RESUMEN:

Proseguimos con esta serie histórica sobre los Mundiales juveniles y la participación española en los mismos. Llegamos a Egipto 2009.

ETIQUETAS:

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ABSTRACT:

Keywords: 2009, Egypt, FIFA, Football, History, U-20 World Cup, Spanish National Team

We continue with our serial about the Spanish performance in the U-20 World Cups. This time focused on the 2009 edition, held in Egypt.

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España en los mundiales sub’20: Egipto 2009

De
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Tras la eliminación en la Copa del Mundo sub’20 de Canadá 2007, casi todo fueron buenas noticias para la selección española en sus distintas categorías masculinas. Apenas dos semanas después de aquella decepcionante derrota en los penaltis ante la República Checa, la sub’19 se alzaba en Austria con un nuevo Campeonato de Europa juvenil, al ganar a Grecia en la final con jugadores de la talla de Sergio Asenjo, César Azpilicueta, Javi Martínez, Dani Parejo o Aarón Ñíguez. Un mes más tarde, la sub’17 alcanzaba un brillante (a la par que amargo) subcampeonato mundial en Corea del Sur, con David De Gea, Ignacio Camacho y Bojan Krkic, entre otros, como principales referentes de un equipo que en la final cayó frente a Nigeria en la tanda de penaltis. Y a mediados de octubre, tras un año francamente difícil tanto en lo deportivo como en lo mediático, Luis Aragonés dio por fin con la tecla y, un poco por convencimiento y un poco obligado por las circunstancias, presentó en Dinamarca el embrión del equipo que estaba a punto de escribir las páginas más gloriosas de la historia del balompié nacional.

Entre medias, la RFEF incorporó a Fernando Hierro como director deportivo para, entre otras cosas, conducir el relevo generacional que debía acometerse en el organigrama técnico de la federación: Iñaki Sáez ya había comunicado su decisión de jubilarse al acabar la temporada, al cumplir los 65 años, mientras que Juan Santisteban finalizaba su contrato precisamente en junio de 2008, a los 72 años de edad, y había dudas sobre la conveniencia de su continuidad. Además, sobre la mesa de Hierro estaba también la renovación de Luis Aragonés más allá de la Eurocopa de Austria y Suiza, asunto bastante complejo a comienzos de 2008 porque el “Sabio de Hortaleza” había declarado públicamente que no quería seguir al frente de la absoluta pero, al mismo tiempo, parecía esperar una propuesta federativa para continuar en el cargo. Ese incómodo tira y afloja con Luis se mantendría hasta la misma víspera de la final de Viena e incluso tendría su epílogo durante las celebraciones por el título, aunque para entonces ya se sabía que el seleccionador abandonaría su cargo.

Pero regresemos a los juveniles. Entre el 18 y el 23 de octubre de 2007 la nueva selección sub’19 disputó en Alcoy (Alicante), Alzira y Alginet (Valencia) la primera ronda clasificatoria para la fase final del Campeonato de Europa de 2008, donde se pondrían en juego las plazas continentales para el Mundial sub’20 de 2009. España inició ese cuadrangular derrotando a Albania por 2-0, pero luego un inesperado 0-0 ante Liechtenstein complicó las cosas a los de Ginés Meléndez. Por suerte para España, Serbia también tropezó ese día ante Albania y el 1-1 obtenido ante los serbios en la tercera jornada fue suficiente para pasar a la siguiente ronda. Ya en 2008, tras ganar la Copa del Atlántico en Gran Canaria (superando a Canarias, Ucrania y Francia) y derrotar a Portugal en un amistoso en Ceuta, la selección española viajó a finales de mayo a Armenia para disputar una Ronda Élite que superó sin demasiadas complicaciones, pues venció 3-1 a Ucrania, 3-0 a Turquía y 4-2 a los anfitriones. El equipo, formado en buena medida por una combinación de campeones europeos sub’19 y sub’17 del año anterior, se mostró muy superior a sus rivales y se plantó en la fase final de la República Checa dispuesto a conseguir el tercer título consecutivo para España.

Sin embargo, en el mes de julio todo fue distinto. Después de dos años sin conocer la derrota, la selección española sub’19 cayó ante Alemania por 1-2 en el debut en el torneo, y luego los nervios y la falta de acierto en ataque contribuyeron a que Hungría también ganara a los de Meléndez por 0-1. Sin opciones ya de luchar por el campeonato, en la tercera jornada España fue capaz al menos de golear a Bulgaria (4-0) para conseguir el último billete para el Mundial del año siguiente. Con España, viajarían a la Copa del Mundo sub’20 de Egipto 2009 la nueva campeona de Europa, Alemania, además de Italia, República Checa, Hungría e Inglaterra.

