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RESUMEN:

El 18 de julio de 1936, don Francisco Vives Camino no se encontraba por casualidad en el aeródromo hispalense de Tablada. Paco Vives no era sevillano ni andaluz; ni siquiera militar pues, pese a su juventud, se encontraba retirado por la llamada «ley Azaña». Pero esa mañana del dieciocho de julio, Paco Vives se encontraba

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Keywords: Atlético Aviación, Atlético de Madrid, clubs, football

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El Aviación Nacional

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El 18 de julio de 1936, don Francisco Vives Camino no se encontraba por casualidad en el aeródromo hispalense de Tablada.

Paco Vives no era sevillano ni andaluz; ni siquiera militar pues, pese a su juventud, se encontraba retirado por la llamada «ley Azaña».

Pero esa mañana del dieciocho de julio, Paco Vives se encontraba en Tablada porque era uno de los pocos pilotos españoles capaz de tripular los modernos DOUGLAS – DC3, uno de los cuales había llegado de Madrid esa mañana, como parte de una escuadrilla enviada por el Gobierno, con tripulaciones de su confianza, para impedir el paso del estrecho de Gibraltar a las fuerzas marroquíes sublevadas por el general Franco.

Así pudo Vives presenciar el heroico comportamiento del teniente Carlos Martinez Vara de Rey, «Varita» y participar, de acuerdo con sus ideales, en el comienzo peninsular de la salvación de España. Nunca pudo imaginar, en aquellos dramáticos momentos, que su presencia en Tablada le iba a convertir en el futuro salvador del Athletic Club de Madrid, hecho mucho menos importante en el devenir histórico de España, pero trascendental para la historia del club rojiblanco.

Una vez instalado Franco en el sevillano palacio de Yanduri, Francisco Vives fue designado miembro del reducido estado mayor de Kindelán, máximo responsable de las actividades aéreas del ejército sublevado.

En este destino Francisco Vives contó de inmediato con la colaboración del capitán de intendencia José Bosmediano, hombre de grandes dotes organizativas, eficaz en alto grado para toda clase de operaciones tendentes a resolver cualquier necesidad logística que en aquellos momentos eran casi todas.

Bosmediano, a su vez, buscó la colaboración de un manitas, Paco González Salamanca, experto en toda clase de motores y habilísimo en aprovechar las piezas de los vehículos inservibles para reparar otros de diferente marca o categoría.

Así, con Bosmediano y Salamanca en su equipo, se trasladaron a la ciudad de Salamanca cuando Franco instaló su cuartel general en la ciudad del Termes. Allí, a mediados del año 1937, ponen en marcha junto al capitán Santiago Trujillo y al teniente González Corticosa, un equipo de fútbol con los soldados que cumplen su servicio en el arma de Aviación, en la próxima base de Matacán.

Existe una gran dificultad para relatar la trayectoria del equipo Aviación Nacional, durante su estancia en Salamanca. La prensa diaria, de aquellos tiempos de guerra, traía muy pocas noticias sobre deportes y las escasas que se reflejan adolecen de detalles o especificaciones.

Se comienzan a disputar encuentros en distintas capitales, generalmente con fines de beneficencia, con otros equipos que llevan también nombres. de diversas unidades mi1itares. Es curioso que la mayor parte de las veces se da noticia del enfrentamiento pero no del resultado. Por supuesto no hay alineaciones.

Poco a poco se van integrando en el equipo jugadores que han sido profesionales del fútbol, junto a promesas que se van seleccionando entre los soldados con mejores dotes futbolísticas.

Esta amalgama de jugadores, variante por los cambios de destino e incluso por las bajas bélicas que se producen, conforma el llamado Aviación Nacional. Pero el escenario de la Guerra cambia en el transcurso del año 1938 y el cuartel General del Generalísimo se traslada a Zaragoza.

La batalla del Ebro y la ofensiva sobre el Mediterráneo hace necesario el cambio y así el Aviación Nacional se presenta en el campo de Torrero el 24 de julio de 1938, frente al equipo del Zaragoza C.D. donde junto a sus jugadores tradicionales, se alinean otros que las circunstancias bélicas hacen residir en la ciudad del Ebro.

