El primer «Equipo de José»

Siempre que el almanaque marca “28 de Abril” me es imposible no acordarme de aquella jornada gris en Buenos Aires. Yo era un estudiante de séptimo grado de la escuela primaria, el mejor año puesto que no se repite, generalmente, y se termina una etapa de nuestras vidas. Luego llega la secundaria donde las responsabilidades son mayores y ni que hablar de un estudio terciario y/o universitario. Ese viernes, teníamos en las últimas 2 horas cátedra un examen de matemáticas con una profesora a la que siempre recuerdo porque se había formado en una escuela de monjas y porque tenía la capacidad de que si un alumno no entendía un ejercicio trataba de la manera más práctica, simple y didáctica de hacerle entender. Jamás utilizaría la imposición para que el joven aprendiera. Pero claro, como chicos que éramos también teníamos nuestras cosas. Si había que estudiar, los recreos eran una pesadilla porque en lugar de cambiar figuritas, o jugar a la pelota con una latita o un bollo de papel de diario con cinta debíamos aprender las fórmulas para la prueba. Y entre que los descansos eran breves y que previo a esas dos horas finales habían otras materias que tampoco nos gustaban. Veníamos de seis años de aprendizaje y como ese era el último en teoría pensábamos que era el más light pero terminaba siendo en más largo de todos…

Y aquella jornada gris tenía la particularidad de que jugaban la final del Mundial Sub-20 Argentina y Brasil, nada menos. Y los varones estábamos nerviosos, tensos. Por el examen, por una memoria que pese a ser joven y fresca no registraba nada y porque la cabeza la teníamos en la radio que un compañero llevo y así escuchamos la previa de ese partido tan especial. Era tomarse revancha de lo sucedido en Febrero de ese año cuando el Sudamericano de la categoría, en La Paz (Bolivia), Brasil nos había derrotado injustamente 2-0. La Argentina tuvo muchas chances ese día para anotar y ganar, pero la contundencia de contraataque de los brasileños fue letal. El Mundial arrancó para los chicos argentinos con una victoria sufrida por 1-0 sobre Holanda con un gol en el final de Andrés Garrone, el delantero de Rosario Central. Había quedado atrás el penal errado por Cristian Chaparro en el segundo tiempo. La ruta continuó con el partido ante Portugal, un dificilísimo rival. Recuerdo que ese mediodía tenía una fiebre que volaba en el colegio y fue regresar a casa y entre la temperatura que tenía y las pocas energías que me quedaban para escuchar el relato de Walter Nelson. En el segundo tiempo, Dani anotó el único gol del encuentro con una jugada personal, marca registrada de su habilidad. Todo quedaba muy parejo para definir al segundo y tercer clasificado. Portugal se despegaba 3 puntos y a la última fecha era luchar un lugar en el mano a mano con Honduras y esperar por otra victoria lusitana para que Holanda no sumara.

Con tres tantos de Sebastián Pena (que era zaguero central, no un delantero goleador) más otro –un golazo- del “Cañito” Ariel Ibagaza, Argentina se impuso 4-2 a Honduras con algunos sustos en el medio porque el partido estaba 3-0 y en un momento los hondureños estuvieron cerca del empate. Ahora quedaba el “mata-muere”, era ganar o despedirse del sueño. Argentina llevaba 16 años sin ganar ese campeonato, la última vez había sido en Japón 1979, con Diego Maradona y Ramón Díaz en el ataque. El primer escollo en la recta final fue Camerún, del cual se dudaba de la verdadera edad de sus futbolistas puesto que por el porte físico de ellos parecían tener algo más que 20 años… Recuerdo que ese lunes 23 de Abril yo estaba en el colegio puesto que por la tarde aprendía el idioma griego. Fue sonar el timbre del recreo para ir directamente hacia donde estaba el portero y preguntarle como había salido el partido. – Ganamos 2-0, -me dice. Me alegró mucho la noticia porque era un rival al que le temía mucho. Claro que el próximo adversario en semis (España) no era para despreocuparse mucho. Entre sus filas tenían a Michel Salgado, Iván De la Peña, Joseba Etxeberría, Raúl, y en el banco a Fernando Morientes… Como ese partido se jugaría también al mediodía y dos días más tarde, es decir, un miércoles decidí volver a repetir ese hábito. Comerme las uñas pensando como iría la Selección juvenil y esperar al timbre del recreo. Nuevamente le pregunté a Jorge (el portero) cómo había salido la Selección… “Ganó Argentina 3-0 con baile incluído!”, me dijo. Mi alegría fue mayor, tanto que lo abracé y pegué un grito al cielo porque nuestra Selección volvía a la final tras 12 años. La última había sido en México 1983 frente a Brasil, precisamente cuando nos ganaron 1-0. Los verdeamarelhos ya esperaban en la final porque a primer turno habían derrotado a Portugal (un gran equipo) por 1-0 con un gol de Caio en el último minuto de partido. Realmente los cuatro equipos que llegaron a las semis eran muy buenos. Argentina, con Coyette, Ibagaza, Chaparro, Biagini y Guerrero arriba; Brasil, con Zé Elías, Caio y Luizao; España, lo dicho: De la Peña, Etxeberría, Raúl y Morientes; y Portugal (que había ganado los Mundiales Sub-20 de 1989 y 1991) con Dani y Nuno Gomes. Pero la final era Sudamericana, era el cásico de los clásicos de esa región. Y ese viernes 28 de Abril de 1995 era el punto final. Desde las diez de la mañana prendimos la radio para escuchar la previa. Sabíamos que desde las once empezaban los hechos pero como teníamos el examen, debíamos resignarnos a no escuchar el partido.