Aquel verano de 2008, marcado por la victoria en la Eurocopa absoluta, comenzó una nueva era para las selecciones inferiores, en cuyo staff técnico sólo continuó Ginés Meléndez. Aparte de la confirmación del secreto a voces que era la llegada de Vicente del Bosque al banquillo de la absoluta, durante esos meses se produjeron más incorporaciones a la RFEF: Juan Ramón López Caro se hacía con el puesto de Iñaki Sáez en la sub’21, que por primera vez en ocho años parecía tener encarrilada su clasificación para la Eurocopa de la categoría, Luis Milla llegaba para encargarse de las selecciones sub’19 y sub’20 (relegando a Meléndez a la sub’17) y Aitor Karanka se ocuparía de los “benjamines” de la sub’16. Se confirmaba así el adiós de Juan Santisteban, que tras veinte años en la Federación se despidió de su querida sub’17 con un nuevo título continental, el segundo consecutivo y el sexto en su brillante carrera (séptimo si incluimos el sub’19 que había ganado en 2007). La del sevillano es una figura poco reivindicada pero imprescindible para entender el crecimiento de las selecciones inferiores españolas durante esas dos décadas.

Como evidenciarían también sus contrataciones posteriores, para reemplazar la veteranía de Sáez o Santisteban Fernando Hierro apostaba por jóvenes exfutbolistas de escasa (o nula) experiencia en los banquillos pero con una gran preparación teórica adquirida en la Escuela Nacional de Entrenadores, dirigida precisamente por Ginés Meléndez. Sólo rompía el molde López Caro, con una buena trayectoria en divisiones inferiores y con experiencia (no muy destacada, eso sí) en el primer nivel en equipos como Real Madrid, Levante y Celta, aunque en su caso se buscaba un perfil más habituado al trato con jóvenes promesas para esa difícil etapa intermedia entre el fútbol base y la élite que es la categoría sub’21. Pero los nuevos seleccionadores no empezaron con demasiado buen pie: aunque en 2009 todos consiguieron llevar a sus equipos a la fase final de sus respectivos Campeonatos de Europa, ninguno logró pasar a semifinales, dejando además una pobre impresión (salvo quizás la sub’17 de Meléndez, a la que simplemente le faltó acierto y, aunque empató sin goles sus tres partidos, logró al menos clasificarse para su Mundial). Ante semejante panorama, la Copa del Mundo sub’20 se presentaba como una importante prueba para el nuevo modelo y sus responsables.

Con la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010 en el horizonte, la FIFA había redoblado su apuesta por el continente africano al conceder la organización de los mundiales sub’20 y sub’17 del año 2009 a Egipto y Nigeria, respectivamente. Pero la confianza depositada en esos países obligaba también a realizar algunos cambios sobre los planteamientos habituales y así, en mayo de 2008, al tiempo que designaba a Colombia como sede del Mundial sub’20 de 2011, la FIFA confirmó que la edición de 2009 tendría que celebrarse a finales de septiembre y no en junio o julio como venía siendo norma para evitar roces con los clubes. El sofocante calor del verano egipcio obligaba a realizar un cambio de fechas que, como se temía, impidió a varias selecciones contar con algunos de sus mejores jugadores.

España no fue ajena a esos problemas. Olvidados ya los dos amistosos disputados en Las Rozas en el mes de abril precisamente contra Egipto (saldados con una victoria por 2-0 para cada bando), durante el verano de 2009 fue creciendo entre los aficionados el interés por saber cómo resolvería la RFEF el conflicto generado por las fechas del Mundial sub’20. Se especulaba con concesiones federativas como las realizadas en 2003 para no convocar a jugadores que ya estuvieran asentados en Primera división, y era especialmente entendible el caso del Atlético de Madrid, que contaba en su primera plantilla con Sergio Asenjo y David De Gea, los dos mejores guardametas españoles en edad sub’20. Al mismo tiempo, surgía el eterno e irresoluble debate sobre la conveniencia de que esos jóvenes futbolistas que ya empezaban a hacerse un hueco entre los mayores se perdieran alrededor de un mes de competición para jugar otro torneo contra chicos de su edad. En esa discusión salía a menudo el nombre de Bojan Krkic, precoz delantero del F.C. Barcelona y referente en las categorías inferiores españolas, que de la sub’17 había dado el salto directamente a la sub’21 (con una polémica y accidentada parada en la absoluta) y que, tras una temporada en la que no había progresado como se esperaba, veía cómo el Mundial sub’20 podría suponer un trampolín para su carrera pero también un nuevo obstáculo para afianzarse en un equipo, el dirigido entonces por Pep Guardiola, que venía de lograr un histórico triplete.

Finalmente, pese a las quejas más o menos soterradas de los clubes, el 10 de septiembre de 2009 se publicó una lista de convocados en la que, salvo De Gea, aparecían los mejores jugadores disponibles, con Bojan Krkic, Sergio Asenjo (titular en ese momento en el Atlético) y el capitán César Azpilicueta a la cabeza. El equipo nacional juvenil quedó concentrado en Las Rozas el lunes 14; sin embargo, el destino es caprichoso y las pruebas médicas obligaron a la RFEF a descartar ese mismo día a Bojan, aquejado de una lesión muscular sufrida en el primer partido de Liga, y a llamar en su lugar al murcianista Kike. La ausencia del ariete del Barça desató una fea tormenta mediática en la que se puso en duda el diagnóstico y el tratamiento de los doctores y se acusó a la Federación de plegarse a las presiones del F.C. Barcelona, mezclando la dolencia del chaval de Linyola con sus problemas para acudir con la absoluta durante el año anterior y con el militante independentismo catalán del entonces presidente culé Joan Laporta.