Por el Zaragoza juegan: Inchausti; Zabala, Oceja; Pelayo, Salas, Ortúzar (46′ Muñoz); Ruiz, Amestoy, Olivares, Tomás y Primo. En el Aviación visten sus colores azul mahón Guillermo; Begoña, Aparicio; Blanco, Germán, Machorro; Santi, Escudero, Sañudo, Agustín y Vázquez.

El resultado hizo cobrar confianza en sus posibilidades a los «aviadores», teniendo en cuenta que el equipo aragonés, había ascendido a la División de Honor al término de la temporada 1935-36 y que su pareja de «backs», Zabala-Oceja, era la componente del último Campeón Nacional de Liga. Por cierto que Luisito Zabala, por sus actuaciones en el campo de batalla, llegó a hacerse acreedor a una de las más altas condecoraciones del Ejército Español, la Medalla Militar individual.

Las autoridades de la zona nacional, rebelde, franquista o facciosa, que de todas estas formas era llamada, según el sentimiento de cada uno, querían normalizar la vida en su retaguardia y no de los caminos emprendidos fue fomentar las actividades deportivas.

El 17 de octubre de 1937 se había constituido en San Sebastián la Federación Española de Fútbol, bajo la presidencia del comandante Julián Troncoso Sagredo y en oposición a la que residía oficialmente en Madrid.

Solo un mes después y gracias a las acertadas gestiones realizadas en París y Ginebra por Luciano Urquijo, antiguo presidente del Athletic Club madrileño, se consiguió el reconocimiento oficial de la FIFA lo que comportó la expulsión de dicho organismo internacional de la Federación Española republicana.

Por dicho motivo, la llamada «Selección Vasca» ya no pudo proseguir su gira americana, y el propio presidente Jules Rimet fue acusado, infundadamente, de fascista, en algunos foros deportivos.

El 25 de septiembre de 1938 el equipo se traslada a Santander para enfrentarse al Racing local. El «match» se jugó bajo una cortina de agua. Juegan en el equipo aviador dos santanderinos, consagrado el primero antes de la contienda como medio del Racing, aspirante el segundo a labrarse un futuro en el panorama futbolístico y bien que lo logró. Se trata, ni más ni menos, de Germán y Aparicio que tantas tardes de gloria darán a los seguidores colchoneros.

A los ocho minutos el torrelaveguense Sañudo aprovechaba una jugada por la derecha para batir a Pedrosa. Doce minutos después Cilio remataba un elegante centro de Santi y lograba el empate.

Tras el descanso, y en un terreno casi impracticable por la lluvia, los aviadores sentenciaban un resultado favorable, con dos goles casi inmediatos, conseguidos por Juanito Escudero y Agustín Jarabo.

Por el Racing jugaron Pedrosa; Hernández, Zamoruca; Izquierdo, Osear, Ibarra; Santi, Telete, Saras, Cilio e Ibáñez. En el Aviación figuraron Guillermo; Begoña, Aparicio; Blanco, Germán, Machorro; Navarro, Escudero, Sañudo, Agustín y Pepote.

Durante el mes de octubre no hay constancia de enfrentamientos deportivos, debido a la situación bélica, pero el 13 de noviembre el Racing devuelve visita y afronta al Aviación en el campo de Torrero.

El Aviación dispone en la cancha de Guillermo; Begoña, Aparicio; Blanco, Germán, Machorro; Santi, Escudero, Sañudo, Agustín y Vázquez.

Los santanderinos forman con Pedrosa; Hernández, Buzón; Telete, Huche, Ibarra; Ibáñez, Liquis, Saras, Cilio y Tayo.

Al descanso se llega con un solitario gol de Escudero, pero en el segundo tiempo los aviadores lo bordan y Agustín, de cabeza, Escudero culminando una gran jugada de Juanito Vázquez y Sañudo en dos grandes jugadas personales redondean un 5-0 de escándalo.

