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RESUMEN:

La actual situación del Deportivo de la Coruña es un caso que no deja indiferente a nadie. Muchos aficionados al fútbol se preguntan cómo es posible que el conjunto de Riazor haya llegado hasta el pozo del fútbol español: la Segunda División B, cuya actual temporada presenta una remodelación de la estructura habitual a la

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Deportivo: del sueño europeo al pozo del fútbol español

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La actual situación del Deportivo de la Coruña es un caso que no deja indiferente a nadie. Muchos aficionados al fútbol se preguntan cómo es posible que el conjunto de Riazor haya llegado hasta el pozo del fútbol español: la Segunda División B, cuya actual temporada presenta una remodelación de la estructura habitual a la que veníamos acostumbrados, de la cual, de 80 equipos sólo ascendían al fútbol profesional cuatro, de ahí el pseudónimo de `el pozo del fútbol español´. Para la próxima temporada habrá más posibilidades de ascenso, ya que nacerá la denominada `Segunda División B Pro´, que la integrarán dos grupos de veinte equipos, es decir, se reducirá a la mitad. Clubes históricos como Racing de Santander, Club Deportivo Numancia de Soria, Recreativo de Huelva, Hércules de Alicante –estos dos últimos ya más que habituales- o todo un Deportivo de La Coruña en esta edición son algunos de nuestros catalogados `históricos´ llamados a volver al fútbol profesional. Hace apenas poco más de un año el `Depor´ luchaba por volver a primera, su verdadero lugar. Pero si nos remontamos unos cuantos años atrás, de lo que verdaderamente hablaríamos sería del `Superdépor´, ese equipo que hizo vibrar a toda Coruña, media Galicia y gran parte de España. Es injusto que el fútbol no tenga memoria, pero hubo una noche de meigas en Riazor allá por el 7 de abril de 2004, cuando el `Superdépor´ remontó en cuartos de final de la Champions League un cuatro a uno a todo un AC Milan de Dida, Pirlo, Gatusso, Sevchenko, Kaka y compañía, goleándole por cuatro a cero, y sobrándole 45 minutos, pues al descanso los blanquiazules ya habían hecho los deberes. El equipo pasó por la puerta grande a las semifinales contra sus vecinos de Oporto, con quienes cayeron eliminados por la mínima en Riazor en el partido de vuelta, siendo el club luso campeón de aquella edición de la Liga de Campeones. Dieciséis años después –casi nada-, el Deportivo de la Coruña se encuentra en una categoría calificada de fútbol semiprofesional, o como popularmente hemos mencionado anteriormente: el pozo.

