RESUMEN:

Ante el regreso a la actualidad de la hipotética oficialidad de la Copa de la España Libre de 1937 retomamos el tema con nuevos datos y consideraciones.

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El torneo Copa España Libre, Ricardo Cabot y las actas de la FIFA

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El Levante UD, con motivo de su 110 aniversario, reitera su solicitud de equiparar el torneo Copa España Libre con la actual Copa de S.M. El Rey e inscribirse entre los vencedores de la competición nacional más antigua. Y lo hace desde su recientemente creado Departamento de Historia dirigido por Emilio Nadal. Si en 2009 no aportaron ninguna documentación, ahora presentan como argumentos a favor de su causa actas de la FIFA e informes que manejó dicha asociación para emitir un juicio sobre el Caso español a finales de 1937.

Ante esta reincidencia hay que recordar que la Federación Española de Fútbol ya contestó rotundamente con la Circular del 29 de septiembre de 1936, ratificó en la del 21 de julio de 1937 y confirmó ante los medios internacionales mediante el informe que envió a la FIFA en noviembre de 1937 que España no organizó ni permitió que se organizara ninguna competición de ámbito nacional dadas las trágicas circunstancias que azotaban al país. Esta misma Federación Española de Fútbol así lo reconoció en la Asamblea del 16 de julio de 2009. Seguir adelante con la demanda iniciada por el Levante UD y secundada por la Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana significaría que la actual Federación Española de Fútbol, de manera arbitraria e injustificada, revocase su propia decisión y transformase lo que fue un torneo acordado entre cuatro clubs, la Copa España Libre, en una de las competiciones con más arraigo y prestigio de la historia del fútbol, el Campeonato de España. Y además dejaría la puerta abierta para que los vencedores de otros torneos reclamasen un reconocimiento que en su día ya fueron conscientes de que no les correspondía.

El presente artículo tiene como objetivo esclarecer las cuestiones derivadas en torno a la naturaleza del torneo Copa España Libre que han llegado a rebasar el límite de lo meramente deportivo para mancharse de intereses políticos.

Es un grave error pensar que la conclusión a la que llegamos está condicionada por un prejuicio ideológico que siguiendo una perspectiva corta de miras refleja o reproduce el conflicto bélico que nuestro país tuvo la desgracia de vivir en 1936-1939. No se trata de alinearse con los partidarios de un bando o del otro, sino todo lo contrario. Cuanto más nos ciñamos a los referentes objetivos reunidos más justificada e independiente quedará la evaluación expuesta a la hora de explicar qué fue realmente el torneo Copa España Libre.

El punto central de la exposición debe girar sobre las circunstancias que se estaban produciendo en el momento en que se organizó y jugó el torneo ya que la actuación y las declaraciones de sus protagonistas deben estar por encima de las propuestas que se puedan hacer hoy, ochenta años después de los hechos.

Pero vayamos por orden. CIHEFE en su debido momento redactó un informe a solicitud de la Secretaría de la RFEF donde exponía los hechos. El texto se puede resumir en una sola frase: La Federación Española de Fútbol -legal y fiel al Gobierno de la República Española en 1937-, única institución con competencia para organizar competiciones de fútbol oficiales de ámbito nacional no organizó la “Copa España Libre” en 1937.

Un enunciado acreditado por la documentación recogida desde las publicaciones en los periódicos de la época como en el informe remitido por la Federación Española de Fútbol a la FIFA en noviembre de 1937 del que consta su lectura pública en el acta de la Asamblea del organismo internacional del 6 de noviembre de 1937.

La sucesión de hechos se precipitó desde el mismo 18 de julio de 1936, tras el golpe militar del General Franco. España quedó automáticamente dividida en dos bandos que se repartían trágicamente el territorio y la voluntad de los españoles.

A primeros de agosto de 1936 se produjo la incautación de la Federación Española de Fútbol. Con ello la institución se adhería al gobierno de la legítima República Española, deshaciéndose de todo personal que pudiese simpatizar con el alzamiento. Nombrado presidente José María Mengual Febrero, contó como vicepresidentes con Juan José Vallejo, Francisco Hernández Coronado y Cristino Lorenzo Martínez. A su vez respetaron en su cargo de secretario a Ricardo Cabot Montalt, reconociendo su competencia, eficacia y solvencia.

Uno de los primeros objetivos de la nueva directiva de la Federación Española de Fútbol fue la creación del Batallón Deportivo con el fin de publicitar humana y económicamente a la República. Pero la guerra, en contra de lo anunciado, se encarnizó de tal forma que las competiciones regulares no se podían disputar como estaba previsto. En consecuencia, el Comité Directivo de la Federación Española de manera unánime emitió una Circular el 29 de septiembre de 1936 y recogida en prensa el 3 de octubre siguiente que decía:

El Comité Ejecutivo de la Federación Española de Fútbol ha tomado los siguientes acuerdos:1º: Suspender la temporada de juego para toda clase de Competiciones oficiales de esta Federación, mientras no se dicten otras disposiciones que dejen sin efecto las presentes.

2º: Autorizar a las Federaciones Regionales para que procedan de igual manera en cuanto a competiciones oficiales que les son propias, y en cuanto a las Superregionales en que estén interesadas, sin perjuicio de que si la situación especial de cada Región permite estimarla de otro modo subsistan aquellas que puedan jugarse, pero en la inteligencia de que, en este caso, será bajo su exclusiva responsabilidad.

Secretario General: Cabot.

Esta circular dejaba en suspensión lo que la Asamblea del Fútbol Español, presidida por Leopoldo García Durán a finales de en mayo de 1936 había fijado para la temporada 1936/37: el calendario del Campeonato Nacional de Liga, las rondas del Campeonato de España (nombre oficial de la competición conocida como Copa de España) y los tres partidos internacionales de Selección nacional.

Y no llegaron nuevas disposiciones que dejaran sin efecto las especificadas en el punto primero. Al contrario, el propio Ricardo Cabot, como secretario de la FEF, en la redacción de la Circular Nº 1 para la temporada 1937/38, con fecha de 21 de julio de 1937, en la que hacía referencia a la nueva reglamentación de las licencias profesionales dispuso:

1.- Quedan prorrogadas para la nueva temporada las disposiciones contenidas en nuestra circular de 29 de septiembre último sobre suspensión de temporada y en consecuencia, prorrogada también la validez de las licencias de la última temporada a todos los efectos, y suprimidas las listas a que se refiere el art. 215 del Reglamento.

Las conclusiones son absolutamente diáfanas. La FEF, la que se mantuvo fiel a la República tras el golpe de Estado de julio de 1936, suspendió y mantuvo suspendidas todas las competiciones oficiales para el ejercicio 1936/37, y lo hizo de manera pública, siendo los periódicos de la época los encargados en divulgar las circulares para que nadie se prestase a engaño. Por lo tanto, no se disputó ni Liga, ni Copa, ni jugó la Selección nacional ningún partido oficial.

Con estas dos circulares, la presencia de Ricardo Cabot fue decisiva, se blindó el fútbol nacional ante cualquier intromisión política o ajena a los intereses de la FEF, justo en un período durante el cual las presiones llegaban desde todos los bandos. Al suspender toda la actividad futbolística oficial de la FEF evitó que ninguna otra entidad usurpara sus funciones. Impedía así que, en cualquier parte del territorio español, tanto rebelde como leal a la República, aprovechando las circunstancias que sufría el país, se organizara alguna competición que pretendiese equipararse, desplazar o sustituir a las que oficialmente correspondían a la FEF.