En este partido los aviadores han incorporado al equipo el extremo racinguista Santi, jugador consagrado antes de la guerra en el Racing y el Valencia F.C. y hermano del famoso Ángel Zubieta, medio ala del Athletic bilbaíno.

Dos semanas más tarde, con Torrero a reventar, el Aviación revalida su éxito ante el histórico Unión Club de Irún. Juegan por los irundarras Alberty; Amestoy, Nazario; Echegoyen, Muñoz, Jáuregui; Echániz, Oliva, Elicegui, Vergara y Gamón. El Aviación repite el equipo triunfador frente al Racing.

Al gol tempranero de Sañudo responde el «expreso de Irún», Elícegui, con uno de sus famosos cabezazos. Después Vázquez, Sañudo, Agustín y Escudero elevan la cuenta hasta alcanzar otra espectacular goleada.

Paco Vives, Bosmediano y Salamanca, no caben en sí de gozo. Tienen un equipo de alto nivel, bajo la dirección técnica del canario Luis Jesús Navarro Mazzotti, ex delantero del Valencia FC y Athletic madrileño. Llevados de ese entusiasmo se inscriben en la Federación Aragonesa y deciden participar en el Campeonato Regional que dará paso a la disputa del Primer Torneo Nacional de Fútbol.

Efectivamente, la Federación Española de Fútbol ha decidido organizar un torneo entre los equipos que actúan en la «zona nacional». Troncoso solicita a la Casa del Generalísimo un trofeo que premie al vencedor. Para tener derecho a disputarlo hay que clasificarse en una de las dos primeras plazas de los torneos regionales.

Mientras comienza, siguen disputándose encuentros amistosos, ante un público que retoma la afición y llena los campos. Animados por los crecientes éxitos los responsables del equipo se atreven a concertar dos encuentros benéficos entre los equipos denominados Aviación Norte y Aviación sur.

El primero tiene lugar en Sevilla el día 11 de diciembre de 1938. Para llegar a la capital andaluza desde Zaragoza hay que dar un considerable rodeo, por carreteras en muy mal estado y exponiéndose a los posibles ataques de la aviación enemiga. El viaje es agotador y traumático.

El equipo compuesto por Guillermo; Begoña, Aparicio; Blanco, Germán, Machorro; Santi, Escudero, Sañudo, Agustín y Vázquez, salta al campo de Nervión, en unas condiciones deplorables, para enfrentarse a todo un Sevilla F.C. bajo el nombre de Aviación sur.

Preside el General Queipo de Llano, con lleno hasta la bandera. Bueno; Joaquín, Villalonga; Fermín, Duarte, Leoncito; López, Pepillo, Campanal, Salustiano y Berrocal arrasan, y uno tras otro van cayendo. Los goles en la meta de Guillermo. Berrocal y Campanal por partida triple y Pepillo sellan un humillante siete a cero.

El 18 de diciembre Torrero, a pesar del mal tiempo, se llena de un gentío que ya considera a los aviadores como locales. El rival es un equipo poderoso que, bajo los colores del Deportivo Alavés, ha reunido un grupo de jugadores extraordinarios. Alinea a Inchausti; Mardones, Quincoces; Urquiri, Epelde, Fede; Langarica, Amestoy, Olivares, Gárate y Lasheras. Enfrente forman los ya clásicos Guillermo; Aparicio; Blanco, Germán, Machorro; Santi, Escudero, Sañudo y Juanito Vázquez. El puesto de defensa derecho es para el condecorado Zabala y como interior izquierdo debuta un canario de gran clase que luego hará las delicias de los aficionados celtiñas: Mundo.

El partido es disputadísimo y de alto nivel técnico. Al descanso no se ha movido el marcador a pesar de las grandes ocasiones que han disfrutado ambos ataques y en especial Olivares, el famoso «negro», delantero centro antes de la Guerra en el Madrid FC.