Mientras se discutía enconadamente el compromiso del jugador y su club con la selección española, el equipo de Milla sufrió un nuevo revés con la lesión durante los entrenamientos de Joselu Sanmartín, el delantero del Celta que se perfilaba como principal referencia ofensiva de España tras la baja de Bojan. Como el barcelonista, Joselu podría estar recuperado para los partidos de la fase eliminatoria, pero los técnicos prefirieron llamar a un sustituto que pudiera ayudar al equipo desde el principio y así fue como se incorporó al grupo el gallego Iago Falque, otro subcampeón mundial sub’17 que había sido habitual en la sub’19 y que ese año militaba en el Bari cedido por la Juventus. Durante esa agitada concentración de una semana España venció por 1-0 a Honduras en un amistoso al que faltaron Asenjo, Domínguez y Jordi Alba, que fueron liberados unos días para que pudieran jugar los compromisos europeos de sus respectivos clubes. Una vez reunida de nuevo, la selección española voló hacia El Cairo (vía Luxor) el lunes 21 con Luis Milla como seleccionador, López Caro como ayudante y estos futbolistas:

Pos.

Nombre Fecha Nac. Club

1

P

Sergio ASENJO Andrés 28/06/1989 Atlético de Madrid

2

DF

César AZPILICUETA Tanco 28/08/1989 Osasuna

3

DF

JOSÉ ÁNGEL Valdés Díaz 05/09/1989 Sporting de Gijón

4

DF

Álvaro DOMÍNGUEZ Soto 15/05/1989 Atlético de Madrid

5

DF

Alberto Tomás BOTÍA Rabasco 27/01/1989 Sporting de Gijón

6

MC

MARCOS GULLÓN Ferrera 20/02/1989 Villarreal CF

7

MC

AARÓN ÑÍGUEZ Esclápez 26/04/1989 Celta de Vigo

8

MC

ANDER HERRERA Agüera 14/08/1989 Real Zaragoza

9

DL

Enrique García Martínez, “KIKE” 25/11/1989 Real Murcia

10

MC

Daniel PAREJO Muñoz 16/04/1989 Getafe CF

11

MC

JORDI ALBA Ramos 21/03/1989 Valencia CF

12

DF

Andreu FONTÀS Prat 14/11/1989 FC Barcelona

13

P

Tomás MEJÍAS Osorio 30/01/1989 Real Madrid

14

DF

Víctor LAGUARDIA Cisneros 05/11/1989 Real Zaragoza

15

DF

DÍDAC VILÀ Rosselló 09/06/1989 RCD Espanyol

16

MC

Oriol ROMEU Vidal 24/09/1991 FC Barcelona

17

MC

Francisco Mérida Pérez, “FRAN MÉRIDA” 04/03/1990 Arsenal FC

18

DL

Óscar DE MARCOS Arana 14/04/1989 Athletic de Bilbao

19

DL

IAGO FALQUE Silva 04/01/1990 AS Bari

20

DL

Emilio NSUE López 30/09/1989 Real Sociedad

21

P

Diego MARIÑO Villar 09/05/1990 Villarreal CF

Cabe destacar que diez de los veintiún convocados habían estado a las órdenes del propio Milla en los Juegos Mediterráneos de Pescara 2009, disputados en el mes de julio y en los que España obtuvo la medalla de oro al derrotar en la final a Italia; de hecho, varios jugadores cogieron el tren del Mundial sub’20 gracias a ese torneo y a su buen inicio de temporada, pues no habían participado en la fase clasificatoria el año anterior. En total, hasta once jugadores habían debutado ya en Primera división (además de Fran Mérida en el Arsenal) y casi todos ellos parecían piezas importantes para sus equipos en ese comienzo de temporada. Por otra parte, sorprendía la presencia de Oriol Romeu, el benjamín del grupo, no por el llamamiento en sí (bastante razonable dado su nivel y la ausencia por lesión del colchonero Ignacio Camacho) sino porque había sido expulsado en el último partido del Europeo sub’19 de 2009 y no podría participar hasta la última jornada de la primera fase. Las bajas en ataque mermaban su potencial goleador, pero aun así se trataba de un equipo de un más que aceptable nivel, aunque luego la evolución de muchas de estas promesas no haya sido la esperada: a 20 de agosto de 2015 sólo Jordi Alba (35 partidos), César Azpilicueta (10) y Álvaro Domínguez (2) han conseguido debutar con la absoluta española, mientras que Emilio Nsue ha acabado representando a Guinea Ecuatorial.