Se confirma esta decisión en los archivos del Communications & Public Affairs División de la FIFA, donde encontramos un Informe confidencial para los miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA respecto a la Federación Española de Fútbol redactado y enviado a París por el propio Ricardo Cabot en noviembre de 1937. De este documento extraemos el siguiente fragmento:

CopaEspanaLibre01

Actividad deportiva de la Federación Española. – De acuerdo con los antiguos miembros del Comité Ejecutivo, el secretario general conservó su puesto como elemento técnico y como garantía de continuidad dentro de la orientación deportiva de la organización que fue su obra. A pesar de la sustitución de personas en sus cargos, el sentido deportivo de la Federación no ha cambiado, hoy es el mismo que había en julio de 1936, a excepción hecha de la actividad de las competiciones, muy restringidas debido a los dolorosos momentos que estamos atravesando. La opinión dominante fue que mientras España se encuentre dividida no puede haber competiciones nacionales ni del equipo nacional. Por este motivo, la Federación Española suspendió la temporada oficial de competiciones, tanto la de la temporada anterior como las del año en curso y no envió ningún equipo al extranjero a pesar de estar capacitada para contar con los mejores jugadores para su formación. Solamente se quiso dar una sensación de seriedad intentando mantener los compromisos contraídos hasta ese momento y todo ello insinuando un aplazamiento o renuncia que se consiguieron en todos los casos.

En cuanto a lo demás, la Federación Española creyó haber cumplido su misión y su deber, manteniendo sus relaciones internacionales y limitándose a conservar intacta la institución como un depósito sagrado que deberá ser restituido a España en cuanto esta horrible guerra se acabe.

En el informe Ricardo Cabot declara abiertamente ante la FIFA que en España no se celebró ninguna competición oficial de ámbito nacional ni en la temporada 1936/37 ni en la siguiente.

El Acta de la Asamblea de la FIFA de los días 6 y 7 de noviembre de 1937 recoge que Jules Rimet, presidente, leyó este documento para que los miembros del Comité Ejecutivo tuviesen información directa de la situación de la Federación Española de Fútbol, aunque por esas fechas se debatía una cuestión diferente, y es que se había constituido otra Federación Española de Fútbol en San Sebastián en el verano de 1937.

Así fueron los hechos y así fueron contestados por la reglamentación de la época, con la única ley vigente entonces –que es la misma actualmente–. Y como los reglamentos, las normas y las leyes son el recurso más fiel para llegar a entendimiento entre las partes, a ellos apelamos y a la mínima cordura de respetarlos y hacerlos valer. Al igual que en 1937, hoy ninguna entidad al margen de la RFEF puede organizar una liga o una copa de ámbito nacional con carácter oficial.

Hasta aquí las pruebas y la contundencia de un informe, que lo único que hace es respetar y hacer valer las decisiones que tomaron las autoridades federativas leales a la República en su momento. Dicho informe sometido a votación recibió la aprobación de la Asamblea General de la RFEF con 122 votos a favor y dos abstenciones (la de los dos clubs valencianos por considerarse juez y parte) en la junta celebrada el 16 de julio de 2009. Ese resultado no solo confirmó un respaldo unánime a esta investigación desde el mundo del fútbol, sino que es un reconocimiento más de su seriedad.

Sin embargo, frente a tal resultado rebotaron desde sus entrañas aquellos que exigían la oficialidad –que nadie se engañe, entendiendo como tal la equiparación con la actual Copa de S.M. El Rey– por encima de cualquier análisis histórico y respeto a las instituciones. Se les unieron políticos para aprovechar el tirón populista; también lo hizo la oposición a la directiva federativa por lo de desgastar al adversario e, incluso, el nombre de CIHEFE apareció en publicaciones, artículos de prensa y otros medios con el ánimo de desprestigiar nuestra institución. En general surgieron comentarios más que improcedentes esgrimiendo calificativos que salpicaban a CIHEFE y a las personas que entonces integraban la asociación, especialmente contra Félix Martialay, quien no intervino ni influyó en ningún momento en la confección ni redacción del informe. No se percataban de que esas torpes descalificaciones no hacían más que dirigirse en contra de los mismos emisores que una tras otra ratificaban su falta de rigor en la investigación, su arbitrario partidismo y sus limitaciones de comprensión. Insultaban porque no habían entendido nada del informe, si es que habían llegado a leerlo.

Pero su pública y ruidosa indignación, amplificada por la intromisión política, sigue tropezando con la ausencia de esa prueba irrefutable que les dé la razón, prueba que alardean poseer y hasta ahora nadie ha sido capaz de sacar a la luz.

Una reclamación montada sobre un relato falso

Señalemos como prólogo a sus infundadas reclamaciones que la Federación Española de Fútbol nunca anuló la Copa España Libre, ni ninguna competición celebrada en el territorio regido por la República Española entre 1936 y 1939. Citamos literalmente un fragmento del acta de la Asamblea de 22, 23 y 24 julio de 1939 en la que se constituye el nuevo Comité Ejecutivo y se fijan las bases para el arranque de esta nueva etapa en el fútbol español:

Con respecto a la clasificación y al régimen de jugadores, el Comité acepta la propuesta de secretaría de que se mantenga la establecida en la anterior reglamentación, y que se modifique el régimen, tanto de los profesionales como de los “amateurs”, en forma que los primeros dispongan de lo suficiente para su manutención con la compensación mensual fija que se les asigne y que se les aumente, por el contrario, el importa de premios por partido ganado o empatado, a fin de que les sirva de estímulo, en su propio beneficio, en el de los clubs y en el del fútbol en general, ya que ello determinaría un mayor esfuerzo del jugador y una mejora de clase en el juego. También se acuerda que la situación de los jugadores con respecto de los clubs se retrotraiga a fin de la temporada 1935-36, ya que por causa del Alzamiento quedaron en suspenso los compromisos recíprocos de clubs y jugadores y que se parta de esta base para la inscripción.

Entresacamos este párrafo porque es el único que hace referencia al tema que nos ocupa y lo hace de manera muy tangencial. De este texto se deduce que el objetivo principal es resolver la situación de los jugadores en relación con sus clubs pues durante el periodo 1936-1939 hubo bastante permisividad en el cambio de club y desorden en general. Con la postura retroactiva se anulaban los posibles contratos que se hubiesen firmado en ese período, incluidos los que se hubiesen hecho en el extranjero. Como se puede comprobar, no se hace referencia a la anulación de competición alguna.

Posteriormente, en la Circular número 3, con fecha 12 de agosto de 1939, a la hora de definir las clasificaciones de las fichas los jugadores y fijar su cuantía –marcaba el precio de las licencias en función si eran profesionales o aficionados, o si los clubs eran de Primera o Segunda División o Categoría Regional- se añadía el siguiente aviso:

Advertencia. Se recuerda que se considerará a todos los efectos como categoría de los clubs, aquella en que estaban clasificados para la temporada 1936-37, como consecuencia de los campeonatos de la temporada precedente.

Aclaración deducible del contenido del acta anterior ya que se dejaba bien claro que el fútbol español retomaba como punto de partida para su reconstrucción las condiciones en que se encontraba en la fecha de la última Asamblea anterior al conflicto bélico.

Entender que con ello se anularon expresamente las competiciones disputadas entre 1936-1939 en la zona republicana es un ejercicio superficial que demuestra el desconocimiento de la historia. La nueva Federación Española de Fútbol, en efecto, no tuvo en cuenta –que no es lo mismo que anular- las competiciones regionales que se disputaron en toda España, tanto aquellas de la zona ocupada por el nuevo régimen golpista como las del republicano. Ni tampoco se tuvieron en cuenta los acuerdos que durante ese periodo se pudieron tomar, incluida la famosa promesa del teniente coronel Julián Troncoso, como presidente del Federación Española de Fútbol de San Sebastián que afirmó que el Osasuna jugaría en Primera División en 1939. Y si las competiciones regionales no fueron anuladas, mucho menos lo fueron las supuestas copas ni demás torneos que no tenían ninguna influencia en el cambio de categoría nacional de los clubs ya que no decidían ni ascensos ni descensos. En ese sentido, la Copa España Libre tuvo el mismo valor competitivo que la Copa Brigadas de Navarra, posiblemente el torneo más importante que se disputó en la zona franquista durante la guerra y que, como es obvio, no figura en el palmarés oficial de la Federación Española de Fútbol. Para ser justos, el único club perjudicado, aparte del ya comentado CA Osasuna, por esta decisión fue el CD Júpiter, que no pudo jugar en la Serie A catalana de la temporada 1939-40 pese a que había ascendido en la 1936-37 y haber sido subcampeón en esa categoría en la 1937-38.