 El origen del éxito

Si cierto es que hemos comentado antes que el Dépor llegó a jugar las semifinales de la Liga de Campeones 2003/04, no fue éste su hito más importante; pues si sirviera como posible pregunta de trivial, el Deportivo fue el primer campeón de España del siglo XXI, dando inicio al `Eurodepor`, ya que el apelativo de `Superdépor´ comenzó en la década de los 90´, cuándo Augusto César Lendoiro tomó las riendas del club –llegó en 1988-  y subió el equipo a primera en el 91´ – ocupó la presidencia durante 25 años, el presidente más longevo en la historia del fútbol español-, y de la mano de Arsenio Iglesias `el zorro de Arteixo´ o `zorro plateado´, quién tuvo un papel clave como entrenador, fueron –ambos- artífices del camino al éxito del conjunto coruñés. Éxito que estuvo a punto de culminarse con la que parecía la primera liga en el palmarés blanquiazul en el año 1994, pero el Valencia C.F., futuro verdugo más adelante como veremos a continuación, o mejor dicho, Djukic, desperdició la oportunidad con aquel fatídico penalti errado en el descuento del último partido de liga, quizás uno de los penaltis más recordados y el final de liga más injusto e inmerecido de la historia del fútbol español. No obstante, aquella triste noche del 14 de mayo de 1994 además de lágrimas derramadas, volarían grabadoras de los periodistas entre otros objetos de los aficionados en Riazor; debido a la rabia e impotencia de haber tocado la gloria por un instante. El destino le devolvería su recompensa tan sólo un años más tarde, en la final de la Copa del Rey disputada frente al mismísimo Valencia en el Santiago Bernabéu. Y es que, cuando peor lo pasaban los gallegos, comenzó a diluviar a mares en la capital española de tal forma, que el partido tuvo que suspenderse a falta de apenas 11 minutos del final con el resultado de empate a uno. Se dice que hasta se vieron olas en el terreno de juego de la cantidad de agua que había. El partido se reanudó tres días después, y esta vez sí, el Depór “se llevó el gato al agua”, inaugurando así su palmarés particular. Cosas del azar, del propio Karma o de Meigas, porque: “haberlas, haylas.” Fue tal el ajuste de cuentas, que hasta aquella mítica frase del guardameta deportivista Liaño pronunciada tras el partido de liga contra el Valencia un año anterior: “Arrieros somos y en el camino nos encontraremos” tomó valor. “Yo no quisiera tener que enfrentarme el año que viene al Valencia en circunstancias similares, porque a lo mejor se iban a acordar de lo que pasó el sábado en Riazor”. Comentaba el guardameta, insinuando que el conjunto ché había sido primado, sospechas que se confirmaron unos años después. Esta vez sí, el fútbol y la fortuna le sonrieron a los blanquiazules.

Siguiendo en la década de los 90’, llegaría el hombre clave que llevó al club a ser campeón de liga por primera y única vez en su historia, clasificó al equipo durante cuatro temporadas consecutivas en Champions, semifinalista de la liga de campeones y ganó aquella mítica Copa del Rey al Real Madrid conocida como el `centenariazo´. Hablamos de Don Jabo Irureta, ilustre entrenador del fútbol nacional y buque insignia de los gallegos que desembarcó en el conjunto herculino tras haber clasificado a su mayor rival, el Celta de Vigo, para jugar la competición europea en 1998.  Estamos pues, en la época dorada del deportivismo, que tuvo su máximo esplendor durante toda una década: 1994-2004, y en la que pasaron jugadores de la talla de Bebeto, Mauro Silva –ambos campeones del mundo en 1994 con Brasil, y a los que Lendoiro hizo creer que el clima de Galicia era como el brasileño-, Albert Luque, Roy Makaay, Diego Tristán, Fran González, Molina, Valerón…entre otros muchos más. Sin embargo, cabe recordar que aquella maravillosa década del Deportivo comprendida entre mediados de los 90´y comienzos de los 2000 no hubieran existido sin su presidente, Lendoiro. Ese tipo carismático al que le gustaba negociar de fútbol en las noches cenando un buen vino y marisco gallego. Sin duda una época de personajes ilustres en el fútbol aquella de la década de los 90, si tenemos en cuenta también al que fuera presidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil.  Tiempos pasados y exitosos para los nostálgicos de esta liga. Tras la marcha de Jabo Irureta en el 2005, el Deportivo pasa a vivir una época de transición con más pena que gloria, denominada por su presidente como` la tercera lección´. El inicio de esta nueva etapa solo sería la confirmación de que tanto el `Superdepor´ como el `Eurodepor´ eran ya parte de la historia de nuestro fútbol, del viejo fútbol. En estos años de transición son Joaquín Caparros y Miguel Ángel Lotina los encargados de dirigir al conjunto coruñés desde el banquillo, siendo este último, con quien descendiera a la segunda división.