En el segundo tiempo prosigue la lucha que pronto se inclina del lado aviador. En los minutos dieciséis y diecinueve un cabezazo de Sañudo y un remate cruzado de Santi, en posición dudosa, parecen sentenciar el resultado. No es así, los hombres que lucen los colores blanquiazules del equipo de Vitoria ponen cerco a la meta defendida por Guillermo. Pachi Gárate de penalti reduce distancias y sólo una decisión arbitral discutible, anulando un tanto conseguido por Amestoy, impide que el «match» acabe en tablas.

Siete días más tarde es Navidad. Ahora son los sevillanos los que han tenido que realizar una auténtica odisea para alcanzar Zaragoza. Cuando forman en Torrero, ambos equipos, los cambios son escasos. Hernández y Vergara, el goleador pamplonica, sustituyen a Begoña y Agustín; los andaluces mantienen el once que avasalló en Sevilla.

Ahora la ventaja física es de los jugadores que lucen la camiseta azul mahón, con las alas bordadas sobre el pecho, junto al corazón. Y se toman la revancha. No pueden igualar el resultado adverso del primer partido pero hacen el máximo esfuerzo para lograrlo y casi lo consiguen. Al final el marcador expone un seis a uno concluyente. Sañudo y Vergara han conseguido doblete y Vázquez y Santi han dejado su regalo en el portal de Bueno. Berrocal ha salvado el honor sevillano. El público sale entusiasmado del juego de los que ya considera suyos y los jugadores gozan de un permiso, como premio, que la mayoría aprovecha para disfrutar con su familia.

Comienza un nuevo año. Tercer Año Triunfal, figura como eslogan, en toda la España dominada por los ejércitos de Franco. La guerra se encamina a su final, cuando el 15 de enero una potente selección se opone en Torrero al conjunto aviador: Inchausti; Gómez, Hernández; Agustín, Gabilondo, Mundo; Ruiz, Amestoy, Olivares, Rodríguez (Soladrero) y Primo.

Enfrente los ya clásicos, Rafael (Guillermo); Begoña, Aparicio (Navarro); Blanco, Germán, Machorro; Santi, Escudero, Sañudo, Agustín y Vázquez.

El partido es trepidante. Las alternancias en el marcador le dan una emoción insospechada. Al final por 6-4 se imponen los aviadores. Los goles, casi todos de bellísima factura, los consiguen Sañudo (4), Agustín y Santi; Olivares (2), Primo y Rodríguez.

Por fin comienza el Campeonato Regional. Hay seis equipos inscritos. Se decide que haya dos grupos y se jueguen el titulo los vencedores de cada uno de ellos.

El grupo A está compuesto por Zaragoza CD, Huesca y División 105. En el grupo B junto al Aviación le disputan el triunfo el poderoso Recuperación de Levante y la 80ª Compañía de Automovilismo.

Todos los equipos militares se han reforzado con los jugadores profesionales que están bajo la disciplina del ejército, consiguiendo conjuntos muy competitivos.

El debut del Aviación Nacional tiene lugar en el campo castellonense de Sequiol. Corno adversario los automovilistas de la Compañía que tienen en sus filas a Emilio; Arana, Pena; Petreñas, Travieso, Melaza; Cano, Machicha, Mundo, Rivera y Rubio. Prácticamente todos con experiencia en la disputa de los antiguos campeonatos ligueros. Pero el Aviación luce toda la plenitud de su juego y vence y convence. Seis a cero es el resultado final conseguido por los clásicos Guillermo; Hernández, Aparicio; Blanco, Germán, Machorro; Santi, Escudero, Sañudo, Agustín y Vázquez. Ese día, 29 de enero, Escudero, Sañudo (3) y Agustín (2) fueron los goleadores.

El 12 de febrero tiene lugar en Torrero el duelo entre los dos favoritos. Recuperación de Levante ha formado un gran equipo: Duque, Alvaro, Deva; Peñita, Cuqui Bienzobas, Irastorza; Poli, Carletes, Larrús, Botana y Larrazábal. Por los aviadores el equipo habitual, con Mundo corno back derecho.