Partiendo de esa premisa errónea de que el franquismo anuló todas las competiciones republicanas, quizá comprensible porque hubo periódicos como La Vanguardia que así lo anunciaron al publicar notas sobre la Asamblea de julio de 1939, los malos historiadores refuerzan sus exigencias a base de más errores y medias verdades.

Comenzando por el cambio de nombre de la competición. Hoy la presentan como Copa de la España Libre, introduciendo sigilosamente cambios gramaticales que desfiguran sintáctica y semánticamente el objeto de estudio acercándolo al de Copa de España que es a lo que quieren llegar.

De igual manera retitulan el torneo con el nombre de Copa de la República, sobrenombre que nunca recibió, ignorando que los Campeonatos de España disputados entre 1931 y 1936 fueron las auténticas copas de la República organizadas oficialmente por la FEF, la misma que decidió suspender la competición en otoño de 1936.

Basta con ver el texto grabado sobre el propio trofeo para comprobar exactamente cómo se llama el torneo, sin más: Copa España Libre.

CopaEspanaLibre02La participación en este torneo no devino de ninguna competición previa, como esgrimen quienes manipulan el relato. Sin fundamento alguno afirman que la clasificación final de la Liga del Mediterráneo –otros se remontan a los campeonatos regionales y superregionales de 1936- dio derecho a los cuatro primeros clasificados a disputar el torneo Copa España Libre. Pero el FC Barcelona renunció para marchar a México de gira, por lo que el Levante FC, quinto clasificado, acabó ocupando su puesto.

Gracias a las declaraciones del presidente del Valencia FC, José Rodríguez Tortajada, sabemos que él mismo en persona o en nombre del Valencia FC fue quien invitó directamente a los equipos participantes, insistiendo tanto a Gimnástico FC como a Levante FC sobre los beneficios que comportaría jugar un nuevo torneo. Y solo por una cuestión de supervivencia –había que hacer frente a las nóminas de los jugadores- el torneo se llevó a cabo. No hubo invitación para el FC Barcelona porque el club azulgrana ya tenía cerrada su gira por México mucho antes de que se iniciasen las gestiones para organizar la Copa España Libre. Es más, muy probablemente que el invitado de relleno fuese el Gerona FC al renunciar el Gimnástico FC de Valencia a formar equipo y ceder algunos jugadores al vecino Levante FC.

Y finalmente, en estas últimas semanas los que sostienen este falso relato pretenden llenarse de razón esgrimiendo actas de la FIFA, que al ser de domino público, no caen en la cuenta de que las puede consultar cualquiera. Y quienes a ellas recurren a su contenido deben ajustarse… por lo que, aunque están redactadas en francés, ni la traducción más libre o manipuladora del texto podrá cambiar su significado.

Por eso, no está de más airear exactamente qué sentenció el Comité Ejecutivo de la FIFA en su Asamblea del 6 y 7 de noviembre de 1937 en París respecto al caso español:

CopaEspanaLibre03

Finalmente se toma la siguiente decisión: después de haber atendido a los delegados de la Federación Española cuya sede está en Barcelona y a los delegados de una federación creada en San Sebastián, el Comité Ejecutivo, teniendo en cuenta la situación que no permite que haya una federación única para regir efectivamente el fútbol sobre todo el territorio español, decide a título provisional que las asociaciones afiliadas y sus clubs podrán enfrentarse con los clubs de las dos organizaciones rectoras del fútbol en España así como con equipos de selecciones sin que estos últimos partidos puedan tener el carácter o llevar el título de partidos internacionales.

Es decir, la FIFA permite, a falta de una única federación capaz de organizar el fútbol español, que provisionalmente los equipos de sus federaciones afiliadas puedan jugar contra equipos españoles, incluidas las selecciones, pero en este caso no podrán tener el reconocimiento de partidos internacionales. Como así fue con los dos partidos que jugó la Federación de San Sebastián contra Portugal en la temporada 1937/38, que no contabilizan oficialmente como encuentros internacionales. En ningún momento la FIFA entra a valorar la organización de competiciones oficiales de ámbito nacional en las dos federaciones y, ni mucho menos, su reconocimiento, porque es asunto interno del fútbol español, ya decidido en las circulares de septiembre de 1936, de julio de 1937 y el informe de Ricardo Cabot en noviembre de 1937.

Aun aceptando a regañadientes que su relato queda desmontado por las pruebas y documentos históricos, eso no impide que continúen intentando el reconocimiento a base de rizar el rizo.

Polarizaron los ataques contra CIHEFE y su informe en todos los sentidos que su imaginación les permitió.

Su ignorancia los llevó a calificar los criterios seguidos por CIHEFE como subjetivos y arbitrarios. La piedra angular del informe de CIHEFE era:

Para que una competición sea oficial y de carácter nacional ha de estar organizada directamente por la federación nacional correspondiente reconocida formalmente por la FIFA.

Esta condición está recogida por la legislación española en la Ley 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte, Capítulo III – Federaciones deportivas españolas-, en su Artículo 33:

Las Federaciones deportivas españolas, bajo la coordinación y tutela del Consejo Superior de Deportes, ejercerán las siguientes funciones: apartado a) Calificar y organizar, en su caso, las actividades y competiciones oficiales de ámbito estatal.

Y en el Diario de sesiones del Congreso de los Diputados, Núm. 922 de 2007, página 11 cuando se trató la Proposición no de Ley 161/000588 se hizo este recordatorio:

A su vez, también el artículo 8 de la misma ley [Ley 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte], en las competencias del Consejo Superior de Deportes, no aparece en ningún momento que este órgano tenga reconocida la competencia para otorgar ni reconocer copas ni títulos.

Corresponde, pues, en exclusiva a la Real Federación Española de Fútbol la calificación y organización de las competiciones oficiales de ámbito estatal en lo referente al fútbol y en todas sus modalidades.

Más ridículo se hace al referirse al contenido de la Circular del 29 de septiembre de 1936, en la Historia del Llevant UD, donde se afirma sin pudor alguno que una lectura demasiado simplista de la misma [la Circular] nos llevaría a conclusiones como la que hace que se desprecie la oficialidad de las competiciones celebradas en la zona republicana durante la guerra. La suspensión no fue sino una delegación de competencias a favor de las federaciones territoriales, una medida de previsión ante el incierto futuro que se atisbaba incluso entre los máximos defensores de la República.

Esta afirmación no deja de ser una rueda de molino incomulgable, ni para el más acérrimo defensor de la hipótesis oficialista. Ricardo Cabot emitió esta Circular para cerrar a cualquier otra entidad, regional o estatal –principalmente del bando franquista, se entiende- la opción de hacerse con las riendas del fútbol español y por eso insistió en que las federaciones territoriales, en la medida de lo posible y si así lo consideraban, mantuviesen sus actividades según sus propias competencias. En ningún momento se puede afirmar que esta Circular aliente a la Federación Valenciana a asociarse con la Catalana para ocupar las competencias de la Federación Española y organizar un torneo oficial de ámbito estatal. La Circular es clara y concisa. No se trata de un Evangelio que necesita de doctores de la Iglesia para que los interpreten.

También se recurre a las analogías con otras situaciones históricas. Es recurso frecuente comparar la I Copa del Generalísimo de 1939 con la Copa España Libre de 1937 señalándose las coincidencias históricas, eso sí, en sentido inverso. En el presente artículo no se entra a valorar ni la documentación ni las condiciones en que se jugó la I Copa del Generalísimo porque no es su objeto. Sin embargo, la presencia de la Federación Española de Fútbol como entidad plena de Derecho en la organización y reglamentación del torneo de 1939 está totalmente documentada lo que le confiere carácter oficial. Claro está que incapaces de alcanzar cualquier razonamiento enturbian esas sustanciales diferencias con tendenciosas connotaciones políticas reviviendo el enfrentamiento bélico entre fascistas y frentepopulistas más que republicanos.