En Egipto 2009 habría dos selecciones debutantes en una Copa del Mundo sub’20, Tahití y Venezuela, y ambas fueron a parar al grupo de España. Los oceánicos habían sorprendido a Nueva Zelanda en su clasificatorio continental y se convertían en la primera nación polinesia en disputar un mundial juvenil; por su parte, Venezuela había concluido el Sudamericano sub’20 (celebrado en su país) en cuarta posición, superando a Colombia y Argentina. Obviamente, la ausencia de la albiceleste era la gran noticia del campeonato: después de conquistar cinco de los siete mundiales anteriores, la nueva Argentina de Sergio Batista se quedaba fuera en la fase clasificatoria por primera vez desde 1987 (su ausencia en 1993 se debió a una sanción de la FIFA por la conducta antideportiva mostrada en Portugal 1991). También era destacable el regreso de Sudáfrica a un Mundial sub’20 (no se clasificaba desde 1997), así como la presencia de Trinidad y Tobago, que sólo había acudido anteriormente al de Portugal 1991 y en esta ocasión había dejado fuera a México, la otra víctima ilustre de unos clasificatorios cada vez más igualados en todos los continentes. El sorteo de la primera fase se había celebrado la noche del 5 de abril en el marco incomparable del milenario templo de Luxor, y definió estos grupos:

GRUPO A

(El Cairo, Alejandría)

GRUPO B

(El Cairo)

GRUPO C

(Suez, Ismailía)

GRUPO D

(Ismailía, Suez)

GRUPO E

(Port Said, Ismailía, Alejandría)

GRUPO F

(Alejandría, Port Said)

Egipto

Nigeria

EE.UU.

Ghana

Brasil

Hungría

Trinidad y Tobago

Venezuela

Alemania

Uzbekistán

Costa Rica

E.A.U.

Paraguay

España

Camerún

Inglaterra

Rep. Checa

Sudáfrica

Italia

Tahití

Rep. Corea

Uruguay

Australia

Honduras

La organización egipcia sólo programó partidos en cinco ciudades, todas ellas (salvo Suez) en el fértil y superpoblado delta del Nilo, usando dos estadios tanto en El Cairo como en Alejandría. Uno de los recintos de la capital, el estadio Al Salam, era de césped artificial, y precisamente en ese campo propiedad del ejército egipcio disputaría España sus tres duelos de la primera fase. A pesar de que el campeonato se celebró entre el 24 de septiembre y el 16 de octubre para evitar, como ha quedado dicho, el tórrido calor veraniego, las temperaturas rondaron (o superaron) los treinta grados en casi todos los encuentros. Los problemas con el caótico tráfico egipcio también fueron abundantes, aunque no pasaron del terreno de la anécdota y no tuvieron incidencia real en el desarrollo del torneo. En cuanto al público, los datos oficiales dicen que en Egipto 2009 se volvió a batir el récord de afluencia total a un Mundial sub’20 con casi 1’3 millones de espectadores, aunque las cifras de varias sedes parecen algo infladas y la selección local reunió a más de 65.000 personas en cada uno de sus partidos, factores que sin duda tiran hacia arriba de los números.

Debido a la coincidencia de fechas con las competiciones nacionales y europeas y al alto precio exigido por FIFA y sus intermediarios en un momento en el que la crisis empezaba a golpear duramente a todos los sectores (y tal vez también porque el inesperado éxito de la absoluta había disminuido el interés de los espectadores españoles por las categorías inferiores de la selección), en esta edición ninguna televisión generalista accedió a comprar los derechos de emisión del Mundial sub’20. Con el torneo ya en marcha, laSexta acabó comprometiéndose a retransmitir los partidos de eliminatorias que jugara España, pero sólo Eurosport ofreció el evento en su integridad para nuestro país. En cuando a la representación arbitral española, en Egipto 2009 volvió a correr a cargo de trío formado por el navarro Alberto Undiano Mallenco y sus asistentes Fermín Martínez Ibáñez y Juan Carlos Yuste Jiménez, que repetían presencia al estar en el grupo de colegiados preseleccionados por la FIFA para actuar en Sudáfrica 2010. En esta ocasión los españoles dirigieron dos partidos de la primera fase y una semifinal.

EL CAMPEONATO

Alineación de España en el Mundial juvenil de Egipto 2009, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

Alineación de España en el Mundial juvenil de Egipto 2009, extraída del Informe Técnico oficial del torneo.

Nadie dudaba de que España tendría un plácido arranque en la Copa del Mundo sub’20 de Egipto 2009. La escasa información disponible dificultaba evaluar el nivel real del contrincante, pero no parecía que la selección tahitiana que dirigía el exguardameta internacional francés Lionel Charbonnier (y que, a modo de preparación para su histórico debut mundialista, disputaba la liga de su país como un equipo más) pudiera estar en condiciones de hacer frente a las promesas españolas. Por si acaso, Milla apostó por su once de gala y planteó el 4-3-3 que se había impuesto en la Federación desde el triunfo en la Eurocopa de 2008, con Gullón como mediocentro y Parejo y Fran Mérida como interiores; por delante, el zurdo Aarón Ñíguez partiría desde la derecha y Jordi Alba aportaría profundidad por la izquierda, quedando el puesto de delantero para Emilio Nsue. Y pronto quedó claro que la ilusión tahitiana no podría compensar sus grandes lagunas tácticas.

Tras una primera ocasión de Tahití, aprovechando un error de Asenjo en una salida, España se dedicó a mover el balón con rapidez y a aprovechar las facilidades de una defensa demasiado adelantada. A los diez minutos, Aarón Ñíguez recogió un rechazo del portero Hauata para marcar el primer gol, y tres minutos después el propio Aarón dobló la ventaja tras escaparse por velocidad y controlar un balón largo de Asenjo que se tragó la defensa. Nada más sacar de centro, Tahití perdió la bola y Aarón regaló el tercer gol a Nsue, que también hizo el cuarto pasada la media hora, después de haber marcado otro que fue anulado. Sin apretar el acelerador, sólo a base de buscar diagonales a la espalda de la defensa, España sumó un buen número de oportunidades más y dejó claro que Tahití sería sin mucha discusión el peor equipo del campeonato.

