron: Dr. Langdon y Dr. Palin«, lo recogió «La Provincia» el 12 de marzo de 1890.

El goal y la entrada

El gol, palabra de ida y vuelta, esa palabra que hoy todos llevamos a flor de garganta y de la que nada habría que contar, estuvo a punto de dar un paso atrás en la historia, aunque todo empezó con el goal.En la primera partida nos encontramos la palabra goals entrecomillada: «pudieron los de Sevilla colocar 2 «goals» por lo cual salieron victoriosos«.La palabra goals aparece ahora sin comillas en «El Baluarte» del 30 de marzo del 90: «los de Huelva hacer dos goals«.El gol, tan insustituible hoy, desapareció del vocabulario para dar paso a la expresión entrada. En la partida de enero del 91 «ninguno de los dos Clubs pudo ganar, ó sea haber logrado entrar la pelota por debajo de los arcos«, así que tuvimos que esperar a la crónica del 16 de marzo, sobre la partida celebrada un par de días antes para poder ver que «Huelva hizo una entrada«.En febrero del 92 se sigue utilizando el término entrada: «y nuestro paisano el Sr. García Almanza, (capitan) hizo una gran entrada con la cabeza, y cinco minutos después hizo otra magnífica con los pies. Esta dos «entradas» fueron las únicas que se hicieron durante toda la partida, así que Huelva salió victoriosa«.

El terreno de juego y los castillos

La primera definición de un terreno de juego, así como de las porterías, de la que tenemos noticias. No precisa ningún comentario. Lleva la firma de «Salvador López«: «El sitio destinado para llevarlo á efecto fue el Hipódromo de Tablada, en dicho lugar, se escogió un rectángulo de ciento veinte metros por cincuenta y cinco de ancho, donde estaban colocados dos arcos ó castillos, que medían ocho metros de largo por tres de alto.» Publicado el 2 de enero de 1891 en «La Provincia» (Huelva).

Hemerografía citada.

«El Baluarte» (Sevilla). 1890: 8, 29 y 30 de marzo.

«La Provincia» (Huelva). 1890: 28 de febrero; 12, 18, 22, 28, 30 de marzo. 1891: 2 de enero; 16 de febrero; 12 y 16 de diciembre. 1892: 16, 20 y 22 de febrero.

 

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