Otra analogía parte del reconocimiento por parte de la RFEF a posteriori de los Campeonatos de España de 1903 a 1909, organizados antes de su propia fundación. Esta comparación no es válida por razones muy contundentes: en las bases del Campeonato de España se especificaba que el club ganador sería el organizador de la próxima edición, en el caso de que no se hubiese constituido una Federación nacional, que entonces sería la encargada del certamen. A partir de 1910 la Federación Española de Clubs de Fútbol fue la continuadora de la competición y, posteriormente, a partir de 1914 la Real Federación Española de Fútbol. Se trata pues de la misma competición, la de 1903 continuada hasta la actualidad bajo la denominación Campeonato de España – Copa de S.M. El Rey. En 1937 no se dio el caso, pues existía la Federación Española de Fútbol que en virtud de sus atribuciones decidió no organizar la competición.

Analogías seleccionadas por sus intereses, ya que no insisten en explicar que la Presidencia de la República ya había concedido un trofeo a la Liga Amateur de Madrid –en 1936 disputaron la final los clubs Trabanco y Cuesta- con el nombre Copa del Presidente de la República, cuya edición de 1937 fue suspendida por la guerra. Interesa por su parte hacer pensar que la donación del trofeo fue un hecho extraordinario y no una concesión que ya se había dado en anteriores ocasiones.

Recientemente se ha comentado la cooficialidad de competiciones habiendo duplicidad de federaciones. Se ha tomado como ejemplo el periodo histórico en que Alemania estuvo dividida en Alemania Occidental y Alemania Oriental, siendo los campeones de los respectivos estados reconocidos oficialmente. No es el caso de España en la temporada 1936/37 porque, si bien el territorio estaba dividido y era campo de batalla de dos bandos, a efectos federativos durante la temporada 1936/37, temporada en que se jugó la Copa España Libre, solo hubo una única Federación Española de Fútbol, con sede en Barcelona, que actuaba con plenas competencias. La otra, la de San Sebastián, todavía no se había constituido.

Y finalmente, se apela al heroico esfuerzo que hicieron clubs y jugadores para completar ese torneo bajo unas circunstancias tan adversas. Y en efecto, no se puede escatimar elogios para esos directivos y deportistas protagonistas de esa gesta. Aquella final fue una batalla que el espíritu del deporte ganó a la guerra. En cambio, sí es deleznable que hoy haya gente que quiera hacer una reinterpretación política de la historia, tratando de imponer una versión para hoy de lo que nunca había sido ayer.

Confirmado de manera incuestionable que la FEF de 1937 no organizó la Copa España Libre, ni existe base legal para reclamar su homologación con la Copa del Rey, la singularidad de este torneo, su popularidad y su importancia deportiva bien merecen un estudio en el que, a falta de nuevos documentos, nos tengamos que mover entre indicios y evaluaciones de las circunstancias que rodearon los hechos para poderlos entender mejor. En este terreno sí que podemos encontrar interpretaciones diversas que nos lleven a tomar algunas conclusiones, menos consensuadas, pero igual de aceptables. Una lógica del relato que nos permita saber en qué vitrina debe figurar ese valioso trofeo que, como ya hemos demostrado, no tiene sitio en el Campeonato de España/Copa de España.

Porque en ese sentido y retomando la historia, el verdadero artífice, diseñador y creador de la Copa España Libre fue el entonces presidente del Valencia FC, vicepresidente de la Federación Valenciana de Fútbol y teniente de alcalde del Ayuntamiento de Valencia, José Rodríguez Tortajada. De él ya partió la exitosa idea de organizar la Liga del Mediterráneo y de él surgió esta segunda competición tras finalizar la primera.

A falta de documentos oficiales, haremos una exposición de los hechos a través de las páginas de El Mundo Deportivo de Barcelona, porque fue la publicación que con mayor asiduidad y extensión trató la gestación, desarrollo y materialización del torneo. En el resto de los periódicos, tanto locales como nacionales, las reseñas son esporádicas y suelen centrarse en la crónica deportiva ya que no eran tiempos como para cuestionar la política de la zona en la que uno residía.

De la Copa Mare Nostrum a la Copa España Libre.

El relato comienza a mediados de abril de 1937. Aún faltaban dos jornadas para finalizar la Liga del Mediterráneo cuando el viernes 23 de abril de 1937 la directiva del Barcelona confirmó haber llegado a un acuerdo, los contactos habían empezado a finales de marzo, con empresarios mejicanos para hacer una gira por ese país que supondría fuertes ventajas económicas para el club. El contrato abarcaba 15.000 dólares por seis partidos amistosos y todos los gastos a cuenta de los organizadores.

MUNDO DEPORTIVO 23/04/1937

MUNDO DEPORTIVO 23/04/1937

El Barcelona fue previsor y encontró la mejor solución para afrontar el final de temporada. Sin embargo, acabado el torneo liguero, para el resto de los equipos profesionales quedó un panorama nada halagüeño porque debían cubrir las nóminas contraídas con sus jugadores, algo complicado pues no había más ingresos que los de las cuotas de los socios que disminuían por días.

Para tratar de sobrevivir económicamente, los clubs trataron de cubrir las fechas según sus posibilidades. El Español que se anunciaba como vigente campeón regional comenzó a desplazarse por provincias concertando partidos amistosos –Granollers (13 de mayo, alineando un equipo mixto profesional/amateur¸ perdió 1-6), Lérida (16 de mayo, ganó 7-2), Reus (23 de mayo, contra la selección local a la que venció 3-1). Granollers y Gerona jugaron contra el Barcelona amateur encuentros de escaso interés.

A orillas del Turia, aunque el presidente valencianista ya estaba en plenas negociaciones para organizar una segunda competición, los equipos iniciaron la serie de partidos que irremediablemente traería el tedio y el desinterés del público: Gimnástico-Levante (4-3) y Valencia-Selección Valenciana Amateur (3-1), el 9 de mayo; Levante-Gimnástico (4-0, homenaje a Antonio Cotanda) y Valencia amateur-Olímpic de Catarroja (2-3) el 16 de mayo; y anunciados quedaron un Valencia FC-AD Alcira (23 de mayo) y un Valencia FC-SC Buñol (30 de mayo) ya como partidos de preparación de los valencianistas para la Copa España Libre.

Reflejo de la crisis económica y deportiva que provocaba la ausencia del Barcelona en el fútbol catalán se publicó la presente noticia:

MUNDO DEPORTIVO 21/05/1937

MUNDO DEPORTIVO 21/05/1937

Terminado el torneo de Liga Levante-Cataluña y fuera de España el Barcelona en su viaje a Méjico, los clubs Español, Granollers y Gerona que no participan en las competiciones comarcales permanecen inactivos, viéndose en cambio obligados a cubrir la nómina de jugadores profesionales hasta fin de temporada.Al objeto de hallar una solución para que estos clubs reanuden sus actividades, se han celebrado estos días algunas entrevistas en la Federación [Catalana] entre los elementos responsables de los mismos para buscar una fórmula.

Según nuestras referencias, existe una oferta de jira por Europa en la que podrían tomar parte jugadores de estos tres equipos y también hay el proyecto de organizar una competición en Barcelona.

Es probable que en la próxima semana quede resuelto lo que sea más conveniente en interés de estos tres clubs, ya que el presidente de la Federación [Catalana], señor Eroles, interviene directamente en esta cuestión.

Para evitar confusión hemos apuntado entre corchetes que se trataba de la Federación Catalana de Fútbol.

Parece que con resignación todo quedaba en manos de Ramón Eroles, presidente de la Federación Catalana de Fútbol, quien ya habían dado muestras evidentes de que el fútbol profesional no interesaba por ser producto de la decadente burguesía capitalista y de que su principal objetivo era organizar un campeonato catalán amateur e independiente del resto de España, de ahí que los problemas de Español, Gerona y Granollers no ocupasen el centro de sus miradas. Sí llama la atención que se presentase de forma muy incipiente la idea de organizar una selección catalana para jugar por Europa a semejanza de la de Euskadi.