Así las cosas, los de Milla bajaron el pistón en la segunda parte. La entrada de Ander Herrera por un tocado y amonestado Aarón hizo que España dejara de buscar tan a menudo los desmarques de ruptura. El partido se transformó en un aburrido rondo y sólo en el último cuarto de hora volvieron a ocurrir cosas en torno a la meta tahitiana. Primero Fran Mérida largó un fuerte disparo desde fuera del área que se coló por el centro de la portería, y poco después Kike hizo el 6-0 al culminar una buena internada de Azpilicueta. A cinco minutos para el final el delantero murcianista realizó una gran jugada individual dentro del área que finalizó con calidad para subir el séptimo tanto al electrónico, y al borde del noventa Ander Herrera cerró la escandalosa goleada al aprovechar el enésimo pase largo que rompió la endeble línea de fuera de juego planteada por Tahití. El 8-0 se convertía en la mayor victoria española en un Mundial sub’20 y, tras la sorprendente derrota de Nigeria ante Venezuela en el otro partido del día, dejaba a España en una inmejorable posición para terminar liderando el grupo.

25/09/2009

Primera jornada del Grupo B.

ESPAÑA

(8)

Asenjo; Azpilicueta, Botía, Fontàs, José Ángel; Gullón, Parejo, Fran Mérida; Aarón (-46, Ander Herrera), Nsue (-66, Kike), Jordi Alba (-73, De Marcos).

TAHITÍ

(0)

Hauata; Faatiarau, Ludivion, Teriitau, Warren; Alvin Tehau, Bourebare (-83, Benson), Rochette (-55, Atani), Teaonui Tehau (-50, Kamoise), Lorenzo Tehau; Chong Hue.

Goles

1-0 Aarón (ESP, min. 11); 2-0 Aarón (ESP, min. 15); 3-0 Nsue (ESP, min. 17); 4-0 Nsue (ESP, min. 32); 5-0 Fran Mérida (ESP, min. 74); 6-0 Kike (ESP, min. 79); 7-0 Kike (ESP, min. 86); 8-0 Ander Herrera (ESP, min. 89).

Árbitro

Mohamed Benouza (ALG).

Tarjetas

Rochette (TAH, min. 25); Aarón (ESP, min. 45+1).

Estadio

Al Salam Stadium (El Cairo). 10.540 espectadores.

Milla prácticamente repitió alineación en la segunda jornada, con la única novedad del central Laguardia por Fontàs, en lo que se preveía que iba a ser la gran prueba de fuego para calibrar las verdaderas aspiraciones españolas en este Mundial. El partido se jugó a las cuatro de la tarde y con más de treinta grados de temperatura, y lo cierto es que las sensaciones que dejó España no fueron demasiado buenas, puesto que una Nigeria desordenada y no muy brillante pero con una imperiosa necesidad de puntuar dominó claramente durante bastantes tramos. Sólo Sergio Asenjo evitó que los africanos se adelantaran en el marcador en los primeros minutos, salvando un mano a mano con Ighalo y desviando un buen disparo de Osanga. Pese a la superioridad técnica y numérica de la selección española en el centro del campo, hubo que esperar hasta el minuto veinticinco para empezar a ver algo del ataque español. Los de Milla, eso sí, aprovecharon bien su momento: pasada la media hora, Marcos Gullón habilitó a Fran Mérida con un pase elevado sobre la adelantadísima defensa nigeriana y el centrocampista del Arsenal superó por alto a Okafor en su precipitada salida. De ahí al descanso, un par de acercamientos por ambos bandos y la sensación de que a Nigeria sólo le faltaba algo de calma en sus acciones para rentabilizar su dominio.

La segunda parte se inició por los mismos derroteros, con Asenjo manteniendo a raya a los atacantes nigerianos y con el árbitro belga De Bleeckere cobrando un protagonismo inesperado: primero perdonó la segunda amarilla a Parejo y luego, sin que nadie supiera muy bien por qué, anuló un tanto nigeriano tras un saque de esquina aparentemente limpio. Para entonces Milla ya había introducido a Fontàs para reforzar el centro del campo, pero el equipo español no encontraba salidas claras y Nigeria seguía creando ocasiones, como un disparo de Salami que se estrelló espectacularmente en el larguero. El empate parecía simple cuestión de tiempo, pero en una acción aislada el recién incorporado Ander Herrera cayó derribado en el área rival y el colegiado señaló la pena máxima. Fran Mérida tomó la responsabilidad y se desquitó de su fallo en la tanda de penaltis de la final del Mundial sub’17 de Corea del Sur 2007, precisamente ante Nigeria, transformando el lanzamiento a lo Panenka. Era el minuto 83 y a efectos prácticos el partido terminó ahí, aunque para los libros queden la posterior expulsión de Salami por un manotazo al bigoleador español y un disparo de Kike al larguero que estuvo a punto de hacer aún más injusto el marcador final.