Sólo un gol de Juanito Vázquez sube al marcador en los noventa minutos de juego.

La devolución de visita de la Compañía de Automovilismo se celebra el 19 de febrero. Los «chóferes» han retocado su alineación. En la media Unzurrunzaga sustituye a Petreñas y en el ataque, junto al futuro valencianista Mundo, se alinean Bocaño, Peto, Lezarna y Pepín. Los «pilotos» han sustituido a Hernández por Begoña y en el ala izquierda del ataque figuran Mundo, el canario, y el onubense Bracero, ex sevillista, que debuta y causa buena impresión.

El partido es mucho más igualado. A los tres goles de Sañudo y uno de Mundo, responden los visitantes con los tantos de Lezarna y Peto. 4-2.

El cinco de marzo en Torrero se juegan el honor Aviación y Recuperación. A los aviadores les sobran dos puntos ante el tropiezo que sus rivales han tenido el domingo anterior al perder en Sequiol por 3 a l. El partido, a cara de perro, se resuelve con un golazo de Sañudo.

En el Aviación Nacional ha debutado Mesa, defensa del Athletic de Madrid, que por primera vez forma la pareja defensiva con Aparicio, luego tan célebre en el fútbol nacional. Bracero, trasladado al interior, forma ala con el veloz Juanito Vázquez, pero no renueva su actuación de quince días antes. Puente; Álvaro, Deva; Peña, Bienzobas, Irastorza; Insausti, Álvarez, Daniel, Botana y Larrazábal formaron en los perdedores.

La clasificación por tanto quedó encabezada por el Aviación Nacional, seguido del Recuperación de Levante y tercero la 80ª Compañía de Automovilismo.

Para quedar campeón Regional ahora deben enfrentarse al Zaragoza, en dos partidos a jugar en el campo de Torrero.

El primero de ellos tiene lugar el día de San José. Inchausti, Gómez, Ribas; Muñoz, Soladrero, Salas; Ruiz, Amestoy, Olivares, Bilbao y Primo, saltan al campo de juego defendiendo los colores blanquillos: Enfrente Guillermo; Mesa, Aparicio; Blanco, Germán, Machorro; Santi, Escudero, Sañudo y Vázquez. Como interior izquierdo un hombre joven, alto, delgadísimo. que produce una cierta hilaridad. Nadie le conoce y sus primeras intervenciones dan la sensación a los espectadores que no tiene del juego unas ideas muy claras. Las «chuflas» aumentan a cada una de sus desafortunadas intervenciones. Pero en el segundo tiempo todo cambia. De repente el delgaducho se ha transfigurado. Controla y conduce el balón con gran maestría. Distribuye el cuero con exquisita visión y toque. Remata peligrosamente con la cabeza en los córneres y con gran potencia en los tiros de larga distancia. En las localidades donde se agrupan los periodistas se preguntan ¿Y cómo se llama el flaco? Alguien responde Francisco Campos y ha venido recomendado por Mesa que le conoce muy bien. Así se produjo el estreno de Campos en el equipo del que llegará a ser su figura más representativa. El resultado se decanta para el Aviación, con dos goles marcados por Agustín.

Una semana después se repite el partido. Los zaragocistas cambian tres hombres: Uriarte, Pelayo y Julio en lugar de Ribas, Ruiz y Olivares, jugando Soladrero de centro delantero. En el Aviación Bracero toma el lugar de Campos que está muy corto de entrenamiento.

El triunfo se repite, pero esta vez los dos goles de Bracero son contestados con un tanto del extremo Julio. El Aviación Nacional, por tanto, es campeón de Aragón y con el Zaragoza tomarán parte en el Torneo Nacional de Fútbol con opción a ganar la Copa del Generalísimo, «la más preciada Copa que jamás se habrá disputado en España» según se escribió entonces.

Cinco días después «La Guerra ha terminado» como proclamaba el parte que diariamente se radiaba desde Burgos.