Posiblemente en Cataluña no se había hecho caso a las declaraciones del presidente del Valencia FC, que ya al finalizar el partido contra el CD Español, en la jornada final de la Liga del Mediterráneo, anunció que habría importantes novedades.

Y así se recogió en La Correspondencia de Valencia, en su número de 13 de mayo de 1937 se anuncia:CopaEspanaLibre06

Consecuencia de las gestiones realizadas en Barcelona por el presidente del Valencia, se ha ultimado la organización de otro interesantísimo torneo, titulado “Copa Mare Nostrum”.Comenzará a jugarse el domingo 23 del corriente, y en él participarán los equipos catalanes Español, Gerona y el Barcelona (si no realizara la excursión), aparte los de casa, Valencia, Levante y Gimnástico.

La noticia refleja la incertidumbre del torneo y la terrible realidad que se vivía en Barcelona después de esos primeros días de mayo de 1937. La trágica semana barcelonesa –los enfrentamientos por las calles de la ciudad entre anarquistas revolucionarios y Fuerzas de Asalto, Guardia Republicana y Mozos de Escuadra, que se saldaron con unos mil muertos según el historiador Hugh Thomas, quedaron recogidos en el Homenaje a Cataluña de George Orwell– convulsionó a la sociedad alcanzado prácticamente todos los estamentos. El Barcelona a punto estuvo de ver anulado su viaje por intromisión de la Central Sindical de la UGT y de la misma Federación Catalana de Fútbol –flotaba la idea de organizar una selección regional para enviar al extranjero a semejanza del Euskadi-. De ahí que aparezca en el texto ese paréntesis dubitativo sobre la participación del club azulgrana en el torneo. Finalmente, el FC Barcelona, gracias a la gestión de Rosendo Calvet y de Ricardo Cabot, quien arregló los documentos requeridos por la FIFA, partió hacia Méjico, vía París, desde la estación de Francia el 18 de mayo.

Acontecimientos políticos al margen, bajo el nombre de Copa Mare Nostrum, esta nueva competición no dejaba de ser una especie de Liga del Mediterráneo segunda parte, aunque con menos equipos. Tampoco se contaba ni con el Granollers ni con el Athletic de Castellón, el comparsa de la Liga del Mediterráneo.

MUNDO DEPORTIVO 24.05.1937

MUNDO DEPORTIVO 24.05.1937

Valencia. – Parece probable que el próximo domingo empiece a jugarse la competición Copa de España, con un trofeo donado por el Presidente de la República.El proyecto era jugarlo entre los dos clubs mejor clasificados en el Campeonato regional de Valencia y los dos mejores clasificados de Cataluña. El viaje del Barcelona a Méjico imposibilita la realización de la fórmula tal cual fue concebida, pero el Barcelona sería sustituido por el Gerona.

Por parte del Hércules, que fue subcampeón valenciano, resulta que también se encuentra en situación que no le permite tomar parte en la nueva competición. Si, como parece, se liman algunas dificultades, sería sustituido por el Levante.

Así, en este caso, Español de Barcelona, Gerona, Valencia y Levante de Valencia, jugarían todos contra todos, estableciéndose una clasificación por puntos y los dos primeros clasificados jugarían luego la final de Copa, en que estaría disputado el Trofeo del Presidente de la República.

La redacción de esta noticia, al nombrar al Hércules CF, recupera el enfoque con que se dieron a conocer los primeros contactos entre clubs valencianos y catalanes a primeros de diciembre de 1936, que acabarían conformando la Liga del Mediterráneo. Entonces se planteó dar continuidad a los campeonatos regionales de octubre y noviembre de ese año dando paso a un torneo final en el que hubiesen jugado los cuatro primeros de cada serie, esto es: Español, Barcelona, Gerona y Granollers por parte catalana y Valencia, Hércules, Levante y Gimnástico por la valenciana –ya no se contaba con el Murcia, tercer clasificado del superregional levantino–.

Se trataba de reproducir el mismo orden de competiciones de las temporadas anteriores, cuando los campeonatos regionales funcionaban como fase previa del Campeonato de España y sus respectivos campeones entraban en la fase final, ya por eliminatorias directas. Y siguiendo en ese hilo, es fácil entender que el nombre de Copa de EspañaTrofeo Presidente de la República fuese el que se pusiera sobre la mesa porque así se llamaba la competición que sucedía a los campeonatos regionales.

Finalmente, tras superar todos los obstáculos que fue poniendo la Federación Catalana se acabó disputando la Liga del Mediterráneo que cubriría de una forma más extensa el calendario oficial de la temporada.

MUNDO DEPORTIVO 26.05.1937

MUNDO DEPORTIVO 26.05.1937

Dimos en nuestra edición del lunes una información relacionada con el proyecto de “Copa de España” que ha surgido en Valencia en la que participarán los cuatro clubs, Español, Valencia, Gerona y Levante, disputándose por puntuación y estableciendo una final para la adjudicación definitiva del trofeo.El proyecto, que en principio pudo haber tenido una mayor amplitud, parece que no permite un mayor número de participantes por falta de fechas. El Granollers que, como el Español y el Gerona permanece sin jugar, quedará de hecho condenado a la inactividad y este punto es el que pone algún inconveniente por el momento a la marcha del proyecto.

Anoche hubo reunión en la Federación de Fútbol a la que asistieron los representantes del Español y el Gerona, así como don Ricardo Cabot, que al parecer, durante una breve estancia en Valencia, recibió el encargo de exponer en Barcelona a los clubs catalanes, el propósito de los levantinos.

El presidente de la Federación Catalana señor Eroles, defendió los intereses del Granollers, que puede resultar perjudicado y, al parecer, ha surgido la idea de ofrecer a este club una compensación económica.

Así está, por el momento, lo del proyecto del torneo, que bien puede empiece el domingo, si se llega a una inteligencia con el club vallesano.

De la redacción de esta noticia parten algunos oficialistas para justificar una prueba supuestamente irrefutable. El redactor llama Copa de España –la competición que se juega después de la Liga–, al proyecto surgido en Valencia y resaltan la intervención de Ricardo Cabot que, al parecer, durante una breve estancia en Valencia, recibió el encargo de exponer en Barcelona a los clubs catalanes, el propósito de los levantinos. Un al parecer que en ningún momento asevera con rotundidad nada de nada.

En consonancia con la lógica del relato se puede deducir que Rodríguez Tortajada, aprovechando una visita de Ricardo Cabot a Valencia -muy probablemente a primeros de mayo, cuando en las calles de Barcelona se estaban matando entre sí anarquistas y fuerzas republicanas-, le comentó la idea de una nueva competición –la Copa Mare Nostrum– y le pidió que le hiciese el favor de darla a conocer a los directivos del Español y del Gerona. En la noticia se recurre al nombre de Copa de España retomando el contenido de la aparecida el 24 de mayo, puesto que no es descartable que en la presentación de la oferta a través de Ricardo Cabot se hiciese alusión al supuesto torneo final que se podría haber derivado directamente de los campeonatos regionales. Esto, además de la falta de fechas hábiles en la temporada oficial, justificaría la exclusión del Granollers y la reclamación por parte de Ramón Eroles, el presidente de la Catalana, quien tras una aparente reivindicación justiciera del club más débil, no hacía más que entorpecer el entendimiento entre los equipos valencianos y catalanes.

MUNDO DEPORTIVO 27.05.1937

MUNDO DEPORTIVO 27.05.1937

Siguen por buen camino los trabajos iniciados para la organización de la “Copa de España” en la que deben tomar parte los clubs Valencia, Levante, Español y Gerona el comienzo del cual tendría lugar el 6 de junio.Quedando el Granollers inactivo y no siendo posible prolongar el torneo con la participación de los demás clubs que concurrieron a la última Liga Levante-Cataluña, ha sido ofrecida al Granollers una compensación.