28/09/2009

Segunda jornada del Grupo B.

NIGERIA

(0)

Okafor; Lawal, Adejo, Edet, Orelesi; Osanga, Obiora, Ikande (-44, Ibrahim), Ohawuchi (-62, Salami); Fatai (-46, Aluko), Ighalo.

ESPAÑA

(2)

Asenjo; Azpilicueta, Botía, Laguardia, José Ángel; Gullón, Parejo (-73, Ander Herrera), Fran Mérida (-88, Kike); Aarón (-62, Fontàs), Nsue, Jordi Alba.

Goles

0-1 Fran Mérida (ESP, min. 33); 0-2 Fran Mérida (ESP, min. 83)(p).

Árbitro

Frank De Bleeckere (BEL).

Tarjetas

Parejo (ESP, min. 47); Fran Mérida (ESP, min. 51); Aluko (NIG, min. 53); Botía (ESP, min. 55); Jordi Alba (ESP, min. 68); Ander Herrera (ESP, min. 80); Ighalo (NIG, min. 82). Expulsado Salami (NIG, min. 84) por roja directa.

Estadio

Al Salam Stadium (El Cairo). 7.955 espectadores.

Después de la preceptiva visita turística a las pirámides de Giza, España se enfrentó en la tercera jornada a Venezuela con el liderato del grupo B en juego. Aunque se esperaba un duelo vibrante, al tener la clasificación para octavos ya garantizada ambos seleccionadores dieron descanso a jugadores tocados y apercibidos, y los de Milla se mostraron claramente superiores desde el inicio. Con Parejo algo más liberado que en días anteriores. la selección española se adueñó pronto del balón y generó un buen puñado de ocasiones antes de que, a los doce minutos, el centrocampista entonces del Getafe transformara un libre directo para abrir el marcador. Después de recibir ese tempranero mazazo, la vinotinto (que tras sorprender a Nigeria en el primer partido también había goleado 8-0 a Tahití) pareció conformarse con ocupar la segunda plaza del grupo, todo un éxito para un equipo debutante que había llegado como una de las cenicientas del torneo.

España dominaba sin apuros y creaba peligro en cada uno de sus ataques, y antes de la media hora ya había doblado su ventaja al transformar Aarón Ñíguez un penalti cometido sobre Parejo. A partir de ahí el ritmo decayó y, aunque Venezuela tuvo alguna opción de engancharse al partido, los españoles no tuvieron problemas para controlar el juego también en la segunda parte. Además, a falta de un cuarto de hora Ander Herrera culminó su gran tarde rematando desde dentro del área una buena pared con Fontàs, y el choque concluyó sin más sobresaltos. Aunque parecía faltarle cierta consistencia, España cerraba la primera fase con pleno de victorias y sin haber recibido un solo gol, lo que necesariamente le convertía en firme aspirante al título.

01/10/2009

Tercera jornada del Grupo B.

VENEZUELA

(0)

Romo; Morales, Salazar (-73, Rojas), Velázquez, Pernía; Ágnel Flores (-52, Parra), Francisco Flores, Pérez, Orozco; Fernández, Del Valle (-64, Lezama).

ESPAÑA

(3)

Asenjo; Azpilicueta, Domínguez, Laguardia, Dídac; Romeu, Parejo (-69, Fontàs), Ander Herrera (-79, José Ángel); De Marcos, Kike, Aarón (-46, Iago Falque).

Goles

0-1 Parejo (ESP, min. 12); 0-2 Aarón (ESP, min. 26)(p); 0-3 Ander Herrera (ESP, min. 77).

Árbitro

Joel Antonio Aguilar Chicas (SLV).

Tarjetas

Salazar (VEN, min. 14); Domínguez (ESP, min. 41); Dídac (ESP, min. 54); Parra (VEN, min. 54); Fontàs (ESP, min. 83).

Estadio

Al Salam Stadium (El Cairo). 7.220 espectadores.

Ninguna otra selección logró pasar a octavos con el expediente inmaculado. En una edición sin sorpresas negativas destacadas (que Inglaterra cayera en esta primera fase era una tradición siempre que el torneo se celebrara en plena temporada, pues al equipo le faltaban sus mejores jugadores), la igualdad entre las teóricas favoritas de cada grupo había sido la tónica predominante y sólo España logró sumar los nueve puntos en disputa. Pero, más allá de puntuaciones, las buenas sensaciones transmitidas por selecciones como Brasil, Ghana, Uruguay, Alemania o incluso la anfitriona Egipto las colocaban entre las favoritas al título. Precisamente una victoria de Egipto sobre Italia en la última jornada había hecho acabar a los europeos en la tercera posición del grupo A, con cuatro puntos, y el desarrollo del resto de grupos convirtió a Italia en el rival de España en octavos de final.

Consciente de su superioridad sobre el papel pero, al mismo tiempo, con la inquietud propia de quien en el fondo esperaba un rival bastante más asequible, España confiaba en su mayor adaptación al césped sintético del estadio Al Salam para superar a una limitada pero incómoda selección italiana que estaba formada casi por los mismos hombres que habían perdido contra los de Milla, en casa y en el descuento, la final de los Juegos del Mediterráneo en el mes de julio. Pero, fieles a su historia y estilo tradicional, en aquella cálida tarde cairota los jóvenes transalpinos supieron cortocircuitar los planes españoles, tapando bien a Parejo y a Fran Mérida y obligando a los centrales a asumir demasiadas responsabilidades en la creación de juego.

