Siempre que el almanaque marca “28 de Abril” me es imposible no acordarme de aquella jornada gris en Buenos Aires. Yo era un estudiante de séptimo grado de la escuela primaria, el mejor año puesto que no se repite, generalmente, y se termina una etapa de nuestras vidas. Luego llega la secundaria donde las responsabilidades son mayores y ni que hablar de un estudio terciario y/o…