Aunque sobre las condiciones de la misma se guarda alguna reserva, nos consta que se trata de jugar un torneo en una sola jornada a base de los equipos Español, el Gerona y el Granollers para disputarse una copa en partidos de una hora de duración.

El torneo de referencia tendría lugar el domingo próximo en Las Corts, y hoy debe quedar resuelto este asunto en definitiva.

Tras negociaciones entre todos los clubs interesados –no se apunta intervención alguna de ninguna federación regional– finalmente el Granollers aceptó quedar excluido después de recibir una compensación económica. Se organizó un torneo triangular con dos partidos consecutivos, semifinal y final, de una hora de duración. Fue entonces cuando Ramón Eroles colaboró aportando un trofeo al equipo vencedor. Disputado el 30 de mayo en Sarriá, el Gerona derrotó al Granollers por 2-0 y empató con el Español 2-2 en la final. Pero no hubo entrega del trofeo federativo porque los dos finalistas también habían quedado empatados en el número de córneres, dato al que las bases del torneo recurrirían para decidir el vencedor en caso de empate.

MUNDO DEPORTIVO 28.05.1937

MUNDO DEPORTIVO 28.05.1937

Valencia.- Ante los insistentes rumores que vienen circulando día tras día en los medios deportivos acerca de la organización de un nuevo torneo, hemos creído oportuno ponernos al habla con el activo presidente del Valencia FC, camarada Rodríguez Tortajada, por suponer era quien más y mejores informes podía facilitarnos sobre el particular.Infaliblemente, a determinada hora, le pillamos en las oficinas del club en el preciso momento que estaba redactando Luisito Colina un despacho dirigido al secretario de la Federación Española de Clubs de Fútbol, en Barcelona, senyor [sic] Cabot.

En cuanto nos pudo atender, le abordamos:

– ¿Es cierto, amigo Presidente, lo que se viene rumoreando por ahí de [sic] que vais a organizar un nuevo campeonato?

– Efectivamente; ese es nuestro propósito. Se están haciendo gestiones para ello como habrás podido observar, pues apenas terminada la Liga se me ocurrió proponer a los clubs valencianos y catalanes la confección de un nuevo torneo, que pensábamos denominarle “Copa Mare Nostrum”, cuyo fin era no quedarnos de brazos caídos en plena temporada, suponiendo que mi iniciativa había de ser bien acogida por parte de todos”

– ¿Es que no lo ha sido acaso?

-Hombre, te diré. En lo que respecta a nuestro club pusimos todo nuestro esfuerzo para que la idea germinara y tanto los clubs catalanes como el Gimnástico y el Levante dieron su conformidad. Pero resulta que estos últimos no están dispuestos a participar en la competición que se proyecta bajo las mismas condiciones que jugaron la Liga.

– ¿A la cuestión económica te refieres?

– Sí; a eso precisamente. Las mil pesetas que nos comprometimos a abonar por desplazamiento a Valencia a cada equipo catalán ha resultado una contribución demasiado pesada para el Gimnástico y el Levante que, por lo visto, no les debe haber compensado de las magníficas entradas que han tenido, y ahora se muestran algo reacios a tomar parte en esta competición. El Levante ya nos ha comunicado abiertamente su negativa. Y el Gimnástico todavía no ha contestado a nuestro requerimiento, pero su respuesta me figuro que ha de ser en igual sentido que la de los levantinistas. Además, tengo entendido que sus cuadros de jugadores se encuentran bastante desarticulados debido a la ausencia forzosa de varios de sus elementos y temen adquirir compromisos agobiantes.

– ¿Entonces?…

-Yo no sé bajo qué punto de vista mirarán los clubs catalanes estas cosas y la determinación que adoptarán. Pero tengo la confianza de que a pesar de todo se celebrará un pequeño campeonato que será muy interesante, y que dará, además, a los clubs que lo jueguen un buen puñado de pesetas a ganar para cubrir los gastos ineludibles que se nos han de originar hasta fin de temporada. Es una verdadera lástima que, contando hoy, tanto en Valencia como en Barcelona, con un núcleo de aficionados tan enorme, dejemos perder la ocasión tan propicia cerrando prematuramente las [sic] Cabot, al que como habrás visto acabamos de enviarle un telegrama pidiéndole noticias, está verdaderamente interesado en que la competición se celebre y, a tal efecto, piensa darle un carácter oficial que muy bien pudiera venir a sustituir a la famosa y tradicional Copa de España.

-La ausencia del Barcelona en estas luchas ¿no crees que ha de restar importancia?

-Desde luego. Qué duda cabe. El Barcelona es el alma del deporte en Cataluña y su colaboración en todo concurso de envergadura es imprescindible. Sin embargo, el público catalán tiene también otros valiosos representantes en quienes depositar sus aplausos y sus esperanzas.

-En fin; tu optimismo me hace concebir que nos vais a proporcionar “faena” por unos cuantos domingos más.

– Puedes estar seguro. Las circunstancias exigen desplegar la mayor actividad. El Deporte no puede paralizarse cuando se está luchando en las trincheras porque el deporte es para la guerra el más imprescindible aliado.

-Y vosotros ¿qué tal os habéis desenvuelto en la Revolución?

-Bastante bien; no podemos quejarnos. Somos campeones regionales con todos los honores. En la Liga pudimos haber superado nuestra clasificación si nuestro equipo se hubiera encontrado desde un principio en la forma excelente que acusó en los últimos partidos. Nos faltaban interiores. El Español no fue campeón por nosotros.

Y en el orden financiero hemos logrado reducir el presupuesto de gastos en un 70 por ciento. Claro está, que para ello ha sido necesario que todos tuviéramos que imponernos sacrificios, desde el jugador más destacado al empleado más modesto.

– Bueno, compañero Rodríguez, ya sabemos lo que se cuece en el horno. A ver cuando me vas a comunicar la satisfactoria resolución del problema. Ya sé que por falta de medios y entusiasmo tuyos no van a resultar tortas los panes.

Y aun reconociendo las grandes dificultades que a los organizadores se les han de presentar –cual ocurrió con la Liga- para llevar a feliz término estos proyectos, cerramos nuestra conversación influenciados por el optimismo del camarada Rodríguez Tortajada, felicitándole últimamente por su brillante actuación en la Presidencia del Valencia Fútbol Club. – Aparicio.

Citamos entera esta entrevista porque su contenido desvela detalles imprescindibles para hacernos una idea de cómo se habían ido desarrollando los acontecimientos. Teniendo en cuenta de cómo se manejaba la información, contrastada con la publicada en el mismo periódico en fechas anteriores se entiende que la conversación tuvo lugar cinco/diez días antes de su divulgación.

De ella se deduce:

–          El nombre original que se le iba a dar a la competición fue Copa Mare Nostrum y se organizaba con un único objetivo: económico. El término Copa de España fue introducido durante las conversaciones, por las circunstancias que ya hemos explicado, y recogido y mantenido en El Mundo Deportivo, sin que ello significase forzosamente, ni mucho menos, ningún tipo de reconocimiento por parte de ninguna autoridad deportiva.

–          La propuesta, esa especie de repetición de la Liga del Mediterráneo, no entusiasmó a nadie y mucho menos a los valencianos Gimnástico y Levante. Las condiciones económicas no eran ventajosas y además tenían sus plantillas prácticamente desmontadas. La primera respuesta que obtuvo Rodríguez Tortajada fue negativa por parte de ambos clubs.

–          También se deduce que el torneo estaba dirigido a los tres equipos valencianos y a un cuarto de Cataluña que debía ser el Español. Finalmente, el Gimnástico no compitió y cedió cinco jugadores al Levante. A su vez, el Gerona fue el segundo equipo catalán invitado descartándose la participación del Granollers, al que hubo que compensar económicamente.