La tela de araña italiana obtuvo su primer premio al filo de la media hora, cuando Botía llegó muy tarde en una entrada a Mazzarani y fue expulsado inmisericordemente por el argentino Baldassi. Milla reaccionó retrasando a Oriol Romeu al centro de la zaga y, dado que Italia no cambió su defensivo plan pese a estar con uno más, en el descanso dio entrada a Ander Herrera para tratar de gestionar mejor la posesión. Con el zaragocista España ganó fluidez y pareció mejor organizada, pero a los diez minutos de la reanudación Italia robó un esférico en campo hispano y Mazzarani envió un buen pase a Mattia Mustacchio, que se aprovechó del desorden defensivo español para sortear el fuera de juego y superar a Asenjo con un golpeo no muy ortodoxo. Los de Milla encajaron bien el golpe y en la jugada siguiente Aarón estuvo a punto de empatar con un gran disparo que Fiorillo desvió al travesaño. Poco después fue Nsue quien pudo batir la meta italiana, pero no acertó con su remate. Entonces, en el mejor momento de España, llegó el segundo mazazo: una cadena de errores defensivos a cada cual más grosero convirtieron un balón largo sin aparente peligro en un regalo que Mazzarani recogió en el área pequeña para batir a Sergio Asenjo.

Pese a la hercúlea tarea que parecía tener por delante, con un 0-2 en contra, un jugador menos y sólo media hora para buscar el empate, la selección española apretó los dientes y sacó a relucir su mejor fútbol. Sólo cinco minutos después de encajar ese segundo y absurdo gol, Ander Herrera le robó la cartera a Albertazzi dentro del área italiana, el defensa le agarró ostensiblemente del pantalón y Aarón Ñíguez transformó a lo Panenka el claro penalti que metía a España en el partido. La inercia era positiva, pero la entrada de Kike por Mérida desmontó la superioridad española en el centro del campo y el duelo se convirtió en un desaconsejable correcalles al que España sólo sobrevivió gracias a Asenjo. Así hasta que, a cinco minutos del final, Aarón forzó una nueva pena máxima, esta algo más dudosa: él mismo se encargó de lanzarla, pero en esta ocasión optó por un disparo raso y Fiorillo le adivinó perfectamente las intenciones, despejando el esférico y acabando con las esperanzas españolas. Un par de minutos después, con España volcada pero sin ideas, Mustacchio se escapó por la izquierda por enésima vez en esa segunda parte y, con un fuerte chut cruzado, puso el definitivo 1-3 en el marcador.

05/10/2009

Octavos de final.

ESPAÑA

(1)

Asenjo; Azpilicueta, Botía, Laguardia, José Ángel; Romeu, Parejo, Fran Mérida (-67, Kike); Aarón, Nsue, Jordi Alba (-46, Ander Herrera).

ITALIA

(3)

Fiorillo; Crescenzi (-69, Bruscagin), Bini, Albertazzi, Mazzotta; Della Penna (-82, Bonaventura), Calderoni, Mazzarani, Sciacca (-53, Romizi), Mustacchio; Misuraca.

Goles

0-1 Mustacchio (ITA, min. 55); 0-2 Mazzarani (ITA, min. 61); 1-2 Aarón (ESP, min. 66)(p); 1-3 Mustacchio (ITA, min. 87).

Árbitro

Héctor Walter Baldassi (ARG).

Tarjetas

Mustacchio (ITA, min. 20); Romeu (ESP, min. 24); Crescenzi (ITA, min. 51); Sciacca (ITA, min. 52); Fran Mérida (ESP, min. 64); Albertazzi (ITA, min. 65); Bruscagin (ITA, min. 73); Laguardia (ESP, min. 89); Aarón (ESP, min. 90+1). Expulsado Botía (ESP, min. 28) por roja directa.

Estadio

Al Salam Stadium (El Cairo). 6.150 espectadores.

España terminaba en octavos de final su periplo por tierras egipcias, dejando una imagen irregular en su juego y muchas dudas sobre la madurez y el nivel real de algunas de sus teóricas estrellas. Un nuevo fiasco a sumar en la cuenta del nuevo equipo técnico de la RFEF, que empezaba a despertar algunos recelos entre los aficionados (muchas de esas opiniones negativas, también hay que decirlo, parecían mediatizadas por el pasado madridista de los nuevos seleccionadores). Por lo demás, la Copa del Mundo sub’20 de Egipto 2009 perdió en esa misma ronda al equipo anfitrión, que cayó 0-2 ante casi 82.000 personas frente una sorprendente Costa Rica, que se había colado en las eliminatorias como la cuarta mejor tercera. También quedaron fuera de la competición Venezuela, que perdió 1-2 con Emiratos Árabes Unidos, y Nigeria, que fue superada 3-2 por Alemania con un gol en el descuento. Además, Brasil derrotó 3-1 a Uruguay, Corea del Sur no tuvo problemas para vencer 3-0 a Paraguay, Ghana superó en la prórroga a una luchadora Sudáfrica (2-1) y Hungría eliminó a la República Checa desde los once metros, después de que el partido acabara con 2-2.