En los primeros días de abril, Troncoso llega a Madrid. El día 12 ya emite un informe sobre la situación futbolística en la capital de España. Dice así: «Hay que reorganizar con urgencia el fútbol madrileño. El Stadium está destrozado. El Parral es una sombra de lo que fue. Chamartín necesita prácticamente una reconstrucción. Es necesario tiempo y dinero«.

Curiosamente no menciona el campo de Vallecas. ¿No lo había visitado o es que estaba en aceptable estado de utilización? Años después las historias, todas las que describen las vicisitudes del actual Club Atlético de Madrid, narran una situación catastrófica; que si chabolas de refugiados, que si campo de concentración, que si Salamanca debió meter 80.000 bloques de cemento ¿Por qué? No he podido averiguarlo pero Vallecas, eso sí, prácticamente sin una brizna de hierba, estaba en condiciones de servir de escenario futbolístico con unos pocos arreglos.

El 19 de abril se establece el calendario para el Torneo Nacional y el sorteo enfrenta al Betis con el Aviación para disputar los octavos de final. Pero antes, el primero de mayo, el equipo de la Aviación militar, se traslada a Madrid, decide depender a todos los efectos de la Federación Castellana de Fútbol, domiciliada en Fernán Flor, 8 y publica comunicados en la prensa solicitando que la correspondencia dirigida a Aviación Nacional deberá enviarse a dicha federación o al alférez señor Salamanca en Paseo Martínez Campos 30 de Madrid. Teléfono 42.371.

El deseo de volver a contemplar fútbol por los madrileños llevó a organizar un match aprovechando la festividad del 2 de mayo. En el campo de Vallecas, engalanado para la ocasión con los símbolos de los vencedores, se enfrentan el Aviación Nacional y el Deportivo Alavés.

ALAVES: Ituarte; Saracibar, Quincoces; Urquiri, Langarica, Fede; Mardones, Iriondo, Elicegui, Gárate y Elices.

AVIACION: Guillermo; Mesa, Aparicio; Blanco, Germán, Machorro; Santi, campos, Sañudo, Bracero y Vázquez.

En el primer tiempo marcó Bracero y tras el descanso igualó Gárate. Resultado final 1-1.

Sorprendentemente, al día siguiente tenemos al Aviación disputando en el campo de Vallejo, en Valencia, un partido frente al Recuperación de Levante. Esta vez los «recuperadores», tal vez por el viaje precipitado de los «aviadores», les golean sin piedad.

Duque; Álvaro, Deva; Peña, Cuqui Bienzobas, Irastorza; Insausti, carletes, Mundo, Botana y Larrazábal contienden con los mismos once hombres que el día anterior empataron frente al Alavés.

Marcó primeramente Sañudo, pero Botana, Cuqui y nuevamente Botana dejaron el marcador 3 a 1 antes de dirigirse a vestuarios. En la reanudación Campos marcó su primer gol aviador antes que el futuro centro delantero valencianista Mundo marcara por partida doble, en dos espectaculares remates, y que Waldo Botana pusiera el definitivo 6-2 en el marcador.

El siete de mayo vuelven a enfrentarse los mismos equipos, sin variación alguna en sus formaciones, esta vez en el campo de Vallecas.

Se espera la revancha pero no la hubo. Recuperación se fue con un solitario tanto de ventaja. En la continuación, dos nuevos goles, antes de que Sañudo firmara el 1-3 final.

Como hemos visto, el sorteo había enfrentado a Betis y Aviación en octavos de final del denominado Torneo Nacional de Fútbol. El 14 de mayo en Heliópolis ambos equipos se alinean así: Tabales (que debuta); Mesa, Aparicio; Blanco, Germán, Machorro; Santi, Campos, Sañudo, Bracero y Vázquez. Suárez; Telechía, Urbano; Peral, Fernández, Tomasín; Saro, Merita, Paquirri, Rufo y Manolín.

Cinco hombres de los aviadores habían jugado antes de la Guerra en Primera División; de los verdiblancos siete ya tenían esa experiencia.