–          Con esta situación Rodríguez Tortajada, incansable e irreductible, reclamó la intervención de Ricardo Cabot y, a ser posible, de un respaldo oficial para llevar a cabo la competición. Y la intervención del secretario de la FEF tuvo una incidencia importante, quizá decisiva, para que al final todas las partes llegasen a un acuerdo.

MUNDO DEPORTIVO 31.05.1937

MUNDO DEPORTIVO 31.05.1937

Ya tenemos una Copa de importancia para clausurar con ella la temporada oficial de fútbol. Se ha venido hablando de una Copa de España y con la imposibilidad de organizar una competición que pueda llamarse así por el número y calidad de los clubs participantes, surge la “Copa España Libre” por puntos, pero con el anuncio de un partido final a disputar entre los dos clubs situados en primero y segundo lugar de la clasificación, después del último match de la segunda vuelta.Pudo haber sido más amplio el torneo, pero la falta de fechas ha hecho que tampoco parte en él dos clubs valencianos (y la iniciativa ha partido de Valencia) y dos catalanes.

Quedaban en Cataluña tres clubs inactivos: el Español, el Gerona y el Granollers; y los valencianos, teniendo en cuenta la clasificación de éstos en la Liga Levante-Cataluña creyeron que por derecho Español y Gerona debían ser los concurrentes a la competición. Sin embargo, los clubs catalanes, por compañerismo con el Granollers le dedicaron la jornada deportiva de ayer en Casa Rabia.

Resuelto económicamente este problema deportivo los propios representantes del Español y el Gerona nos dieron a conocer el calendario y el título de la competición que empieza el domingo, calendario que llegó a Barcelona ayer y que en el propio campo de Casa Rabia nos facilitaron con detalle.

Así pues, empezará el domingo día 6 la “Copa España Libre” Trofeo Presidente de la República.

He aquí el orden de fechas y partidos.

Primera Vuelta: Día 5 de junio: Español-Valencia; Levante-Gerona. Día 13 de junio: Valencia-Levante; Español-Gerona. Día 20 de junio: Levante-Español; Gerona-Valencia. Segunda vuelta: Día 27 de junio: Valencia-Español; Gerona-Levante. Día 4 de julio: Levante-Valencia; Gerona-Español. Día 18 de julio [posteriormente se adelantó al 11]: Español-Levante; Valencia-Gerona. Partido final: Día 25 de julio [posteriormente se adelantó al 18] entre los dos clubs mejor clasificados.

Esto es en resumen lo que habrá de ser el torneo de categoría con que los clubs de primera fila cierran la anómala temporada actual.

Y, en efecto, al final, hubo ese acuerdo deseado y satisfactorio para todas las partes.

El torneo se circunscribiría al Valencia y a los otros tres equipos invitados. Se entiende que los equipos catalanes percibirían la misma cantidad económica en compensación por sus desplazamientos a Valencia, así como se permitiría al Levante FC reforzarse con valores del Gimnástico FC para completar un equipo que pudiese competir. Se cubrirían seis fechas del calendario oficial de la temporada 1936/37, prolongándose en teoría hasta el 25 de julio (luego se recortó hasta el 18 de julio) gracias a la fórmula mixta de liguilla más una final entre los dos primeros.

Ya no se iba a jugar la Copa de España, sino que se trataba de la Copa España Libre. Una puntualización tan importante que obligaba al redactor a dar una explicación: imposibilidad de organizar una competición que pueda llamarse así. Y aunque sugiere que el motivo sea por el número y calidad de los clubs participantes solo pretende dar a entender que no son equiparables en rango la Copa de España y la Copa España Libre.

El nombre de Copa Mare Nostrum al esbozar el torneo Rodríguez Tortajada no se hacía atractivo para los demás clubs. Pero tampoco era correcto renombrarla Copa de España, ya que no respondía a ninguna de sus condiciones mínimas. Finalmente, la elección del nombre definitivo de Copa España Libre fue consensuada por todas las partes, clubs y directivos federativos, y sirvió para aunar intereses. Por un lado, en efecto, el torneo se desvinculaba de una identificación oficial con el Campeonato de España, pero satisfacía a todos pues reflejaba sustancialmente la trascendencia histórica de la competición. ¿Quién fue el responsable de elegir el nombre de Copa España Libre? Si no fue Ricardo Cabot, al menos dio su beneplácito.

A lo largo de la competición El Mundo Deportivo se refería al torneo como La Copa, a secas. En cambio, en La Vanguardia, que dedicó más espacio al Tour de Francia que al fútbol, a la hora de citar horarios, clasificaciones o breves crónicas titulaba Copa España Libre en la mayoría de los casos, siendo Trofeo Presidente de la República en los menos. También la prensa valenciana hacía referencia mayoritariamente a la Copa España Libre o incluso simplemente Copa Libre.

CopaEspanaLibre12Y así hasta la final, cuando El Mundo Deportivo en la crónica avant-match de ese último partido incluye el siguiente fragmento:

Valencia-Levante, así a secas, en Sarriá, tendría en estos momentos un valor limitado. Incluso después de una competición extraña en su fórmula que ha dado ya un vencedor amplio en el Levante dominador de la puntuación y por dos veces vencedor del que hoy es su rival, tampoco el interés del match puede sentirse acrecentado.Pero el encuentro de esta tarde tiene otra significación más importante. Se trata de la FINAL DE LA COPA 1937.

Y su significación estriba en que en la España leal no se ha interrumpido las competiciones futbolísticas. Después de los superregionales, hubo la Liga. Ahora, también final de Copa, que, como en años precedentes del glorioso historial del Trofeo es donada por el Jefe del Estado.

[…]

Acaso al correr de los años en la línea correspondiente al 1937 figure la palabra NO JUGADA en lugar de consignarse al vencedor. Sería injusto. Lo sería, aunque la Copa haya tenido esta fórmula extraña y poco deportiva. Lo sería en tanto más porque los jugadores que, aunque muchos no lo crean, son deportistas y son disciplinados, han sabido hacer honor al Torneo y lo han jugado con todo su empeño e interés.

Si hay regiones dominadas y flageladas por el yugo fascista que no han podido convivir en la competición deportiva de la España leal, si hay equipo, como el Barcelona, que ha debido partir para una misión deportivo-patriótica y no está tampoco en ella, no por esto el mérito de los dos fuertes equipos valencianos que llegan a la final es menor.

Y estos que nos rendirán la mejor de sus muchas partidas, saldrán a por la Copa gloriosa por ser del Presidente Azaña y porque, quede o no quede en el “palmarés”, habrá de ser histórica.

Un texto bastante emotivo que insistía, siguiendo la línea editorial del periódico, en relacionar el trofeo Copa España Libre con el Campeonato de España. Quizá, como no jugaba ningún equipo local, lo hizo para atraer al público –al final hubo una floja entrada–, quizá, por el momento crucial que vivía el país, lo redactó con intención política –exaltación republicana por coincidir con el 18 de julio, aniversario de la respuesta popular al entonces fallido golpe de estado–… lo que sí acertó fue en su predicción: al final, no figuraría en el palmarés del Campeonato de España donde en 1937 se pondría no jugada. ¿Se trataba de un adivino, un vidente… o sabía que el torneo no era parte del Campeonato de España?

Conclusiones abiertas

Tras el relato de los hechos según fueron tratados en la prensa escrita, el rango, descartada su equiparación con la Copa de España, correspondiente a la Copa España Libre queda todavía sin definir de una manera categórica: un torneo amistoso organizado por el Valencia FC/Federación Valenciana o un torneo superregional.

Los personajes que protagonizaron la concepción y materialización de la competición son fundamentales: José Rodríguez Tortajada y Ricardo Cabot.

En el anterior capítulo se ha expuesto un seguimiento de las gestiones que hizo José Rodríguez Tortajada para organizar el torneo a través de la prensa de la época que va desde su idea inicial, un torneo para cubrir fechas y gastos hasta final de temporada que en un principio se llamó Copa Mare Nostrum, hasta la materialización de esa idea en el torneo Copa España Libre. Se resalta que en unas declaraciones el presidente valencianista se quejaba del desinterés mostrado por los equipos valencianos, y señalaba las dificultades que estaba encontrando para organizar el torneo, que esperaba solventar con la ayuda de Ricardo Cabot.