Los cuartos de final fueron tremendamente igualados. En el primer partido, el único que no llegó a la prórroga, Ghana venció por 3-2 a Corea del Sur con dos goles de Dominic Adiyiah, que ya había marcado el tanto de la victoria en los octavos y empezaba a postularse como estrella del torneo. En los otros tres duelos, Hungría superó 3-2 a Italia tras empatar a uno en los primeros noventa minutos, Brasil ganó a Alemania por 2-1 con un gol en el primer minuto de la prórroga y Costa Rica logró el 2-1 definitivo ante EAU en el descuento del tiempo extra. Las semifinales enfrentarían a dos de los favoritos iniciales, Ghana y Brasil, con las dos grandes sorpresas del torneo, Hungría y Costa Rica. En el primer duelo la selección africana dominó claramente a la europea y, aunque los húngaros no bajaron los brazos y recortaron distancias en los últimos minutos, Ghana terminó venciendo por 3-2. En la otra semifinal, arbitrada por Undiano Mallenco, Brasil tuvo muchos problemas para superar la poblada defensa tica, pero un solitario gol de Alan Kardec en la segunda parte fue suficiente para colocar a la canarinha en la séptima final mundialista sub’20 de su historia.

El viernes 16 de octubre de 2009 pasó a la historia de los mundiales juveniles. Justo después de que Hungría superase a Costa Rica en los penaltis para alzarse con la tercera posición, en el mismo Estadio Internacional de El Cairo (y, como en el partido por el bronce, con Undiano como cuarto árbitro), Ghana derrotó a Brasil también desde los once metros y se convirtió en la primera selección africana que conquistaba un Mundial sub’20. La final no fue muy vistosa: el orden y la fortaleza física de los africanos bastaron para contener las escasas intentonas de Brasil, que no supo aprovechar la expulsión del central Daniel Addo en el minuto 37 y fue incapaz de romper el 0-0 inicial. En la tanda de penaltis los brasileños se colocaron con ventaja de 3-2 tras las tres primeras rondas, pero fallaron sus dos siguientes disparos (marcando el quinto hubieran ganado el Mundial) y Ghana logró forzar la muerte súbita. En el sexto lanzamiento el brasileño Alex Teixeira tampoco pudo superar al meta Agyei y Emmanuel Agyemang-Badu anotó a continuación para entrar en la historia. Después de treinta y dos años y diecisiete ediciones, los Mundiales sub’20 coronaban por fin a un equipo africano, pero los tiempos en los que esa victoria hubiera hecho proclamar a los expertos que el futuro del fútbol estaba en África ya habían quedado atrás.

En cuanto a los premios individuales, la principal figura ofensiva del equipo campeón, el delantero Dominic Adiyiah, se llevó el Balón de Oro al mejor jugador, superando en las votaciones a los brasileños Alex Teixeira y Giuliano. Adiyiah también obtuvo la Bota de Oro al máximo goleador gracias a sus ocho tantos, muy por delante del mediapunta húngaro Vladimir Koman (5 goles) y de Aarón Ñíguez, que empató a cuatro goles y dos asistencias con el venezolano Yonathan Del Valle pero se llevó la Bota de Bronce por haber disputado menos minutos. También anotaron cuatro goles, aunque dieron menos asistencias, el brasileño Alan Kardec, el venezolano Salomón Rondón y el ghanés Ransford Osei. Además, en Egipto 2009 la FIFA y Adidas comenzaron a entregar oficialmente un premio al mejor guardameta del Mundial sub’20: el grupo de estudios técnicos de la FIFA otorgó el primer Guante de Oro al costarricense Esteban Alvarado por sus grandes actuaciones en la fase eliminatoria, que contribuyeron en buena medida al histórico cuarto puesto de su selección.

El gran campeonato realizado por Adiyiah, que entonces pertenecía al Fredrikstad noruego, le valió el fichaje por el AC Milan, pero en Italia no tuvo oportunidades y su carrera jamás despegó: tras pasar por las ligas de Serbia, Turquía, Ucrania y Uzbekistán, hoy juega en Tailandia. Si su remate en el último minuto de la prórroga de los cuartos de final del Mundial 2010 no se hubiera topado con la mano del uruguayo Luis Suárez quizás ahora estaríamos hablando de un nombre mítico para el fútbol africano, pero las cosas fueron como fueron. Como si de una maldición de las Pirámides se tratara, tampoco los demás premiados en Egipto han volado todo lo alto que podía esperarse: tal vez por las fechas o tal vez porque la del 89 no fue una gran cosecha, lo cierto es que ese campeonato celebrado en otoño no nos descubrió a ninguna gran figura mundial.

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Fuentes consultadas:

www.fifa.com

www.rsssf.com

www.bdfutbol.com

www.sefutbol.com

http://recuerdosdenigeria.blogspot.com.es

http://siemprecantera.blogspot.com.es

www.youtube.com

Hemerotecas y archivos digitales de los diarios As, El Mundo Deportivo, El País, Marca.

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