El declive de un pupas

El primer descenso del Dépor en el siglo XXI marcó un punto de inflexión en el club gallego, un antes y un después. Es en el año 2011 cuando se produce el primero, y de nuevo mismo escenario y rival, Riazor y el Valencia C.F, en la última jornada. Para más inri, fue y es actualmente el equipo que ha descendido con más puntos en toda la historia de La Liga, con 43. Esa temporada fue cuando el Deportivo denunció al Levante y Zaragoza por presunto amaño. Cierto es que hay más que sospechas de que ese partido fue amañado –El Zaragoza ganó 1-2 y tras la derrota del Dépor, consiguió salvarse-, pero lo cierto es que, si los coruñeses hubieran hecho los deberes ante un Valencia que no se jugaba nada, ese descenso se podría haber evitado. Finalmente pese a las denuncias interpuestas por los gallegos, acabarían descendiendo de categoría. Tras un año en segunda, regresaría por la puerta grande de nuevo a primera, ascendiendo con todo un record de puntos -91-, para posteriormente descender de nuevo, convirtiéndose así en lo que se denomina coloquialmente equipo ´sube y baja´, como ya lo fueron en su época Numancia, Levante o incluso Huesca actualmente. Volvería a tocar el cielo en 2014, año en el que Lendoiro dejaría la presidencia del club de sus amores veinticinco años después de haberla tomado. Esta vez el Dépor asciende para quedarse cuatro años consecutivos, aunque nada que ver con el equipo al que estábamos acostumbrados. En 2018 se produce su último descenso, y tras clasificarse en 2019 no sólo para los Play Off de ascenso a primera división, sino que llegó a la final y rozó de nuevo el ascenso ganando por dos a cero al Mallorca en Riazor, perdió de forma contundente por tres a cero en la isla, dejando escapar de manera inexplicable un ascenso que tenía ya prácticamente hecho. Ese partido, esa derrota fue mucho más que la pérdida de un ascenso ya cantado a primera división. Fue el inicio de una debacle, un declive que veía como aquel equipo que varios años atrás conseguía caer bien a todos los aficionados del fútbol, lograba romper el binomio que ostentaban Madrid y Barcelona, hacía saltar de alegría a toda España con su remontada ante el Milán para luego hacerla llorar ante su derrota con el Oporto… un declive que le llevó hasta donde está hoy, la Segunda División B. Pero por supuesto, no sin sumar otro record más de `pupas´, pues al igual que con su descenso a primera división, ha sido el equipo que ha descendido al pozo del fútbol español con más puntos de la historia de la segunda división, 51. Aparte del record, la polémica estuvo servida, ya que su último partido de liga fue cancelado debido al brote de Covid-19 que se produjo en el Fuenlabrada. El resto de los partidos se jugaron en horario unificado, y el Deportivo pidió el aplazamiento de dicha jornada, aunque no hubiese servido de nada, ya que sus rivales directos, tanto Albacete como Lugo ganaron sus respectivos partidos. Finalmente, el partido se disputó en agosto y sólo sirvió para salvar el orgullo del club, pues pese a la amarga victoria ya estaba condenado a descender al pozo del fútbol español. No obstante, el gran perjudicado fue el Fuenlabrada, ya que al aplazarse el encuentro fue el Elche quien tomó su plaza, gran beneficiado, ya que acabó subiendo a primera división, tras haber quedado en la séptima posición. El fútbol le debía una también al club ilicitano, tras su injusto descenso administrativo de primera a segunda en la temporada 2014/15.

No podemos dejar en el olvido a todo un histórico de nuestro fútbol como es el Deportivo de La Coruña, su mítico estadio de Riazor, sus aficionados, y, sobre todo, la historia que representa para el fútbol español y gallego, con sus famosos derbis y rivalidad contra el Celta de Vigo: `O nosso derbi´, nuestro derbi, el de Galicia, y el de España. Esta ha sido la historia del Deportivo hasta llegar a la Segunda B, tras varios años tambaleándose entre primera y segunda, pero quien sabe si en un futuro no le pasará lo mismo y tal vez haya un Valencia o Athetic Club de Bilbao en la misma situación. La Liga, la primera división aburre desde hace muchos años, no hay emoción, es siempre lo mismo. Es hora de cambiar la competición, de variar los ingresos, de equilibrar nuestro fútbol, mismas oportunidades para todos los equipos, como hacen otras grandes competiciones como la Premier o la NBA. Aupa Dépor.

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