El partido fue muy disputado aunque de escasa calidad, según las crónicas, por el mal estado del terreno de juego, debido a las desigualdades originadas por el movimiento de los carros de combate, alojados en el recinto deportivo, durante los días previos al desfile de la Victoria celebrado fechas antes en Sevilla. La partida finalizó con empate a un tanto logrados ambos en la segunda parte, por Paquirri en el minuto 46 y por Sañudo en el minuto 75.

Una semana más tarde, Vallecas se viste de gala para celebrar en Madrid el primer partido oficial de la postguerra. Los aviadores juegan un gran partido dominando absolutamente a sus rivales. Sañudo y Vázquez en el primer tiempo marcan dos soberbios goles. En la segunda parte repiten su logro dejando el marcador en un contundente cuatro a cero.

Guillermo y Juan Escudero retoman su lugar en el equipo dejando en la grada a Tabales, nervioso en su debut sevillano, y a Bracero, respectivamente.

En el Betis ha cambiado su línea atacante, donde Ruiz, Rosales y Valera han sustituido a Merita, Paquirri y Manolín.

Ya en cuartos de final, el Aviación, por sorteo, debe enfrentarse al Sevilla FC. El 28 de mayo Vallecas está atestado. Como dicen las crónicas, con sus famosas frases hechas, «no cabía un alfiler».

Bueno; Joaquín, Villalonga; Alcázar, Duarte, Leoncito; López, Torróntegui, Campanal, Raimundo y Berrocal actúan por los sevillistas.

En el Aviación, Guillermo; Mesa, Aparicio; Blanco, Germán, Machorro, Santi, Escudero, Mundo, Campos y Vázquez.

Al final del encuentro el público abandona entusiasmado el recinto deportivo. El partido ha sido de los que hacen afición. Algunos lamentan que la ausencia de Sañudo, en el centro del ataque aviador, ha privado a su equipo de una victoria más amplia, pues el canario Mundo, su sustituto, ha tenido demasiadas precauciones ante la excelente pero durísima defensa sevillana.

Un gol de Mundo a la hora de juego, y otro de Vázquez, a veinte minutos del final, presagian la clasificación para semifinales del conjunto de las alas aviadoras.

Presagio que parece confirmarse, una semana más tarde, en el campo de Nervión, cuando Juanito Vázquez, en veloz escapada, culminada con un eficaz disparo cruzado, abre el marcador.

Antes del descanso Berrocal empata. En el segundo tiempo el Sevilla embotella a los aviadores. Y de tanto ir y venir el cántaro a la fuente, Berrocal nuevamente y el fino estilista Raimundo consiguen igualar la eliminatoria. El tiempo se ha cumplido y la prórroga parece inminente cuando Raimundo ejecuta una acción individual extraordinaria y pone la eliminatoria a favor de sus colores.

La pasión y el entusiasmo del público sevillano se desborda y se lanza al campo sacando del mismo a los jugadores en hombros como si fueran toreros en tarde triunfal.

El árbitro no tuvo más remedio que dar por finalizado el partido. En el Aviación, Agustín había sustituido a Mundo en el centro del ataque, mientras en el Sevilla F.C. Pepillo había tomado el lugar de Torróntegui. En resumen, el Aviación había quedado fuera de la competición.

Una noticia figura en la cabecera de las páginas deportivas de todos los diarios españoles. El Aviación Nacional comunica que el día 12 de junio ha llegado a un acuerdo con la figura más prestigiosa de la historia del fútbol español para que dirija técnicamente a su plantel de jugadores; el fichaje de Ricardo Zamora, debido en gran parte a la mediación del coronel Moreno Abella, gran amigo del exguardameta, impacta profundamente a la afición y prestigia definitivamente al Aviación Nacional.

Se comenta sobre una posible gira por Cádiz y Ceuta, para finales de junio, pero no se llevó a cabo ya que el 25 de junio el Aviación Nacional se enfrenta en el Stadium de Montjuich al Recuperación de Levante como aperitivo de la final de la Copa del Generalísimo entre Sevilla F.C. y Rácing de Ferrol.