No hacía falta enterarnos por la radio cómo formaba Argentina porque la alineación salía de memoria: Joaquín Irigoytía; Gustavo Lombardo, Sebastián Pena, Juan Pablo Sorín, Federico Domínguez; Guillermo Larrosa, Mariano Juan, Walter Coyette, Ariel Ibagaza; Cristian Chaparro y Leonardo Biagini. La única modificación era el ingreso de Chaparro por Francisco Guerrero respecto de los partidos anteriores. No había pasado media hora de comenzada la prueba, que la clase era un silencio cuando la profesora de Literatura interrumpe… “-Disculpe profesora, pero era para informarle a los chicos que Argentina le está ganando a Brasil 1-0…” Qué grito que pegamos los varones del curso! Jamás olvidaré ese instante. Claro que, era volver a concentrarse en la prueba y a la vez pensar que el “Vasco” Irigoytía volaría a cualquiera de los ángulos para salvarnos, Sebastián Pena sacaría todo de arriba, que Mariano Juan mordería en el medio como pocos, que Ibagaza utilizaría su metro sesenta y pico de habilidad para asociarse a Walter Coyette y que arriba la capacidad goleadora de Biagini podía volver a hacerse presente en la red… A las 12:30 terminó el examen y a diferencia de todas las veces anteriores donde la profesora apuraba a los alumnos para que le entregaran la prueba, esta vez los varones largamos la hoja cuadriculada, juntamos los útiles y salimos disparados a la puerta del colegio para esquivar la lluvia molesta y llegar a nuestras casas para ver los minutos finales del partido.

La primer pregunta ni bien salimos del aula fue la misma: “-cómo sigue el partido?” Por suerte la respuesta era la que esperábamos: “1-0 gana Argentina”. Otro punto a favor es que todos vivíamos cerca del colegio y pese al agua, llegamos rápido a casa para prender la tele y mirar los minutos finales por Canal 13 con Walter Nelson y Alejandro Fabbri desde Qatar. A los pocos minutos llegó el contragolpe de Argentina comandado por Germán Arangio y con un pase medido habilitó a Panchito Guerrero para quedar pie a mano ante Fabio, el arquero de Brasil. Como la pelota le quedó picando, le tiró un sombrero por sobre el cuerpo del “1” del “Scratch” y la pelota besó la red. Fue mi grito final de ese Mundial. Para colmo, ese día cumplía años el comentarista de ese partido (Alejandro Fabbri). Vaya regalito le hicieron los pibes de José…

Pocas veces un relato me emocionó tanto como ese de Walter Nelson en ese partido. En ese momento fue una alegría enorme y cada vez que vuelvo a escucharlo se me eriza la piel. Me hace volver a recordar todos estos momentos. Argentina volvía a ser campeón Mundial Juvenil Sub-20. Era dejar atrás años de frustraciones, de peleas, de sanciones. Era el puntapié inicial de la “Era de José Pekerman” en los seleccionados juveniles. Sucedió un día como hoy hace 20 años. Pasarán los 28 de Abril de cada año y en mi memoria aparecerán las mismas imágenes de siempre. Las de aquél 28 de Abril de 1995, las de aquél Argentina 2-Brasil 0…

Antonio Statis

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Publicado en: Cihefe exprés