Por eso, detrás de ese cambio de nombre del torneo todo el mundo coincide en señalar la intervención de don Ricardo Cabot, como secretario de la Federación Española de Fútbol. No tenemos actas de las reuniones ni de las conversaciones que se produjeron durante el mes de mayo de 1937 ni del acuerdo entre todos los participantes para disputar la competición. Pero sí tenemos el informe completo que Ricardo Cabot remitió a la FIFA donde puntualiza claramente la actuación de la Federación Española de Fútbol, siempre al servicio del deporte y nunca sometida a ningún principio político.

De este informe destacamos el siguiente párrafo:CopaEspanaLibre13

EL DEPORTE NO ES POLÍTICA. – La Federación Española jamás ha hecho, hace ni hará política con el deporte en tanto que mantiene su concepción de su responsabilidad y su misión. Adaptarse y subordinarse al régimen político del país es algo diferente a convertirse en agente de la acción política. Lo primero es obligado y natural, por el contrario, lo segundo es irracional y equivaldría a desnaturalizar sus objetivos, empañar su prestigio y a traicionar sus ideales, de fraternidad internacional y de unidad nacional que el deporte abandera, propaga y simboliza. En consecuencia, los deportistas de las dos zonas no pueden dejar de ser, ni nosotros de considerarlos, hermanos por encima de todas sus diferencias políticas que puedan separar hoy a los hombres de nuestro país.

Este texto es todo un manifiesto en defensa de un deporte puro que rechaza cualquier manipulación que desde la política se pueda hacer, en especial del fútbol. Declara ante todo la unidad fraternal de los deportistas y con ello justifica por culpa de la situación bélica la imposibilidad de organizar competiciones que merezcan llamarse nacionales pues sean de la zona que sean, siempre significarían una discriminación hacia bando opuesto.

Con estos principios Ricardo Cabot apoyó la propuesta de Rodríguez Tortajada en beneficio de los clubs y jugadores profesionales que necesitaban un rendimiento económico para subsistir. Pero también detuvo a todos aquellos que quisieron manipular el título de Copa de España con la única intención de apoderarse de una competencia que no les correspondía en cuanto se trataba de un país dividido y enfrascado en una irracional guerra fratricida. Con gran habilidad Ricardo Cabot salvaguardó la integridad y la dignidad del Campeonato de España impidiendo que las intenciones políticas, por muy leales que fuesen al Gobierno legítimo, adulteraran el sentido deportivo de esta competición.

El espíritu conciliador de Ricardo Cabot queda reflejado en ese mismo documento cuando propone algunas soluciones a la situación conflictiva por la duplicidad de federaciones. La primera de ellas dice:CopaEspanaLibre14

1º)- Durante la guerra, dada la imposibilidad de jugar competiciones reglamentarias de tipo nacional, estas se suspenden y las Federaciones Regionales de cada zona celebrarán competiciones de carácter regional o interregional que estén en condiciones de organizar.

Por desgracia, hoy quienes reclaman el reconocimiento de la Copa España Libre solo lo hacen en nombre del bando republicano, ninguneado por los vencedores. Pero lo hacen con un espíritu tan belicista como el de aquellos que los derrotaron en el campo de batalla.

Las palabras de Ricardo Cabot en su informe para la FIFA van en sentido totalmente opuesto a este enfrentamiento. Se trata de un mensaje pacifista y de hermandad que representan a esa mayoría silenciosa de españoles que no querían la Guerra, sino la convivencia pacífica de todas las ideologías conformando un único país, representado deportivamente por un Campeonato de España en el que interviniesen los equipos de todas las regiones del Estado. Hoy día, cuando se plantea equiparar la Copa España Libre con la no disputada Copa de España de 1937 se está dando la espalda a esos nobles principios que se defendieron desde la Secretaría de la Federación Española de Fútbol en los momentos más críticos que ha pasado la historia reciente de este país.

Con este informe aclara mucho mejor su actividad durante el período de guerra ya que antepuso su compromiso con el fútbol. Supo desviar el uso político del fútbol propuesto por el presidente de la FEF incautada, José María Mengual Febrero, a través del Batallón Deportivo, redujo la actividad federativa a la tramitación de documentos y dejó abierta la puerta a las federaciones territoriales –y como se puede comprobar, incluidas las que estaba en la zona franquista- para que el fútbol pudiese sobrevivir.

Por eso, tras las primeras reuniones para organizar una nueva competición, la intervención de Ricardo Cabot fue decisiva. Sin ella posiblemente la buena voluntad de Rodríguez Tortajada se hubiese quedado en nada. Pero el apoyo que Ricardo Cabot prestó al presidente valencianista no fue desinteresado. Se vio obligado a entrar en el juego porque por alguna de las partes –y los indicios no señalan precisamente a Rodríguez Tortajada– había un interés político, que no deportivo, en hacer coincidir este trofeo con la Copa de España. Igualmente, otras, por diversos motivos, en entorpecer su celebración. Y para poner a cada uno en su sitio Ricardo Cabot intervino y no es casualidad que tan solo tres días después de la final de la Copa España Libre, tras haber estado en silencio oficial durante casi toda la temporada, publicase la Circular Nº 1 para regular las licencias de jugadores profesionales y resaltar que quedaban prorrogadas las disposiciones sobre la suspensión de la temporada a todos sus efectos, negando cualquier reconocimiento estatal a dicha competición.

Por todo lo expuesto, para poder contestar a una de las cuestiones que se debate en el presente artículo, el rango de la Copa España Libre, todos los indicios nos llevan a circunscribirnos a José Rodríguez Tortajada: si lo hizo como presidente del Valencia CF o como vicepresidente de la Federación Valenciana de Fútbol, algo que no alteraría el resultado de la investigación.

En un segundo plano queda la Federación Catalana de Fútbol, dado que su presidente obstaculizó la participación de los clubs de la Serie A tanto en la Liga del Mediterráneo como en la Copa España Libre, aunque acabó dando el permiso pertinente para que pudiesen disputarlas tras la presión del Sindicato de Futbolistas Profesionales y de las directivas de los clubs implicados.

Pese a ello, no es descartable del todo la hipótesis que adjudica a la Copa España Libre el carácter de competición interregional convocada y organizada por las dos federaciones territoriales que actuaban en terreno republicano. Por un lado, está que el Gimnástico era uno de los tres equipos valencianos que iban a participar. Los motivos de su renuncia pueden ser varios, y no es descartable que, a instancias de unas negociaciones previas, aceptase ceder cinco jugadores al Levante FC y permitir la entrada de un segundo equipo catalán. Y producto de esas mismas negociaciones surgiera la compensación económica al Granollers. Simplemente falta la documentación pertinente que la respalde.

Sin embargo, el relato histórico se inclina más a pensar que el Gimnástico no participó por no poder reunir un equipo competitivo y dio permiso a esos cinco jugadores para defender al Levante FC, así como el descarte del Granollers se hizo después de una entente de los tres clubs catalanes y no una solución emanada desde la FCF.

Además, está el hecho de que cada una y de manera separada regulaba los partidos que se jugaban en su zona de competencia –como sucede con cualquier partido amistoso, que está regulado por la territorial donde se juega-. Por esta razón de la Liga del Mediterráneo hubo dos versiones de la clasificación final, una de la Catalana y otra de la Valenciana, ya que lo que decidió un Comité de Competición no fue respetado por el otro.

Abiertas estas conjeturas, la respuesta no está en la RFEF, sino en actas y archivos de cualquiera de las partes implicadas o en sus legítimos herederos: Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana, Federación Catalana de Fútbol, Valencia CF, RCD Espanyol de Barcelona, Girona FC y, cómo no, Levante UD.

A todos ellos animo a que miren bien entre sus cajas apiladas en los sótanos y entre los papeles más escondidos de sus archivos.

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