AVIACION: Guillermo; Mesa, Aparicio; Blanco, Germán, Machorro; Santi, López Herranz, Sañudo, Campitos y Vázquez.

RECUPERACION: Duque; Álvaro, Deva; Peña, Bienzobas, Irastorza; Insausti, Larrazábal, Mundo, Botana y Poli.

GOLES: 27′ Vázquez; Mundo; Bracero; Sañudo; y Mundo. Total 3-2. Como Bracero figura de goleador, debió sustituir a un compañero, pero en las crónicas no se dice nada de sustituciones.

Luego el Sevilla derrotó 6-2 al Rácing de Ferrol, ganando en propiedad la Copa del Generalísimo que se otorgaba al vencedor de este Torneo Nacional de Fútbol. Y acabó la temporada porque una disposición de la F.E.F. prohibía los partidos de fútbol en los meses de julio y agosto por ser desaconsejable el esfuerzo bajo el calor veraniego.

Sin embargo el verano fue el momento adecuado para la negociación. Los equipos militares, nutridos por lo general de profesionales del fútbol, debían reintegrar a sus clubs de origen los jugadores que habían tomado «prestados» durante su servicio de armas. Sólo aquéllos que no tuvieran club con anterioridad (ficha profesional) podían considerarse aprovechables por los clubs tradicionales siempre y cuando la autoridad militar lo permitiese.

Aviación Nacional tuvo por tanto «pretendientes» de alto nivel. Ya el 25 de abril de 1939, don Pedro Parages, prohombre fundamental del madridismo, había declarado en «ABC» que el equipo aviador podía ser embrión de un nuevo Madrid Foot-Ball Club. Pero el equipo madridista no podía aceptar las condiciones de los aviadores. Sin embargo tanto el Athletic Club de Madrid, como el Club Deportivo Nacional, ambos con plaza en la segunda División, con problemas de campo de juego (el campo del Parral y el Stadium del Metropolitano destrozados), estaban muy interesados en llegar a acuerdos con el Aviación Nacional.

Cuando la Federación castellana comunica, el 8 de septiembre, que los clubs tienen de plazo hasta el día 12 para regularizar su situación, cumplimentando los cuestionarios repartidos al efecto, ya debía estar todo bastante decidido, a favor de la fusión entre el Athletic y el Aviación.

Vencido el plazo, se da relación de los 32 clubs inscritos en la Federación Castellana. Entre ellos, por supuesto, no está el Aviación y la lista la encabezan por este orden el Madrid FC, Athletic Club de Madrid, C. Valladolid Deportivo, CD Nacional y AD Ferroviaria.

El día 15 de septiembre la D.N.D. presidida por Moscardó hace pública la relación de directivas de los deportes nacionales y regionales. La F.E.F. constituye su directiva con las siguientes personalidades:

Presidente: Julián Troncoso Sagredo.

Vocales: Fernando Gutiérrez Alzaga Juan López García Javier Barroso Sánchez-Guerra Luis Saura del Pan.

Secretario General: Juan Antonio Sánchez Ocaña.

Al frente de la Federación Castellana figura el «super athlético» Ernesto Cotorruelo.

El 29 de septiembre se publica en la prensa la aprobación, por la Federación Castellana de Fútbol, de la fusión de los dos clubs; el nuevo equipo que se denominará Athletic-Aviación Club, vestirá los colores rojiblancos y llevará la insignia de la Aviación Nacional.

El acuerdo entre ambas directivas se había producido el 14 de septiembre pero la firma de este no se produjo hasta el 4 de octubre.

Como consecuencia de este acuerdo el C.D. Nacional decidió retirarse de las competiciones regionales y nacionales, ya que no podía afrontar en solitario la reconstrucción del campo del Parral, ni formar una plantilla suficientemente competitiva para mantener el prestigio del Club.

La nueva andadura del Aviación Nacional, nacido en Salamanca, campeón de Aragón y asentado en Madrid, iba a continuar simbióticamente unida a la historia del antiguo Athletic Club madrileño.

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